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Meteorizacion


Enviado por   •  1 de Julio de 2013  •  1.507 Palabras (7 Páginas)  •  291 Visitas

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Riesgos volcánicos

Las zonas volcánicas son zonas inestables y peligrosas. Los volcanes pueden estar dormidos durante un largo periodo de tiempo y entrar en erupción en un momento dado.

Una diferencia esencial que se da entre ambos radica en que mientras que el riesgo sísmico representa un peligro único (el terremoto) y casi instantáneo, la erupción volcánica puede prolongarse durante meses y los factores de peligro que posee son múltiples (Fig. 39): coladas lávicas, flujos de piroclastos y caída de cenizas, lahares y avalanchas, gases, sismos volcánicos, tsunamis, anomalías térmicas, deformaciones del terreno, etc.

Productos de morfología volcánica

La erupción es el resultado de la llegada del magma a la superficie del planeta. Interviniendo en el inicio de la erupción diferente procesos de desgasificación, mezcla de magmas y de la actividad tectónica.

La actividad volcánica se clásica en función del gado de explosividad y esta es controlada por la cantidad de gas presente en el magma; a medida que aumenta es mayor la explosividad resultante.

El magma contiene gases disueltos con una proporción en peso que puede llegar al 5%; en algunos casos puede incorporar agua procedente del mar o de acuíferos, que se traduce en un incremento del gas disponible. Los componentes principales del gas volcánico son:

 Agua (H2O, casi el 80% del total)

 Dióxido de carbono (CO2)

 Anhídrido

 Sulfuroso (SO2), y ácido sulfhídrico (H2S) y en menor proporción hidrógeno (H2), cloro (Cl), flúor (F), etc.

La salida del magma a la superficie se produce en tres formas: liquidos (lavas), gases y proyección de fragmentos solidos (piroclasticos).

Principales riesgos:

LAVAS:

Las lavas son rocas de composición homogénea emitidas en forma líquida durante una erupción volcánica. Las propiedades físicas de la lava (especialmente la viscosidad), la variación de temperatura durante su recorrido, el volumen de material emitido y las características del terreno por el que discurre, influyen sobre la morfología final que adquieren. Las lavas muy fluidas se extienden cubriendo grandes extensiones con un pequeño espesor. Las lavas viscosas poseen mayor altura, pero recorren menores distancias.

El caso extremo son las lavas muy viscosas que se quedan sobre el propio crentro de emisión, formando un domo. Es importante decir que las lavas se mueven lentamente, salvo en casos muy excepcionales, y lejos de los centros de emisión se mueven a unos pocos metros por hora.

La altura mínima que debe poseer una lava para que pueda moverse se conoce como altura crítica y depende de la cizalla umbral. La altura crítica va desde unos pocos centímetros hasta varias decenas de metros; las lavas de la erupción de Timanfaya (Lanzarote, Islas Canarias) poseen alturas críticas, moviéndose en el plano horizontal, entre 1.5 y 3 m. En el volcán Teide (Tenerife, Islas Canarias) podemos encontrar lavas con más de 20 m. de altura crítica. A medida que la colada se enfría, va aumentando su cizalla umbral y con ello la altura crítica, por eso, a grandes distancias del centro de emisión la colada tiene mayor espesor.

En la base, encontramos una capa de escorias, formada por el enfriamiento rápido de la lava en contacto con el suelo, más los materiales que ha ido arrastrando y las alteraciones que haya producido por las elevadas temperaturas sobre el propio suelo.

Las lavas al enfriarse, experimentan una contracción que produce sistemas de fracturas y disyunciones, siendo los principales tipos las disyunciones columnar y lenticular. Otro aspecto que presentan las lavas es la disyunción esferoidal (en bolas de descamación), producidas por la meteorización e infiltración de la humedad a través de las grietas ya existentes.

Tuneles volcánicos

Cuando un gran volumen de lava entra en un área limitada lateralmente, puede alcanzar un espesor muy superior a su altura crítica La lava canalizada se enfría por la parte superior, que va solidificándose desde las paredes hacia el centro, dando origen a dos cornisas que pueden llegar a unirse, formando un techo, mientras la lava sigue discurriendo por el interior. Cuando disminuye el ritmo de emisión o al terminar la erupción, el nivel de la lava en el interior del túnel desciende y se vacía parcialmente formando un túnel volcánico.

La formación de túneles volcánicos aumenta la peligrosidad al posibilitar que las lavas canalizadas en el mismo, recorran grandes distancias sin enfriarse. Por ejemplo, las lavas emitidas en una erupción en zonas altas prácticamente deshabitadas, puede llegar hasta las zonas más pobladas situadas a decenas de kilómetros rápidamente, con gran fluidez y a elevada temperatura.

La desgasificación también se produce en aquellas zonas donde el régimen de

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