Problemas éticos En La Atención De Urgencias. Descripción De Experiencias
sebasdaza31 de Octubre de 2012
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Problemas éticos en la atención de urgencias. Descripción de experiencias
Lic. Aurora Pérez Morales1
Resumen
Se define el término Bioética y la vasta gama de dilemas que abarca, no sólo desde el punto de vista médico. Se exponen los principales conceptos que relacionan los problemas éticos con la atención de urgencias. Se indica la importancia en este campo de la atención de enfermería, con un personal debidamente capacitado en habilidades y virtudes específicas. Se abordan algunos resultados parciales de una extensa investigación en curso que vincula la ética con la medición de la calidad de los servicios, lo cual evidenciará si se cumplen los principios éticos tradicionales en Medicina y Enfermería.
Descriptores DeCS: BIOETICA; SERVICIOS MEDICOS DE URGENCIA; ENFERMERIA.
El vocablo ética, se deriva de griego ethos. La palabra moral, del latín mioris. Ambas significan lo mismo, "costumbres, hábitos".
Muchas son las definiciones de ética, que pueden ser o no completas, pero todas coinciden en la esencia y significación de la palabra. La ética es la filosofía de la moral.
La ética es la ciencia de la moral, su origen y desarrollo y de las normas de conducta de los hombres, de sus deberes hacia la sociedad, la patria, el estado, etcétera.
La ética médica es una manifestación particular de la ética en general, pero que trata específicamente de los principios y normas de conducta que rigen entre los trabajadores de la salud. Su relación con el hombre sano o enfermo y con la sociedad; abarca también el error médico, el secreto profesional y la experimentación con humanos; pero el problema fundamental de la ética médica es la relación médico-paciente, e íntimamente ligado a ello, la relación entre trabajadores de la salud entre sí y de éstos con los familiares de los pacientes.1
La Bioética se mueve en un terreno donde definiciones y conceptos son controvertidos, y los que aquí se proponen sólo aspiran a orientar, sin pretender ser más valiosos que otros.
El término «bioético» es de cuño reciente, y fue introducido en 1970-1971 por el oncólogo experimental norteamericano, Potter para proponer una disciplina que enlazara la biología con las humanidades en una "ciencia de sobrevivencia". En publicaciones anteriores, Potter consideró necesario rescatar el enfoque general de la Bioética y la denominó "Bioética Global", en un interesante acercamiento a la "Ética Mundial"- que planteara recientemente el teólogo Hans Küng.2
Bioética es el conjunto de conceptos, argumentos y normas que valoran y legitiman éticamente los actos humanos, que eventualmente tendrán efectos irreversibles sobre fenómenos vitales. La vida ha sido tradicionalmente definida como materia que se constituye (nacimiento) en una unidad capaz de metabolismo, desarrollo, reproducción, y que termina por desintegrarse (muerte). En los últimos decenios se ha desarrollado la idea de que los procesos o sistemas vivos tiene la capacidad de resistirse al desordenamiento progresivo o eutropía, y son, por ende, regentrópicos. Esta capacidad ordenadora nace con la aparición de eventos bioquímicos irreversibles, que dan origen al transcurso temporal de procesos y con ello a lo que llamamos vida.
La Bioética se ocupa, entonces, de los actos humanos que alteran irreversiblemente los procesos, también irreversibles de lo vivo, con o cual se hace patente que son actos humanos que van al fundamento de lo vital a tiempo que queda claro que muchas actividades del ser humano caen bajo el juicio bioético, porque sus efectos influyen profunda e irreversiblemente, de un modo real o potencial, sobre los procesos vitales.3
La Bioética es más vasta que la ética médica, porque también se refiere a situaciones, actos y consecuencias que ocurren fuera del quehacer médico.
Pero asimismo lo es, porque salud y enfermedad del ser humano se determinan por innumerables y aún insuficientemente conocidas variables extramédicas.
La Bioética estudia los dilemas presentados por, o en nombre de, seres vivos, en tanto la funcionalidad o la persistencia de sus vidas se vean amenazadas.
La Bioética no es la presentación exclusiva de los médicos, sino de innumerables profesionales y actores sociales, de manera que el tema debe ser acotado más generosamente e incluir otras materias, como ética ecológica, ética de las futuras generaciones, ética del conocimiento biológico-investigación y transferencia, ética bioindustrial, ética de la naturaleza, de la familia y de la discriminación.
