UN DIALOGO NO AGOTADO DESDE LA “INFINIDAD CERCANA”

UN DIALOGO NO AGOTADO DESDE LA “INFINIDAD CERCANA”

RESUMEN

En el artículo se abordan desde una perspectiva crítica los límites y las extensiones de categorías tan discursadas como educación estética y educación artística a partir de las lagunas de indefinición que aún persisten en el universo limitado de cada una de ellas. Especial énfasis se le dedica a lo estético como una metacategoría teniendo en cuenta de que el pensamiento estético filosófico mundial aún no se pone definitivamente de acuerdo en el sistema estructural y funcional de la misma así como en los "cosmos" donde actúa.

Para comprender los problemas tradicionales y actuales de la educación estética, se hace necesario tener una delimitación lo más exacta que sea posible de los principios, conceptos, categorías, regularidades y leyes de los postulados teóricos de la misma ante las dificultades que en el orden conceptual y práctico se ha venido presentando en torno al alcance de las categorías de lo estético y lo artístico.

No existe duda en nuestros días que la estética en su doble condición de ciencia y discurso de la realidad social, ha logrado ir escalando peldaños de mucha importancia que la han ido convirtiendo en una especie de mega teoría que opera en cada uno de los contextos.

A pesar del carácter milenario que tiene esta ciencia, se ha venido produciendo en el país y en el sector educacional con mucha más fuerza un desconocimiento no concientizado sobre los límites, extensión y comunicabilidad posible entre lo estético y lo artístico.

Esto quizás ha venido sucediendo por una no acertada comprensión de las necesidades estéticas y artísticas de los humanos, ya sea porque no se han concebido, con la racionalidad que amerita la aplicación en el proceso enseñanza-aprendizaje en un momento determinado de sus vidas escolares o por limitaciones de los subsistemas.

Cuando el hombre (por naturaleza innata) establece su interrelación con el mundo que lo circunda, utiliza toda una serie de analizadores que lo diferencian sustancialmente del resto de los animales y por tanto aprehende el macro y microcosmos con ellos, dirigidos por ese maravilloso órgano llamado cerebro que propicia que, lo racional sea lo que presida ese nivel de disfrute interior sensible, en este caso, del emisor o del receptor.

Carlos Marx dejó claro el vínculo que existe entre las interrelaciones con la realidad objetiva y subjetiva del hombre, y lo que significa para la evaluación de la vivencialidad inmediata o a mediano y largo plazo, en este caso, de las emociones estéticas.

Además Marx planteaba que “nadie puede hacer algo, sin hacer esto al mismo tiempo en provecho de alguna de sus necesidades y para el órgano

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