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Propuesta De Investigación


Enviado por   •  12 de Octubre de 2012  •  3.075 Palabras (13 Páginas)  •  396 Visitas

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FLUJOS, REDES E IDENTIDADES: UNA TEORIA CRITICA DE

LA SOCIEDAD INFORMACIONAL

Es bien sabido que nos encontramos en un proceso de transformación estructural en las sociedades avanzadas. Este hecho es consecuencia del impacto combinado de una revolución tecnológica basada en tecnologías de información/comunicación, la formación de la economía global y un proceso de cambio cultural cuyas principales manifestaciones son la transformación del rol de las mujeres en la sociedad y el aumento del desarrollo de una conciencia ecológica. El nuevo orden surgido de las transformaciones políticas y la desaparición del comunismo y de la ideología marxista-leninista son también retos fundamentales de nuestra época histórica. Sin embargo, argumentaré que el colapso del Imperio Soviético es también una consecuencia de las tensiones generadas por la transición a la sociedad de la información.

Algunas teorías e interpretaciones sociales han intentado entender la esencia de la transformación estructural actual (Beniger, 1986; Miles, 1988; Monk, 1989; Martín, 1988; Williams, 1988; Lyon, 1988; Katz, 1988; Salvaggio (comp.), 1989; Cakwell (comp.), 1987; Forester, 1987; Hage y Powers, 1992, etc.). Todos ellos están de acuerdo en la centralidad de la generación de conocimiento y procesamiento de la información como las bases de la nueva revolución socio-técnica (Porat, 1977), igual que la revolución tecnológico-social basada en la producción y uso de energía constituyó la base de la aparición de la sociedad industrial (Kranz-berg y Pursell [comps.], 1967). Por esta razón, denominaré a la nueva sociedad «información-al» para indicar que los atributos sociales de generación y procesamiento de la información van más allá del impacto de las tecnologías de información y de la información en sí misma, del mismo modo que la sociedad industrial no podría ser simplemente asimilada a la difusión de la producción industrial.

Sin embargo, la intensidad de la estrella naciente deslumbra al observador. Pocas teorías son específicas, globales y bastante rigurosas para dar actualmente un marco interpretativo" para la comprensión de la nueva historia. Hay una considerable cantidad de investigaciones sobre los impactos sociales y económicos de las nuevas tecnologías, pero éstos no son más que aspectos parciales cuyo significado fundamental debería estar integrado dentro de un sistema más amplio de interacción social. El carácter sistemático de la teoría es más necesario que nunca para comprender esta nueva sociedad porque una de sus características centrales es la estrecha interdependencia entre sus diferentes esferas sociales, políticas y económicas.

Hay también un gran número de pseudoteorías- sociológicas, confirmando el hecho de que las profecías e ideologías ocupan rápidamente la falta de investigación académica en algunas situaciones de transición histórica.

En resumen, hay poca sistematización. pocas teorías rigurosas que nos capaciten para comprender lOS perfiles actuales de la estructura social de las sociedades contemporáneas como sociedades informacionales. Los mejores análisis construidos sobre tal proceso de transformación de la estructura social están todavía basados en los clásicos análisis sociológicos sobre la sociedad postindustrial. Por eso debemos volver a los orígenes contrastando la hipótesis sobre el postindustrialismo con la evolución actual de las sociedades en los últimos veinte años.

TEORÍAS DE LA SOCIEDAD POSTINDUSTRIAL

Es una sorprendente paradoja que la teoría de la sociedad post industrial fuera formulada, en su núcleo esencial, a finales de los 60 (Touraine, 1969), y a principios de los 70 (Bell, 1973), antes de la consolidación de la revolución de las tecnologías de la información. Sin embargo, las teorizaciones sociales de hoy sobre la transformación estructural de nuestras sociedades están aún dominadas por estas primeras construcciones teóricas, precursoras de una serie más amplia de interpretaciones sociales y económicas elaboradas aproximadamente en la misma época (Richta, 1969; Fuchs, 1968; Porat, 1977 etc.). Todas esas teorías estaban basadas en la idea común de que la sociedad industrial (no capitalista) había sido suplantada históricamente en su lógica y su estructura. El hecho de que la teoría se anticipara a las grandes transformaciones tecnológicas (el microprocesador (1971), el ordenador personal (1975), y la recombinación del ADN (1973)etc.), muestra que las tecnologías de la información son un componente esencial de la trasformación social en su conjunto, pero no el único factor determinante. Éstas son el resultado de las demandas sociales e institucionales para realizar determinadas tareas, además de ser origen de una serie de tranformaciones fundamentales de la manera en que producimos, consumimos, realizamos, vivimos y morimos.

En su esencia, la teoría del postindustrialismo se basa en una observación empírica fundamental: la productividad y el crecimiento económico aún organizan las sociedades alrededor de su lógica, en el proceso de trabajo y la distribución de la este modo generada. En este sentido, la teoría está en línea con la tradición marxiana. Además, el motor para el cambio al postindustrialismo es una innovación en las fuerzas de producción: durante la primera mitad del siglo veinte la ciencia y la tecnología fueron los principales fuentes de productividad. En el periódo que transcurre después de la segunda guerra mundial, el conocimiento y la información se convierten en los elementos fundamentales de generación de riqueza y de poder en la sociedad. Esta es la base de la teoría.

Sin embargo, es necesario profundizar esta afirmación. La tecnología no es solamente la ciencia y las máquinas: es también tecnología social y organizativa.

El primer análisis econométrico en que se basó la teoría del postindustrialismo (Solow, 1957;Kendrick, 1961) clarificó que la combinación de los factores de producción (básicamente el trabajo y el capital) y el uso eficaz de la energía, a través de la tecnología organizativa, sentaron las bases para la hipótesis de los orígenes de la productividad. Según estos análisis econométricos, el crecimiento de la productividad de las economías industrializadas no procede únicamente del crecimiento cuantitativo del capital o del trabajo en el proceso de producción, sino que se daba otro factor, reflejado en un residuo estadístico no identificado que apareció en las ecuaciones caracterizando la función de producción global. Se planteó la hipótesis de que el residuo era la expresión empírica de la ciencia, la tecnología y la administración.

Tanto la

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