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Sistema Nervioso

dyers1619 de Octubre de 2012

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El sistema nervioso periférico.

Los nervios craneanos: son doce pares y sus principales funciones son:

Nº Nervio craneano Función

I Olfatorio Olfato

II Optico Visión

III Oculomotor Constricción pupilar, apertura de los ojos y la mayoría de los movimientos extraoculares

IV Troclear Mirada hacia abajo en dirección nasal

VI Abducente Desviación lateral de los ojos

V Trigémino Motor: músculos temporales y maseteros (masticación y movimientos laterales de la mandíbula)

Sensorial: sensibilidad de la cara (rama oftálmica, maxilar y mandibular)

VII Facial Motor: movimientos de la cara (frente, orbiculares, peribucales)

Sensorial: sensibilidad gustativa de los 2/3 anteriores de la lengua (sabor salado, dulce, amargo y ácido)

VIII Auditivo Audición (rama coclear) y equilibrio (rama vestibular)

IX Glosofaríngeo Motor: faringe

Sensorial: sensibilidad gustativa del tercio posterior de la lengua (sabor salado, dulce, amargo y ácido), sensibilidad de la faringe, de la porción posterior del tímpano y del conducto auditivo externo

X Vago Motor: velo del paladar, faringe y laringe

Sensorial: faringe y laringe

XI Accesorio espinal Motor: músculo esternocleidomastoídeo y porción superior del músculo trapecio.

XII Hipogloso Motor: lengua

Los nervios periféricos: de la médula espinal salen treinta y un pares de nervios: 8 cervicales, 12 dorsales, 5 lumbares, 5 sacros y 1 coxígeo. Cada nervio tiene una raíz anterior (ventral) que lleva las fibras motoras y una raíz posterior (dorsal) que lleva las fibras sensitivas. Las raíces anteriores y posteriores se fusionan para formar nervios espinales cortos (de menos de 5 mm) los que a su vez se unen a otros similares para formar los nervios periféricos.

Las fibras sensoriales llevan los impulsos desde receptores ubicados en la piel, mucosas, músculos, tendones o vísceras. Entran por las raíces posteriores y hacen sinapsis con neuronas sensitivas secundarias que llevan los impulsos en dirección al cerebro. Algunos impulsos hacen sinapsis directa con neuronas motoras y dan lugar a reflejos espinales como son los reflejos tendíneos.

Las fibras motoras proceden de neuronas motoras superiores ubicadas en la corteza cerebral; estas bajan por los tractos corticoespinales y en las astas anteriores de la médula espinal hacen sinapsis con neuronas motoras inferiores. Los axones de estas neuronas salen por las raíces anteriores de la médula, se integran a nervios periféricos y llegan a la unión neuromuscular (placa motora). Al llegar el impulso nervioso a este sitio, se estimula el músculo.

Reflejos espinales.

Los reflejos tendíneos profundos son reflejos involuntarios que en su forma más simple involucran una fibra aferente (sensorial) y una eferente (motora), con una sinapsis entre ellas. Para provocar el reflejo se da un golpe en el tendón del músculo (que previamente se ha estirado un poco), y se genera un impulso sensorial aferente que hace sinapsis con neuronas motoras que inervan el mismo músculo y que se ubican en el asta anterior de la médula espinal. El impulso motor vuelve por las raíces anteriores, nervio periférico y al llegar a la unión neuromuscular se estimula el músculo.

Estos reflejos se localizan en distintos niveles de la médula espinal (p.ej.: reflejo del bíceps en el brazo: C5-C6; reflejo rotuliano: L2-L4).

Otros reflejos son los cutáneos abdominales y los plantares que se desencadenan estimulando la piel.

Las vías motoras.

Se distinguen tres tipos de vías motoras que conectan con las células de las astas anteriores: tractos corticoespinales, sistema extrapiramidal y sistema cerebelar.

• Tractos corticoespinales (piramidales). Los movimientos voluntarios se generan en la corteza motora del cerebro. Las fibras motoras de los tractos corticoespinales viajan hasta la región más baja del bulbo raquídeo en donde la mayoría de las fibras cruzan hacia el lado contralateral y continúan hacia abajo por los tractos corticoespinales laterales hasta hacer sinapsis con células del asta anterior o con neuronas intermedias. Gracias a los impulsos que viajan por estas vías se generan los movimientos voluntarios, incluyendo aquellos más complejos, delicados, y que implican destreza. Esto se logra estimulando determinados grupos musculares e inhibiendo a otros. También existen impulsos que inhiben el tono muscular, que es una tensión leve que se mantiene sobre los músculos normales, incluso cuando están relajados (es importante tener esto presenta ya que cuando se dañan las vías piramidales aparece hipertonía después de un tiempo). Las fibras de la corteza motora que conectan con neuronas motoras inferiores de los nervios craneales forman los tractos corticobulbares (o corticonucleares).

