MEDIDOR DE FLUJO MAGNETICO

MEDIDOR DE FLUJO MAGNETICO

Un medidor electromagnético de flujo, consiste de un tubo antimagnético hecho de acero inoxidable revestido de un material aislante. Un campo magnético es producido a través del tubo mediante unas bobinas colocadas alrededor de su superficie exterior. [pic 1]

Faraday estableció que la fuerza electromotriz (FEM) inducida en un conductor que se mueve a través de un campo magnético es proporcional a la velocidad del conductor (este es el principio en el cual se basa el funcionamiento del medidor electromagnético de flujo).

El líquido que pasa a través del medidor de flujo se convierte en el conductor; la FEM inducida en el fluido por el campo magnético es proporcional a la velocidad del fluido.

Dos pequeños electrodos opuestos uno del otro y al ras del revestimiento detectan la FEM. La FEM inducida no se puede usar directamente ya que es de valor muy bajo y tiene una fuente de alta impedancia. Esta señal se alimenta a una unidad que la amplifica y la convierte a una señal analógica estándar en miliamperes conveniente para ser usada con receptores convencionales y unidades de control. Además, el convertidor rechaza señales no deseadas generadas en la cabeza detectora o por una fuente externa y compensa las variaciones en el voltaje y frecuencia de alimentación.[pic 2]

Debido a que la cabeza detectora es solo una pieza recta de tubo con dos pequeños electrodos de medición, no presenta obstrucción al flujo, y las pérdidas de presión a través del medidor no son mayores que una longitud equivalente de tubo recto. Por la característica del medidor, de no presentar obstrucción al flujo, éste puede manejar lodos, pulpas y líquidos con sólidos en suspensión de manera efectiva.

Los revestimientos disponibles son resistentes a la abrasión (poliuretano o teflón). El material estándar de los electrodos es acero inoxidable; pero dado que los electrodos son muy pequeños, éstos pueden ser fabricados de los materiales más exóticos, tales como el tantalio o platino iridiado con un incremento relativamente bajo en los costos. Esto permite que los medidores de flujo electromagnético sean hechos de materiales químicamente compatibles con la mayoría de los líquidos. Consecuentemente estos pueden ser usados para muchos líquidos extremadamente corrosivos, que son difíciles o imposibles de medir con otro tipo de equipos de medición de flujo.

En la tabla se muestran las ventajas y las limitaciones del empleo de medidores electromagnéticos de flujo.

El principio de operación se basa en la ley de Faraday. El voltaje inducido en un conductor es directamente proporcional al ángulo de corte de las líneas magnéticas, la velocidad de corte. El sensor ( electrodos) se monta en la línea, las bobinas crean el campo magnético con ángulo de 90°.

Cuando el líquido atraviesa el campo magnético un voltaje es inducido proporcional a la velocidad del flujo. El detector manda la señal a la tarjeta que convierte o estandariza la señal de 4-20 mA o en frecuencia.

La relación entre la velocidad del flujo de líquido y el voltaje se expresa en la fórmula de Faraday:

E es proporcional a V x B x D

E = Voltaje electromagnético inducido Voltaje generado por el flujo del líquido conductor a través del campo magnético del caudalímetro.

V = Velocidad de flujo promedio (m / s) La velocidad promedio del líquido a través de la sección transversal del medidor de corriente.

 B = Densidad de flujo magnético La fuerza del campo magnético generado por las bobinas de campo.

 D = Diámetro interior de la tubería La distancia entre los electrodos que detectan el voltaje de señal (E) que se genera.    Esto significa que el voltaje (E) depende de la velocidad de flujo promedio (V), la densidad de flujo magnético (B) y el diámetro interior de la tubería (D)

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