La humanidad y la revolución científica

LA HUMANIDAD Y LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICA

En la Antigüedad, el pensamiento del ser humano se limitaba a la mitología y la religión, como únicas verdades. Sin embargo, se realizaron descubrimientos de forma fragmentaria, tomando como ejemplo a varios filósofos griegos que excluían las causas sobrenaturales de las cosas, creando así una ciencia griega, que tiempo después, sería conservada por la civilización islámica y llevada a Occidente en los siglos 13 y 15. Un siglo más tarde, llegaría la Revolución Científica (siglo XVI, desde Copérnico hasta Isaac Newton), la cual tuvo un papel indispensable en la evolución humana.

En el Occidente, la ciencia fue tomada como algo positivo, que proporcionaría soluciones viables a los problemas existentes y brindaría un mayor conocimiento y profundización de los fenómenos naturales. Un hecho evidente es la metalurgia o la utilización del calendario lunar por los sumerios en los años 3500 al 3000 a.C. Luego, en los años 3000 al 2500 a.C., viene la invención de las tablas de multiplicar y el uso de las matemáticas para calcular áreas. Más tarde, en Babilonia, comienzan los avances de estas invenciones como, el calendario lunar avanzado, las unidades de tiempo, el uso de las matemáticas para identificar las posiciones planetarias y constelaciones, y la creación de la taxonomía para clasificar a los animales.

En Grecia, hogar de la ciencia, muchos filósofos mostraron interés por el Universo y su composición, como Tales de Mileto y Anaximandro, quienes apoyaban la existencia del infinito en la cosmología. Más adelante, se integró la idea de “materia elemental”, donde Empédocles de Argento postuló los 4 elementos de la naturaleza: agua, aire, fuego, tierra, idea que sustentada por Demócrito, concluyó que la materia se conformaba de partículas indivisibles llamadas átomos. Es aquí, donde llega Aristóteles con la Primera Cosmología, postulando un quinto elemento llamado “Éter”, que daba explicación a los fenómenos físicos. De estos postulados, surge la Astronomía de Observación (directa), que pudo reforzar la teoría Heliocentrista de Tolomeo.

Con la llegada de la Edad Oscura, periodo entre los siglos III y XIII d.C., tuvieron lugar muchas guerras, enfermedades, la influencia predominante de la Iglesia católica sobre el pensamiento y sucesos que influyeron en el retroceso intelectual y cultural. Sin embargo, hubo progresos en el campo agrícola con el desarrollo de la rotación trienal de cultivos, sistema utilizado para aumentar la producción y extensión de tierra cultivada. También los hubo en el campo intelectual, con la fundación de Universidades como Bolonia (Italia) u Oxford (Reino Unido) en sus últimos siglos.

El fin de esta era (siglo XIII-XIV) abrió camino a pensadores y franciscanos de la Iglesia Católica como Alberto Magno, quién trabajó para conciliar la ciencia y la filosofía aristotélica en la doctrina cristiana, o Roger Bacon, defensor e impulsor del empirismo, la experimentación.

El comienzo de la Ciencia Moderna, lo protagoniza Leonardo Da Vinci, quien estudió los fenómenos naturales y aportó el Descubrimiento del Nuevo Mundo (América), seguido de Copérnico, con su teoría Helio centrista.

Luego del siglo XVII encontramos a Sir Francis Bacon, que recuperó el uso de la inducción del método científico, prominente en las investigaciones científicas realizadas en la actualidad. De igual manera, encontramos a Isaac Newton con las leyes del movimiento y a Mendeleiev con la tabla de los elementos químicos.

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