• El sistema extrapiramidal. Este es un sistema muy complejo que incluye vías motoras entre la corteza cerebral, los ganglios basales, el troncoencéfalo y la médula espinal, y que actúa separado de los tractos corticoespinales. Ayuda a mantener el tono muscular y a controlar los movimientos del cuerpo, especialmente movimientos gruesos automáticos como caminar.

• El sistema cerebeloso. El cerebelo recibe información sensorial y motora y coordina la actividad muscular, mantiene el equilibrio y ayuda a controlar la postura.

Estas tres vías motoras superiores afectan los movimientos sólo a través de las neuronas motoras inferiores, la llamada "vía final común". Cualquier movimiento, ya sea que se inicie voluntariamente en la corteza, "automáticamente" en ganglios basales, en forma refleja en receptores sensoriales, deben últimamente traducirse en acción por la vía de las células de las astas anteriores.

Cuando se daña un tracto corticoespinal, sus funciones se reducen o se pierden por debajo del nivel de la injuria. Una extremidad afectada se debilita o se paraliza, y movimientos complicados o delicados se efectúan en forma deficiente. El tono muscular aumenta y los reflejos tendíneos profundos se exageran. Si el tracto se daña por debajo de la decusación en el bulbo raquídeo el déficit motor ocurre en el mismo lado del cuerpo (ipsilateral). Si el daño ocurre por arriba de la decusación, el déficit motor ocurre en el lado opuesto (contralateral). Si la lesión es en el troncoencéfalo y afecta tractos corticoespinales y núcleos de nervios craneales, como el facial, puede aparecer una parálisis alterna (p.ej.: parálisis facial ipsilateral y hemiplejía contralateral).

El daño de neuronas motoras inferiores producen debilidad o parálisis ipsilateral, pero en estos casos el tono muscular y los reflejos están disminuidos. Además se produce atrofia muscular y pueden aparecer fasciculaciones (movimientos irregulares y finos de pequeños grupos de fibras musculares).

Las enfermedades del sistema extrapiramidal y del cerebelo no producen parálisis, pero son invalidantes. El daño al sistema extrapiramidal (específicamente los ganglios basales) produce cambios en el tono muscular (habitualmente aumentándolo), alteraciones de la posición y la marcha, un enlentecimiento o falta de movimientos espontáneos y automáticos (bradiquinesia o bradicinesia), y diversos movimientos involuntarios. El daño del cerebelo altera la coordinación, la marcha, el equilibrio y disminuye el tono muscular.

Las vías sensoriales.

Los impulsos sensoriales participan en los reflejos espinales como ya se vio, pero también participan en las sensaciones conscientes.

Un complejo sistema de receptores sensoriales registran impulsos de estímulos externos, la posición del cuerpo, procesos internos como la presión arterial. Fibras sensitivas registran sensaciones como dolor, temperatura, posición, tacto. Viajan por los nervios periféricos y entran a la médula espinal por las raíces posteriores. Los impulsos llegan a la corteza sensorial del cerebro ya sea por la vía de los tractos espinotalámicos o por las columnas posteriores.

Las fibras que llevan el dolor y la temperatura entran a las astas posteriores y hacen sinapsis con neuronas sensitivas secundarias cuyos axones cruzan al lado opuesto y suben por los tractos espinotalámicos.

Las fibras que conducen las sensaciones de posición y vibración pasan directamente a las columnas posteriores de la médula y suben hasta el bulbo raquídeo en dónde hacen una sinapsis con neuronas sensitivas secundarias cuyos axones cruzan hacia el lado opuesto y se dirigen al tálamo.

Las fibras nerviosas que llevan la sensación de tacto superficial toman una de dos vías. Algunas fibras conducen tacto fino (que permite localizar y discriminar en forma precisa). Estas fibras viajan por las columnas posteriores junto con las fibras que llevan la sensación de posición y vibración. Un segundo grupo de fibras transmiten el tacto grueso (que permite sentir el estímulo táctil pero sin una localización exacta). Estas fibras hacen sinapsis en las astas posteriores con neuronas sensitivas secundarias cuyos axones cruzan al lado opuesto y suben por los tractos espinotalámicos hasta el tálamo. Como los impulsos táctiles que se originan en un lado del cuerpo suben por ambos lados de la médula espinal, la sensación táctil a menudo se preserva a pesar de un daño parcial de la médula.

A nivel del tálamo el carácter general de la sensación se percibe (p.ej.: dolor, frío, algo agradable o desagradable), pero no se logra una distinción fina. Para una percepción completa, un tercer grupo de neuronas sensoriales llevan los impulsos desde las sinapsis en el tálamo hasta

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