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Meditemos en la paciencia de Jehová


Enviado por   •  12 de Febrero de 2013  •  Tesinas  •  2.114 Palabras (9 Páginas)  •  542 Visitas

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Meditemos en la paciencia de Jehová

4 El apóstol Pedro escribió lo siguiente acerca de la paciencia de Jehová: “No vayan a dejar que este hecho en particular se les escape, amados, que un día es para con Jehová como mil años, y mil años como un día. Jehová no es lento respecto a su promesa, como algunas personas consideran la lentitud, pero es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido; más bien, desea que todos alcancen el arrepentimiento” (2 Pedro 3:8, 9). Este pasaje contiene dos verdades que nos ayudan a entender mejor la paciencia de Jehová.

5 La primera verdad es que Jehová no ve el tiempo del mismo modo que nosotros. Para Aquel que es eterno, mil años son como un día. Es cierto que no se ve limitado ni presionado por el tiempo, pero no por ello obra con lentitud. En su infinita sabiduría, Jehová sabe cuál es el mejor momento para actuar en beneficio de todos, y espera con paciencia a que llegue ese momento. Pero eso no quiere decir que sea insensible a los sufrimientos que mientras tanto experimenten sus siervos, pues es un Dios de “tierna compasión”, la personificación misma del amor (Lucas 1:78; 1 Juan 4:8). Él puede reparar de manera total y permanente cualquier daño que pudiera haber ocasionado el que haya permitido temporalmente el sufrimiento (Salmo 37:10).

6 Sabemos que resulta difícil esperar algo que anhelamos ardientemente (Proverbios 13:12). De ahí que cuando alguien se demora en cumplir sus promesas, tal vez pensemos que ya no lo hará. ¡Qué grave error sería pensar eso de Dios! Si confundimos su paciencia con la lentitud, es fácil que el paso del tiempo nos haga ceder a la duda y el desánimo y que corramos el riesgo de adormecernos en sentido espiritual. Peor aún, podríamos ser engañados por aquellos contra quienes Pedro nos previene unos versículos antes, a saber, los burladores, hombres sin fe que dicen con sarcasmo: “¿Dónde está esa prometida presencia de él? Pues, desde el día en que nuestros antepasados se durmieron en la muerte, todas las cosas continúan exactamente como desde el principio de la creación” (2 Pedro 3:4).

7 La segunda verdad que extraemos de las palabras de Pedro es que Jehová muestra paciencia porque quiere que todos nos arrepintamos. Si bien es cierto que quienes se nieguen con obstinación a abandonar su mala conducta morirán a manos de Jehová, también lo es que él no se complace en la muerte del malvado. Más bien, es su deseo que este se arrepienta, se vuelva de su maldad y siga viviendo (Ezequiel 33:11). Si Jehová continúa ejerciendo paciencia y está haciendo que se declaren las buenas nuevas en toda la Tierra, es con el fin de que la gente tenga amplia oportunidad de obtener la vida.

Adoptemos una actitud de espera

5 Si cultivamos una actitud mental como la de Jesús, no perderemos el gozo de Jehová aunque las cosas no sucedan siempre como y cuando esperamos. El profeta Miqueas dijo: “En cuanto a mí, por Jehová me mantendré vigilante. Ciertamente mostraré una actitud de espera por el Dios de mi salvación” (Miqueas 7:7; Lamentaciones 3:21). Nosotros también podemos demostrar una actitud de espera. ¿Cómo? De muchas maneras. Por un lado, puede parecernos que un hermano responsable se ha equivocado y necesita corrección inmediata. Una actitud de espera nos permitirá pensar: “¿Se equivocó él en realidad, o estoy yo en un error? Si se equivocó él, ¿puede ser que Jehová permita la situación porque piensa que el hermano mejorará y que no se necesitan medidas correctivas drásticas?”.

6 Tal vez se requiera una actitud de espera cuando nos preocupa un problema personal o luchamos contra una debilidad. Supongamos que pedimos ayuda a Jehová, pero el problema persiste. ¿Qué hacer entonces? Tenemos que seguir efectuando lo que esté a nuestro alcance para remediar el problema y tener fe en las palabras de Jesús: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá” (Lucas 11:9). Oremos de continuo y esperemos en Jehová. Al debido tiempo y a su debida manera, Jehová contestará nuestras oraciones (1 Tesalonicenses 5:17).

7 Nuestro entendimiento de las Escrituras se aclara a medida que se cumplen las profecías bíblicas. No obstante, a veces nos puede parecer que cierta aclaración no llega a tiempo. Si no la recibimos cuando la deseamos, ¿estamos dispuestos a esperar? Recordemos que Jehová tuvo a bien revelar progresivamente el “secreto sagrado del Cristo” durante un período de unos cuatro mil años (Efesios 3:3-6). ¿Tenemos, por tanto, razón alguna para impacientarnos? ¿Dudamos de que se ha nombrado a un “esclavo fiel y discreto” para dar al pueblo de Jehová “su alimento al tiempo apropiado”? (Mateo 24:45.) ¿Por qué debe privarnos del gozo piadoso el hecho de que no lo entendamos todo a plenitud? Recordemos que Jehová decide cuándo y cómo revelar sus ‘asuntos confidenciales’ (Amós 3:7).

8 Quizá algunos se desanimen al pensar que después de muchos años de servicio fiel tal vez no lleguen a contemplar el “día de Jehová, grande e inspirador de temor” (Joel 2:30, 31). Sin embargo, puede servirles de ánimo ver el aspecto positivo de esta situación. Pedro aconsejó: “Consideren la paciencia de nuestro Señor como salvación” (2 Pedro 3:15). La paciencia de Jehová ha permitido que varios millones más de personas de buen corazón aprendan la verdad. ¿No es eso maravilloso? Además, cuanto más tiempo ejerza su paciencia Jehová, más tiempo tendremos para ‘obrar nuestra propia salvación con temor y temblor’ (Filipenses 2:12; 2 Pedro 3:11, 12).

9 La actitud de espera impide que nos desanimemos cuando la oposición, la enfermedad, la vejez u otros problemas dificulten nuestro servicio del Reino. Jehová espera que le sirvamos de todo corazón (Romanos 12:1). Sin embargo, el Hijo de Dios, que le tiene “lástima al de condición humilde y al pobre”, no pide más de lo que razonablemente podemos ofrecer; y tampoco lo pide Jehová (Salmo 72:13). De modo que se nos anima a hacer lo que esté a nuestro alcance, esperando con paciencia hasta que cambien las circunstancias, ya sea en este sistema de cosas o en el venidero. Recordemos: “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, por el hecho de que han servido a los santos y continúan sirviendo” (Hebreos 6:10).

10 La actitud de espera también nos ayuda a evitar la presunción. Algunos de los que se hicieron apóstatas no estuvieron dispuestos a esperar. Quizá pensaban que había necesidad de modificar el entendimiento de la Biblia o los asuntos de organización. Con todo,

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