Medio Ambiente
10 de Junio de 2014
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Nota del Consejo Editorial
El presente texto, relativo a la problemática ambiental, es la segunda parte de un trabajo en el que el
autor analiza la cuestión de la gestión ambiental desde una perspectiva de interacción de sistemas (social
y natural), y que completa el artículo ‘Orígenes de la problemática ambiental’ publicado en el número 12
de esta revista en Octubre del 2005.
La naturaleza es objeto y los humanos objeto-sujeto de la gestión ambiental. Es decir,
de nuestra actuación como sujetos dependerá la sustentabilidad de la naturaleza y de la
sociedad, ambos objetos de la gestión. Gracias a esto, se ha ido imponiendo el concepto
y la práctica de la gestión ambiental, a la luz del desarrollo sustentable.
La gestión ambiental nace en los años 70 del siglo XX, en sentido estricto, como reorientación
de parte del pensamiento ambiental (ecodesarrollo y desarrollo sostenible) y como instrumento
de diagnóstico y planificación (planes, programas y proyectos) para la resolución de los
problemas ambientales, cada vez más agudos en los países industrializados. El conflicto crece
como espuma en Norteamérica y en Europa, y por ende, los movimientos ambientalistas
asumen un nuevo protagonismo en la esfera de lo político que hace que los partidos y el
Estado asuman nuevas funciones en torno a la problemática planteada.
Si bien el movimiento ambientalista se puede dividir políticamente en derecha, centro e
izquierda, según la ideología de cada militante o grupo político, la división más clara nos la
puede brindar su concepción del desarrollo y su respuesta frente a la relación sociedadnaturaleza.
Acá nos encontramos básicamente con dos posiciones extremas, los
conservacionistas y los ambientalistas radicales. Los primeros se dedican al estudio de la
naturaleza y al estudio de cada especie en su propio hábitat, al cual consideran el objeto de
protección, defensa y amistad. Se protegen especies y espacios naturales de la acción del
hombre, se denuncian las actitudes de ciertas empresas y/o empresarios en contra de los
recursos naturales (agua, aire, suelos), flora y fauna, y se reclaman por parte del Estado, por
medio del gobierno de turno, acciones represivas o fiscales para proteger la naturaleza. Los
ambientalistas radicales consideran como objeto de estudio, defensa y protección no sólo del
medio natural (ecosistema, planta o animal), sino también de lo económico, cultural y social. El
enemigo del ambiente es un tipo de sociedad, un sistema socioeconómico, un estilo de
desarrollo o de progreso depredador. Son las bases mismas del sistema socioeconómico las
que se ponen en entredicho.
La gestión forma parte de la estrategia formulada por los ideólogos del desarrollo. La
sostenibilidad y sustentabilidad han ido apareciendo como conceptos en distintas disciplinas
naturales, técnicas o sociales, con el fin precisamente de plantear la relación existente entre lo
socioeconómico y tecnológico con las leyes de la naturaleza. Desde esta perspectiva surge la
gestión ambiental en el contexto del desarrollo sostenible o sustentable.
* Director de Postgrado del Área Ambiental de la Facultad de Ingenieria de la Universidad de Antioquia
La sustentabilidad implica la gestión eficiente de los recursos naturales y los ecosistemas, en
relación con la demanda antrópica que de ellos se hace. Por ello el concepto de sustentabilidad
parte de dos premisas básicas, que son:
· Primero, la escala y el índice de utilización de materiales y energía a través del sistema
económico están sometidos a una limitación entrópica, y
· Segundo, la intervención humana (pública, empresarial y cívica) es necesaria, porque
el mercado por sí mismo es incapaz de reflejar la limitación de un recurso natural o
ecosistema, de modo preciso. Si los fallos de mercado y las externalidades negativas
existen, que es como explica la teoría económica los problemas ambientales, esto
exige una dosis alta de intervencionismo, en primera instancia gubernamental y en
segunda instancia de los consumidores y grupos de interés (ONGs Ambientalistas),
para presionar de esta forma a los productores o agentes privados para que asuman
una posición ecoética frente al manejo de los recursos y la naturaleza.
