Manejo integrado de plagas

MANEJO INTEGRADO DE PLAGAS

Juan Sebastián Cruz Mendez Cruz1

1Estudiante de Biología, Facultad de Ciencias, Universidad del Tolima

En agricultura una plaga se define como “una población de seres vivos que causa daño a un cultivo, lo que provoca la reducción del rendimiento y/o calidad de la producción en una cantidad tal, que es económicamente inaceptable para el productor” (Wyckhuys 2009). Dichas plagas pueden estar constituidas por artrópodos, nematodos, patógenos microbianos y virales, malezas y algunos vertebrados. Para controlarlas, tradicionalmente se ha recurrido al empleo de plaguicidas y otras sustancias químicas especificas o de amplio espectro, que si bien logran ayudar a controlar las enfermedades que atacan las plantaciones,  han traido consigo serias consecuencias. Entre los problemas causados se encuentra el daño ambiental, que dificulta la preservación de los ecosistemas y los recursos naturales, y la afectación a la salud humana, tan solo en el año 2013 en Colombia se registraron 32.814 casos de intoxicaciones por sustancias químicas, de los cuales un  28,67% corresponde a intoxicaciones por plaguicidas (Instituto Nacional de Salud 2013).

 Con el objetivo de disminuir el daño causado al ambiente y a la salud humana que ocasionan estos productos empleados convencionalmente para el control de plagas, se introdujo a gran escala en Indonesia a fines de los años 80 el manejo integrado de plagas, también conocido como MIP, y hoy en día gracias a la FAO se ha promovido en más de 40 países de todo el mundo (FAO 1998). Según la FAO (1967), el manejo integrado de plagas es una metodología que emplea todos los procedimientos aceptables desde el punto económico, ecológico y toxicológico para mantener las poblaciones de organismos nocivos por debajo del umbral de afectación económica, aprovechando, en la mayor medida posible, los factores naturales que limitan la propagación de dichos organismos. De manera que el objetivo del manejo integrado de plagas es disminuir el uso de productos químicos y tratar de implementar medidas para llegar a un manejo ecológico de plagas.

¿Cree usted que es importante realizar un manejo integrado de plagas?

El uso del manejo integrado de plagas ha logrado avances importantes desde su implementación, tales como: la reducción del uso de agroquímicos, que genera protección al ambiente y al ser humano, y mejora del rendimiento e incremento de la productividad. No obstante también se ha encontrado con limitantes como lo son la dificultad para realizar programas de concientización, se requiere una inversión inicial alta, hay una escasez de proveedores y el mantenimiento de un MIP requiere mayor tiempo y esfuerzo en comparación con el control de plagas tradicional (Martínez 2010).

El crecimiento de la población mundial ha generado un aumento de la necesidad alimenticia, por lo que se ha visto la necesidad de mejorar los sistemas de producción agrícola con el fin de hacerlos más efectivos. Lamentablemente, al mismo tiempo han aparecido efectos negativos, debido a que el aumento de la producción agrícola y especialmente la producción en monocultivos ha creado un aumento extraordinario de insectos-plagas y enfermedades especializadas en exactamente estos cultivos (Brechelt 2004). La aplicación permanente de sustancias químicas ha causado que los insectos y otros organismos se muestren resistentes a estas sustancias, esto quiere decir que ya no muestran ningún efecto, y requieran una dosis cada vez mayor. En el año 1938 existían solo 7 especies de insectos resistentes a los 5 grupos de insecticidas más importantes (DDT, aldrin, dieldrin, endrin, heptacloro, órgano fosforados, carbamatos, piretrinas), hoy en día prácticamente no existen organismos dañinos de importancia económica que no hayan desarrollado resistencia, como mínimo contra una sustancia activa. Estos efectos han aumentado de una manera extraordinaria los costos de producción, con resultados muy negativos acerca de la competitividad en el mercado mundial, tanto en el precio como en la calidad del producto (Brechelt 2004). El uso indiscriminado de plaguicidas no solamente constituye un importante factor de costos, sino que también tiene considerables implicaciones para la salud del productor y el medioambiente, ya que la aplicación de plaguicidas en etapas antes de la cosecha implica un alto contenido de residuos en el producto agrícola, poniendo así en peligro la salud del consumidor (Wyckhuys 2009). Está realidad muestra que las actuales prácticas de manejo de plagas en ciertos cultivos no necesariamente son las opciones más eficaces económicamente, ni ambientalmente adecuadas. 

Para la implementación del MIP, se deben llevar a acabo una serie de pasos que consisten principalemnte en: Conocimiento de las especies que sean potencialmente nocivas, tanto en su biología, fisiología y ecología, la identificación correcta de los enemigos naturales de las plagas, reconocer los niveles de población y/o de daño que pueden tolerar los cultivos a tratar, sin que se afecte la producción económicamente. Esto implica serios conocimientos sobre la fisiología de las especies vegetales. Además se requiere conocer factores bióticos y abióticos causantes de las poblaciones plaga y el impacto que puedan tener las prácticas de control sobre todos los componentes del agroecosistema. (Morishima & Kita 2010). Es decir, que para diseñar un sistema de MIP debe hacerse un estudio completo que facilite la toma de decisiones e implementación del tipo de control más adecuado.

De esta forma, las técnicas de manejo integrado de plagas implementadas se pueden clasificar en:

1. Control biologico. Se trata de una medida en la que se usa un enemigo natural de la especie problema, con el objetivo de eliminar totalmente o reducir la densidad poblacional de la plaga. Los agentes de control biologico implementados pueden ser de caracter: depredador (Tabla 1), parásito, entomopatógeno o competidor (Salas 1993).

2. Control genético. Consiste en aprovechar la capacidad de ciertos cultivos, para resistir y soportar el ataque de insectos plaga y hongos. Es un método de control barato y ecológicamente aceptable (Rojas 2007)

3. Control mecánico y físico. Es una táctica que consiste en matar directamente al insecto plaga, además de perjudicar o impedir el desarrollo de una enfermedad, a través de procedimientos y/o manipulaciones de la temperatura y humedad (Rojas 2007). Este tipo de control se basa en la eeliminación manual, control de la temperatura y humedad, además de la implementación de barreras y trampas (Morishima & Kita 2010).

4. Control cultural. Consiste en el uso labores culturales para reducir la cantidad de los insectos plaga, hongos y malas hierbas, tales como la siembra de plantas compañeras (Tabla 2),  la rotación de cultivos para evitar reaparición de enfermedades (Tabla 3), descanso de los terrenos, entre otras alternativas que son fáciles de usar en los campos de cultivo. (Rojas 2007).

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