Variable cuantificable

Variable cuantificable

Encontrar variables fijas para determinar el estrés térmico es algo complicado porque los umbrales pueden depender de la tolerancia de un individuo, que a su vez está influida por factores externos como la etnia, la condición física, el estado de salud, la dieta, el porcentaje de grasa corporal, la edad, la aclimatación, etc [1].

Algunas de las variables mencionadas anteriormente para determinar los riesgos relacionados con la temperatura pueden cuantificarse con precisión [1] [2]:

1. Temperatura del aire:

La temperatura del aire puede medirse utilizando termómetros o sensores de temperatura. Existen diferentes tipos de termómetros analógicos y digitales, o termómetros de bulbo seco y húmedo, que proporcionan mediciones precisas de la temperatura ambiente.

Los rangos de temperatura sugeridos suelen situarse entre 20 y 25 grados centígrados, en función de la actividad física realizada y de la percepción del entorno por parte del operario [1] [3].

2. Humedad relativa:

La humedad relativa puede cuantificarse utilizando higrómetros, que miden la cantidad de humedad en el aire. Los higrómetros pueden ser de distintos tipos, como los de pelo, los capacitivos o los de punto de rocío, en función de la precisión requerida y de las condiciones ambientales específicas [2] [3].

En cuanto a la humedad relativa, un rango entre el 40% y el 60% se considera cómodo y saludable para la mayoría de las personas. Los valores más altos pueden dar calor y dificultar la evaporación del sudor, mientras que los valores más bajos pueden resecar la piel y las vías respiratorias.

3. Velocidad del aire:

La velocidad del aire puede medirse con anemómetros, que miden su velocidad y dirección del flujo. Los anemómetros pueden ser de distintos tipos, como anemómetros de hilo caliente, anemómetros de hélice o anemómetros de cabrestante, en función de la precisión y la aplicación [1] [3].

La velocidad del aire debe ser suficiente para evitar molestias. En general, se recomienda que la velocidad del aire no supere los 0,25 m/s en los entornos de trabajo para evitar las corrientes de aire incómodas y el frío. Sin embargo, es importante tener en cuenta que puede haber normas y límites más estrictos para la velocidad del aire en industrias específicas, como la textil o la metalúrgica [4].

4. La ropa: El impacto de la ropa en el confort térmico puede evaluarse mediante encuestas o cuestionarios que recojan información sobre la ropa que llevan los trabajadores y cómo perciben el confort térmico. También pueden realizarse mediciones indirectas, como el índice de aislamiento térmico de la ropa (TICO) [4] [5].

Bibliografía

RESUMEN

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