Por gestión entendemos, primero, un proceso que comprende determinadas funciones y
actividades organizativas que los gestores deben llevar a cabo con el fin de lograr los objetivos
y metas deseadas. El proceso de gestión se considera integrado, por regla general, por las
funciones de planificar, ejecutar y controlar. La planificación determina qué resultados ha de
lograr la organización (pública, privada o cívica). La función de planificar representa el núcleo
de la gestión. Planificar implica realizar actividades a lo largo del tiempo cuyo resultado es la
fijación de objetivos, planes, programas y proyectos que se requieren para el logro de los
objetivos. La función de ejecución, como su nombre indica, es realizar lo planificado según
cronograma de programas y proyectos y flujograma de inversiones en el tiempo. La función de
control comprueba sí se han logrado o no los resultados previstos.
Es muy importante para una buena gestión decidir qué se realizará, con qué recursos
humanos, técnicos y financieros, y cómo se van a operativizar los planes, programas y
proyectos. Esto es planificar. La ejecución es el proceso mediante el cual se llevan a cabo los
objetivos y metas de la organización. Se trata de asegurar que se ejecutará lo planificado y que
se conseguirán los resultados esperados. El control garantiza la máxima armonización posible
entre lo planificado y lo ejecutado.
Con respecto al proceso de planear-realizar-controlar de toda gestión, el Ministerio del
Ambiente de Colombia señala en su diagnóstico que “uno de los problemas más importantes
en la Gestión Pública (incluyendo la ambiental) es que las decisiones de planeación se realizan
en forma independiente de las de ejecución y control. Y no se incluyen funciones y
componentes de autoevaluación, mejoramiento, adecuación y adaptación”.I El proceso de
gestión es incompleto y por consiguiente lo formulado en el plan no se consigue, porque no se
realiza ni se evalúa según lo programado. Son muchos los planes-libro que existen en nuestras
instituciones públicasyque, por no ponerse en práctica, no consiguen los resultados esperados.
En esto consiste el fetichismo de la planificación. Se cree que el Plan lo es todo y es sólo el
inicio del proceso de gestión.
Las acciones propuestas para iniciar, ejecutar y terminar el proceso de Gestión Ambiental,
comprenden etapas o fases estrechamente ligadas entre sí, las cuales deben adaptarse a las
particularidades de cada escenario. Dichas fases, son:
· Preparación, sensibilización y planificación.
· Ejecución: realización de los programas y proyectos definidos en los planes.
· Seguimiento, control y evaluación.
· Regulación y retroalimentación.II
Preguntémonos ahora, a partir de los elementos generales de gestión, por la gestión ambiental.
Para Ernest Guhl la gestión ambiental es entendida como “el manejo participativo de las
situaciones ambientales de una región por los diversos actores, mediante el uso y la aplicación
de instrumentos jurídicos, de planeación, tecnológicos, económicos, financieros y
administrativos, para lograr el funcionamiento adecuado de los ecosistemas y el mejoramiento
de la calidad de vida de la población dentro de un marco de sostenibilidad”.III Esta definición
tiene la ventaja de señalar que la gestión debe ser emprendida por todos los actores
involucrados en la solución de los problemas ambientales, mejorando no sólo el estado de los
recursos naturales y la biota, sino la calidad de vida de los seres humanos.
Para Esperanza González, Gestión Ambiental es un proceso técnico-administrativo, financiero
y político, por medio del cual las autoridades encargadas organizan un conjunto de recursos de
diversa índole, que tienen como finalidad la protección, manejo, y preservación del ambiente y
de los recursos naturales renovables, en un territorio especifico. IV Esta definición enfatiza los
recursos naturales y da a entender que el ambiente es el medio natural, el cual debe ser
protegido y preservado. Es una definición muy usual, donde no se tiene en cuenta que el
ambiente es la resultante entre el subsistema social (antrópico) y el subsistema natural (biótico
y abiótico). Esta visión reduccionista es muy común en la actualidad, donde se supone que los
seres humanos debemos proteger la naturaleza, que es la dadora universal de todos los
recursos que consumimos los seres humanos.
Desde una óptica empresarial, la normatividad de estandarización universal ISO, puesta en
marcha en 1996 con el nombre de “Norma ISO 14001”, define Gestión Ambiental de una
organización (SGMA, según siglas utilizadas en español) como “la parte del sistema general de
gestión
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