Amar y matarse los unos a los otros
Mario S HerreraTrabajo22 de Noviembre de 2019
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AMAR Y MATAR LOS UNOS A LOS OTROS
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AUTOR: MARTIN CRUZ
OBRA EN UN ACTO.
OBSCURO
Oímos de fondo (que sube lentamente) la melodía “sonámbulo”, interpretada por santo y johnny.
Abrimos con luz blanca, tenue, que ira adquiriendo intensidad a medida que trascurra la melodía.
En el centro, Noema, se mueve al compás de la música, su cuerpo se mueve con candencia sensual y enamoradiza, como ensueño. Sonríe, aspra el olor de la playera que abraza contra su pecho. Asi durara, quizá, la primera parte de la melodía.
Noema de 17 años, lleva puesto un vestido cincuentero y una flor engarzada en la oreja.
Con la luz a toda plenitud, entra Ada, mujer de 45 años o mas, trae un mantel, se dirige a la mesa.
(La música ira bajando gradualmente)
ADA: Ya deja de soñar despierta y ven a ayudarme a poner la mesa. (Tiende el mantel)
NOEMA: Es que esa melodía me recuerda a mi abuelito. La ponía a todo lo alto, me cargaba y bailaba conmigo.
ADA: ¿Todavía te acuerdas?
NOEMA: ¿No es hermoso?
ADA: Mejor apaga ese ruido, y ve por los platos.
(Noema se dirige a apagar el tocadiscos),
El único recuerdo que tengo de tu abuelo es este. Un año viviendo juntos y todo para disponer de su cochina herencia.
NOEMA: Hablas como si se tratara de una gran fortuna.
(Sale de la escena, supóngase que acude a los platos mientras apunta en off)
Solo heredo propiedades pequeñas. La tienda de abarrotes ala tía Sara, el coche al tío Abraham y a nosotros esta casa.
ADA: Eso es lo que mas me puede. Tu padre y yo vimos por el hasta su muerte y mira con que nos pago. Con esta casa que esta hecha una ruina.
NOEMA: (Entrando, platos en mano, se dirige a la mesa) Ah, y la dichosa herencia sorpresa ¿Tu que crees que sea?
ADA: Para mi que es dinero. Por eso todos están deseosos de que llegue el sábado santo... Parecen aves de rapiña. ¡Alabado sea el señor que ya solo falta una semana! Una semana se nos va a ser eterna.
NOEMA: Ami no. te juro que me siento muy bien asi como estoy.
ADA: Por dios, Noema, no te des de santos. Todos estamos aquí por conveniencia, por ambición. Nadie quería al viejo.
NOEMA: ¡Yo si!
ADA: Eso ya lo se. Todavía recuerdo el espectáculo de lágrimas que diste el día de su entierro. Después de todo tengo que reconocer que eres una estupenda actriz.
NOEMA: No estaba fingiendo. Y yo si estoy aquí por el, no por sus bienes ni por su herencia sorpresa.
ADA: Cualquiera de nosotros que se gane la herencia sorpresa, se va a ir liso. Como me gustaría que fueras tú.
NOEMA: De tanto que la ambición que al final el ganador va a ser mi tío Abraham.
(Saliendo)
ADA: Eso no lo digas ni de broma. Cualquiera menos ese holgazán. Además, no creo que tu abuelito Adán haya tomado a su sano juicio una decisión tan perversa, antidemocrática como esa. Seria tanto como devolverle el gobierno federal al PRI.
NOEMA: (En off) Fue solo un “supongamos”.
ADA: Quiera dios que tu supucision no salga cierta.
NOEMA: (Entrando, con una jarra con agua) A ver, y según tu, ¿Quién de todos nosotros se la merece? Aparte de mí, claro.
ADA: ¡Por supuesto que tu papa, o tu hermano o al menos yo!
NOEMA: Ay, ma, quien diría que…
ADA: ¿Quién diría que?
NOEMA: nada, mejor olvídalo.
(Entra JARED, de 19 años, desarreglado, como recién salido de la cama. Viene comiendo una manzana. En esta escena, NOEMA, entrara constantemente a la cocina)
JARED: ¿Qué onda, jefa? ¿Qué hay de comer?
ADA: Mira la hora que es.
JARED: Apenas van a dar la una.
ADA: Por lo menos te hubieras dado un baño.
JARED: ¿Cuál baño? Aquí ni agua caliente hay. Parece una cárcel.
ADA: No te preocupes, mi cielo, en unos cuantos días nos iremos de aquí. A propósito, ¿Aque hora llegaste anoche?
JARED: Temprano.
NOEMA: (Entrando) cuarto para las cinco.
JARED: Tú cállate, nadie te pregunto.
ADA: ¿Cuarto para las cinco? ¿En donde estabas? Sabes demasiado que no me gusta que madrugues. Eres joven....
NOEMA: (Saliendo) Por lo mismo, por que es joven, si quiere comer el mundo a pedazos en una sola noche.
