Manejo Integrado de Plagas en la Apicultura
kokomilkInforme10 de Noviembre de 2019
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Los productos quimicos sintéticos se empezaron a utilizar con regularidad en el interior de las colmenas hasta poco después de 1940, con el empleo del
antibiótico Terramicina para prevenir enfermedades bacterianas de la cria
Ese limitado arsenal de medicamentos se amplió en la última parte del siglo anterior, después de la introducción sucesiva de los ácaros traqueales en 1984
de los de varroa en 1987 y del pequeño escarabajo de la colmena en 1998.
Los investigadores y las instituciones reguladoras respondieron rápidamente,
ensayando y aprobando un pequeño arsenal de plaguicidas para el control de
éstas plagas y hoy en día es común emplear varios de estos productos
químicos en el interior de las colmenas, las cuales contienen abejas vivas.
Estos productos químicos son generalmente muy eficaces y no hay duda de
que han salvado una innumerable cantidad de colonias de abejas.
También es igualmente cierto que al inicio del siglo 21 se ha creado una
elevada conciencia sobre los riesgos que conlleva usar plaguicidas
altamente tóxicos. En el caso de la apicultura, hay estudios que demuestran
que los productos químicos que se usan en el interior de la colmena para
controlar a sus invasores también son dañinos para las abejas, a las que se
supone deben proteger. El espectro de resistencia química de diferentes
plagas, conocida desde hace mucho tiempo en otros sectores de la
agricultura, ha aparecido en la apicultura en la forma de bacterias
resistentes a antibióticos y parásitos resistentes a plaguicidas. Además, hay
que considerar los riesgos de residuos químicos en el medio ambiente y en
los productos agrícolas. El uso de plaguicidas en la apicultura es
particularmente indeseable, dada la reputación que tiene la miel, de ser un
alimento totalmente natural. Esta reputación es invaluable para mantener el
mercado de la miel, pero a la vez también es muy frágil.
Un número creciente de evidencias biológicas, ecológicas, económicas,
sociales y éticas, demuestran la conveniencia de usar prácticas de control
de plagas que nos lleven a depender menos del uso de productos tóxicos.
Los plaguicidas pueden ser eficaces con riesgos mínimos cuando se usan de
acuerdo a las instrucciones del fabricante. Sin embargo, los plaguicidas
deben siempre verse como el último recurso a utilizar, después de haber
empleado otras medidas.Por lo anteriormente mencionado, se tendria que saber cuando usar el Ultimo recurso; en otras palabras, cual es el grado de infestación que amerita tratar a las colonias con plaguicidas? Esta pregunta nos lleva a la filosofia del control de plagas que en la práctica se conoce como manejo integrado de plagas (MIP) en la cual el nivel crucial de infestación de la plaga se ha denominado de varias formas, umbral económico, umbral de tratamiento, umbral de acción. El umbral de tratamiento para una plaga o sistema agrícola determinado consiste de un número específico- numero de parasitos densidad, o nivel de daño - que se obtuvo de estudios cientificos.Mientras los niveles de la plaga permanezcan por debajo del umbral de tratamiento, no es necesario usar un plaguicida altamente tóxico. En vez de tratar al primer sintoma de un problema, ahora de lo que se trata es de mantener lo niveles de la plaga por debajo del umbral económico. Esto se logra de varias
maneras, entre las que se encuentran la resistencia genética del hospedero
contra la plaga, manejos que contrarresten a la plaga y organismos benéficos
que parasiten o se alimenten de la plaga. Los programas completos de MIP
integran más de un componente, ya que se ha demostrado de las plagas se controlan mejor cuando se les
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