OBESIDAD.

En una sociedad impuesta por los medios, donde el concepto de belleza son los cuerpos perfectos y delgados, en los hombres con músculos y en mujeres ser delgada, es sorprendente que ocupemos el segundo lugar de obesidad en el mundo. Según la encuesta nacional de salud realizada por el instituto nacional de salud pública, nos dice que el 70% de la población adulta y el 20% de la población infantil tienen obesidad y sobrepeso.

Ha sido en los últimos 20 años cuando esta enfermedad nutricional se ha elevado los números de afectados. Según la secretaria de salud nos dice que si no controlamos nuestros hábitos de alimentación en 10 años el 90% de población sufrirá de esta enfermedad.

Sin duda hay razones para cada una de las personas, las mujeres, aumentan 3 kilos y medio en cada embarazo, otro dato importante es que la pobreza induce al sobrepeso por la mala alimentación, la búsqueda del cuerpo ideal, nos lleva a la frustración de no conseguirlo de inmediato ocasionando una depresión psicológica impulsada para comer todo lo que se encuentra en el paso. La falta de educación es una de las principales razones, debido a que no se les está enseñando a las nuevas generaciones a comer correctamente y tener más que nada un orden alimenticio.

La falta de compromiso del hombre afecta al mejoramiento de este problema porque el consumo excesivo de calorías, la indisciplina y la falta de voluntad nos vuelve presas completamente vulnerables de los medios de comunicación que nos impone como debemos de ser pero a la vez nos bombardean con mercadotecnia que nos impulsan a seguir comiendo. Por eso además poner al organismo en situaciones vulnerables que conllevan a enfermedades de tipo cardiovascular, tensión arterial, diabetes, entre otras, enfermedades como la anorexia nerviosa y la bulimia son más comunes hoy en día que hace algunos años.

Además de todo, presenta un gran gasto para el país, ya que se destinan 330 millones de pesos a controlar el problema, monto que supera 10 veces el presupuesto que se designa a otros programas como oportunidades y liconsa, sin duda en la solución no está el progreso, tenemos que convertirnos en un país preventivo, educando a la nuevas generaciones que con educación no solo previenes enfermedades sino impulsas el crecimiento de un país estancado como el de nosotros.

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