Es por ello que el presente trabajo se propone descubrir el comportamiento ético de los profesionales y técnicos de la salud en la atención de urgencias y su vínculo con la satisfacción de pacientes y familiares.
Características de la atención a urgencias
La atención de urgencias puede brindarse en cualquiera de los niveles de atención médica, pero cada uno de ellos adoptará sus propias características, en dependencia de los recursos materiales y humanos con los que cuente.
Las entidades catalogadas como urgencias son todas aquéllas que ponen en peligro inmediato la vida o que puedan redundar permanentemente en la calidad de vida del paciente.3
Las propias características y personal de la atención primaria, especialmente del Modelo del Consultorio del Médico de la Familia y Enfermera, establecen la necesidad de ofrecer diagnósticos y cuidados emergentes, al tiempo que se garantice su rápido traslado a su centro de atención secundaria. Ésta difiere según se trate de un Hospital General o Especializado.
En el caso de los hospitales generales y en los Clinicoquirúrgicos, existe un Cuerpo de Guardia Central que atiende todas las urgencias que llegan a éste y cuenta además con un servicio de Cirugía de urgencias, así como una Unidad de Terapia Intensiva.
En algunos centros hospitalarios se cuenta con más de un cuerpo de guardia: uno de politraumatizado, uno de quemados y uno de psiquiatría, además del central, que atiende las restantes urgencias.
Si el enfermo es remitido de la atención primaria debe realizarse de manera correcta y sin dificultades.
El médico asume una alta responsabilidad al remitir un paciente y es su deber hacer un análisis profundo, de su conducta, si es necesario y posible debe consultar con otros compañeros, así como cumplir con las normas médicas correspondientes.
Pero una vez decidida la remisión, debe continuar atendiéndolo como paciente suyo hasta que se realice el traslado. En caso que el paciente se encuentre grave dentro de su estado, pero es necesario trasladarlo, siempre deberá ser acompañado por un médico o enfermera a su lugar de destino; de igual forma, la hoja de remisión debe contener todos los datos obtenidos por el remitente, completada lo más pronto posible con letra clara y legible.
Es irritante para quien recibe el caso y peligroso para el enfermo una remisión pobre e ilegible, además de constituir una violación de procederes.
Es de suma importancia informar al centro emitido las conclusiones a las que se llegó en el anterior, cómo fue tratado y su evolución.
Al remitir a un paciente es procedente que el médico, debe de ser posible, hablar con él con todo el tacto, amabilidad y firmeza, de forma tal que le transmita confianza y seguridad. Es necesario comprender la alarma que se crea en los sentimientos del paciente cuanto se le informa que debe ir a otro lugar para recibir mejor atención. Surge instantáneamente la idea que su caso es grave y puede morir.
La alarma se extenderá también alrededor de la familia y es deber del médico informar en este caso, la verdad de la razón del traslado, con palabras de aliento y optimismo.
Principios
A pesar de existir normas que guían la acción médica a los distintos niveles, existen dificultades con su cumplimiento, lo cual constituye uno de los principales problemas éticos que se presentan con relativa frecuencia.4
En todos los casos, sin excepción, resulta imprescindible que el personal médico y de enfermería, así como otros técnicos, estén debidamente entrenados para este trabajo, que sin lugar a dudas verdaderamente especializado y que, por tanto, requiere de capacidades, habilidades y virtudes específicas.
Tan inconcebible es un médico como una enfermera que laboran en un servicio de urgencias y no estén entrenados para brindar reanimación cardiorrespiratoria, ya que resultan involucrados como actores, y ante esta situación no pueden permanecer indiferentes.
Un principio básico de la bioética lo constituye la beneficiencia.5
Ésta define que todo acto ético ha de ser de beneficio, tanto para el agente como para el paciente.
Aunque un acto no beneficie, puede ser éticamente positivo en la medida que evite dañar. Desde los estrictos hipocráticos, ha sido precepto fundamental del médico el ayudar o al menos no dañar.
Quien solicita o recibe un beneficio sabe cuanto significa para el, sólo quien sufre un daño puede acusar la gravedad de lo acaecido. Consecuentemente, es el efectado por la beneficiencia o no maleficiencia quien debe autónomamente decidir sobre la conveniencia y oportunidad de actos que atañen principalmente sus intereses. Bajo el mismo criterio, le corresponde también evaluar si la omisión o la negativa
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