Reseña: De espacio a territorio y de territorio a barrio: Una mirada desde la geografía humana

Reseña: De espacio a territorio y de territorio a barrio: Una mirada desde la geografía humana.

El espacio y el territorio son dos conceptos que, si bien se relacionan, no son sinónimos. Por ende, es necesario detenernos en analizar la relación entre estos dos conceptos entendiendo principalmente que la transformación del espacio a territorio no es un proceso automático, sino un complejo recorrido en el que no sólo va a intervenir el espacio físico, sino también la interacción de las personas con su entorno, las representaciones que se den de éste y que como resultado se configure un espacio social como lo es el barrio.

Partiendo de esa premisa, la extensión física donde se desarrolla la vida humana la podemos entender como espacio, sin embargo, no basta con dejar el concepto en ese límite o entenderlo como un escenario vacío, sino como un producto social, como contenedor de las relaciones sociales, como un símbolo, como una escala, y como una dimensión que estrechamente depende de otra, el tiempo. Al que posteriormente otorgándole una representación como tal dará cuenta de la existencia de un territorio.

El espacio es una de las dimensiones constitutivas de las relaciones sociales. “Adquiere un significado a partir del lenguaje, de los procesos de construcción de sentido que se desarrollan en la comunicación y en el marco de un orden social generado por la actividad humana” (Ussher, M., 2015, p. 249). Al ser una categoría abstracta, podemos pasar a entender que el espacio se transforma en territorio cuando una persona, un grupo, una comunidad le asignan significados y representaciones compartidas, es así como el espacio al ocuparlo y vivir una serie de dinámicas en él permite sentar una base que da como resultado las relaciones sociales, económicas y culturales que se dan en un lugar determinado, es contendor de esas mismas debido a que las personas interactúan entre sí en él, creando relaciones sociales, relaciones de poder y estructuras de organización. Adquiere un significado simbólico por la representación que se puede tener de los lugares, mismos que simbolizan valores, creencias e identidades.

El transcurso de espacio a territorio es un proceso dinámico y continuo que está influenciado por todo lo anteriormente mencionado, partimos diciendo que el espacio no es un mero escenario pasivo, sino que se configura como parte de la realidad social. Al igual que otras construcciones sociales, está impregnado de valores y se transforma a lo largo del tiempo en respuesta a los eventos históricos.  Por eso es por lo que el espacio se relaciona directamente con el tiempo, porque como Berger y Luckmann afirman ambos estructuran la vida cotidiana y tienen una dimensión social (1972), por lo cual simultáneamente el territorio se construye en la historia, es decir, que el territorio es construido a partir de que un espacio compartido empiece a adquirir sentido para una comunidad. ¿y cómo el espacio adquiere sentido?, a través de las representaciones sociales que se den de este, resultado de diversos procesos como la apropiación del mismo a través de las actividades cotidianas, las tradiciones y costumbres según con lo cual podemos crear vínculos emocionales y culturales con un lugar; la identidad, entendiendo que el espacio se puede convertir en un símbolo de identidad para una comunidad, en el cual se reflejan sus valores, historia y cultura; la memoria, que como una representación social compartida deja marcas en los territorios con los monumentos, señales, grafitis, carteles, etc. que se entienden como marcadores históricos del territorio donde el espacio precisamente es quien nos habla de la historia de un lugar; las relaciones sociales, siendo el espacio el que facilita la interacción social y por ende la construcción de redes de apoyo entre los miembros de una comunidad. El territorio es entonces el resultado de ese sentido y significaciones que se le otorgan al espacio. Es construido a partir de una serie de dinámicas que es importante analizar para entender sus nociones interpretativas, como también, el hecho de que permite evidenciar en un determinado espacio las formas en las que se desarrolla un barrio, un pueblo, una ciudad, etc. Puede ser analizado como una red o un tejido que articula componentes físicos, procesos ecológicos, sociales, políticos, históricos donde se evidencia el complejo modelado de la acción humana. Al ser entendido como mencionaba antes como una construcción social producto de la interacción entre diversos actores: individuos, grupos, instituciones, familias, etc. actores que generan formas de organización social y acción colectiva dentro de un espacio compartido, a diferentes escalas: personal, familiar, local, regional, nacional e incluso global podemos analizar que la construcción de un territorio y el ejercicio de la territorialidad a través de los distintos elementos que se articulan según el espacio-sociedad resaltan unos procesos comunitarios que vale la pena revisar.

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