Los pulmones

Los pulmones

El pulmón es un órgano magnífico que realiza una multitud de funciones vitales cada segundo de nuestras vidas. La respiración es la más esencial de estas funciones. Es el proceso por el cual el oxígeno en el aire es traído a los pulmones y en estrecho contacto con la sangre, que lo absorbe y lo transporta a todas las partes del cuerpo. Al mismo tiempo, la sangre abandona la materia de residuos (dióxido de carbono), que se lleva a cabo en los pulmones con el aire exhalado.

Los pulmones se encuentran dentro de la parte superior de nuestro pecho a ambos lados del corazón, y están protegidos por la caja torácica. El esternón se encuentra en el centro de la parte frontal del tórax y la columna vertebral se encuentra en el centro de la parte posterior del tórax.

El interior de la cavidad torácica y el exterior de los pulmones están cubiertos por la pleura, una membrana resbaladiza que permite que los pulmones se muevan suavemente a medida que se llenan y vacían el aire cuando inhalamos y exhala. Normalmente, hay una pequeña cantidad de fluido lubricante entre las dos capas de la pleura. Esto ayuda a que los pulmones se deslicen dentro del tórax a medida que cambian de tamaño y forma durante la respiración.

Con cada respiración, nuestros pulmones están llenos de aire que entra en nuestro cuerpo a través de la nariz o la boca. Fluye por la garganta (faringe) y a través de la caja de voz (laringe). Una pequeña solapa de tejido (epiglotis) cubre la entrada a la laringe, y se cierra automáticamente cuando tragamos para evitar que los alimentos o líquidos se suenen a nuestras vías respiratorias.

Nuestra vía respiratoria más grande es la tráquea. Trae aire al pecho, donde se ramifica en dos vías respiratorias más pequeñas: los bronquios izquierdo y derecho, que conducen a los pulmones izquierdo y derecho.

Los bronquios se dividen muchas veces en vías respiratorias más pequeñas y pequeñas (bronquiolos). Debido a que el patrón de estos pasajes cada vez más pequeños se ve como un árbol al revés, esta parte del sistema a veces se llama el árbol bronquial. Las vías respiratorias se mantienen abiertas por el tejido conjuntivo flexible y fibroso llamado cartílago. Los músculos circulares de las vías respiratorias pueden hacer que las vías respiratorias sean más anchas o estrechas. El Bronquiolo más pequeño tiene sólo medio milímetro de ancho.

Al final de cada Bronquiolo hay racimos de sacos de aire llamados alvéolos. Cada saco de aire está rodeado por una densa red de pequeños vasos sanguíneos (capilares). La barrera extremadamente delgada entre el aire y la sangre permite que la sangre recoja el oxígeno y libere el dióxido de carbono en los alvéolos.

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