JARED: Ya hablo la madre Teresa.
ADA: A ver, no has respondido, ¿En donde estuviste?
JARED: Ay, jefa, que pregunta…
ADA: Si esa es la pregunta. ¿Dónde estuviste? ¿No te has dado cuenta que a tu edad corres peligro?
JARED: Estuve… estuve en “el arca de Noe”
ADA: ¿Qué es eso?
NOEMA: (Entrando, platos en mano) Una cantinucha.
JARED: No es una cantina, es un bar.
NOEMA: Okay, un bar. disfrazado de cantina.
ADA: ¿Has estado metido en un lugar de esos?
JARED: Me invito un amigo. El dueño del arca de Noe es mi cuate. Yo no pague ni un solo centavo.
ADA: Hijo, no andes haciendo esas cosas, mucho menos metiéndote en esos lugares. Ahí solo entran los borrachos.
NOEMA: (Saliendo) ¡Y los lividinosos que quieren ver mujeres en trajes de Eva!
JARED: ¡A que la canción!
ADA: ¡Jared! ¿Eso es cierto?
JARED: Mama, son desnudos artísticos, lo que pasa es que Nome les tiene envidia por que ellas si saben bailar.
ADA: ¿Son bailarinas?
JARED: ¿Qué te estoy diciendo, Ma? Es un centro cultural.
ADA: Ay menos mal. Si son bailarinas no hay problemas.
JARED: El arca de Noe es un lugar de mucha clase.
NOEMA: (Entrando, servilletas en mano) ¡Finísimo!
JARED: ¿Ya lo ves? Hasta mi hermana acaba de reconocerlo.
ADA: Estoy orgullosa de ti. Eres un buen hijo.
JARED: ¿Me dejaras ir otra vez?
ADA: Las veces que quieras. Pero procura no llegar tarde. Bueno, voy a ver la comida. En seguida regreso. Noema, vete avisándoles todos que ya vamos a comer.
(Sale)
(Pausa)
JARED: Por lo visto que no te cansas de hacerme la vida imposible.
NOEMA: Yo solo digo lo que es. De todas maneras, mama no deja de solaparte.
JARED: Te perdono por que no sabes lo que dices.
(Se sirve agua)
(Pausa)
NOEMA: Jared, ya hablando en serio.
JARED: ¿A poco estaba jugando?
NOEMA: Jared…
JARED: Esta bien, ¿Qué?
NOEMA: Jared, dime la verdad. ¿Tú quisiste a mi abuelito?
JARED: (Comiendo) Si, como no. el abuelito era muy buena onda. Nomás que si se paso con eso de traernos a vivir un año aca. Tan fácil que hubiese sido darle a cada quien lo suyo.
NOEMA: Interesado, igual que los demás. Pensé que en el fondo sentías algo especial por el. Pero veo que me equivoque.
JARED: (Se sienta, toma la playera se recuesta poniéndose la almohada)
Mira, es muy sencillo de entender…
NOEMA: (Arrebatándole la playera) ¡Trae aca!
JARED: El abuelo ya no esta y si algo nos dejo, pues hay que aprovecharlo. Eso no quiere decir que tengamos ámalos sentimientos. Si el asi lo quiso…
NOEMA: A eso es lo que voy. El abuelo nos inculco buenos sentimientos, nosotros estamos demostrando lo contrario. Todo parece indicar que esperaban su muerte.
JARED: A sus 89 que mas podíamos esperar.
NOEMA: Idiota.
JARED: El abuelo tenía buenos sentimientos por que se la pasaba todo el tiempo leyendo la Biblia. Siempre que veníamos a visitarlo nos salía con el cuento ese de que nos deberíamos amar los unos a los otros.
NOEMA: ¡Materialista!
JARED: Hay que vivir la vida hermana. No vamos a dejar perder los bienes del abuelo nomás por nuestros buenos sentimientos. Papa dice que cuando le entreguen la casa la va a vender y comprara otra mejor. A nosotros nos conviene. Y ya ve haciendo changuitos, chance y en una de esas uno de nosotros se saca la herencia sorpresa.
NOEMA: ¿Tu también?
JARED: Me dejo de llamar Jared Quintero Monfil a que es una buena feria, te lo apuesto.
NOEMA: No gracias. Todavía me debes lo del clásico.
JARED: Pues el tío Abraham si le entro a la apuesta. Si el se la gana, me va a dar la cuarta parte de la herencia o al revés. Nomás ponte a pensar en los años en que el viejo se la vivió ahorrando…
NOEMA: (Molesta, saliendo) Mejor pásale tu…
JARED: No te pongas asi hombre… dile a mama que ya me sirva de comer.
(Pausa)
Jared se levanta, se acerca al tocadiscos, toma el disco que esta en el interior, lo observa. Se oye que viene Abel y Abraham, entre 50 y 60 ambos.
...