Arte De Amar
josecristo10 de Noviembre de 2012
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TRABAJO.- Encontrar los procesos básicos del Desarrollo del Pensamiento, y los de Contracción y Expansión de ideas.
¿El Amor es una arte o una sensación placentera? Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar. Para lo cual en estos tiempos las personas tratan de ser lo más atractivos posibles cada sexo a su manera; los hombres tratan de ser ricos y de tener el mayor poder que le permita la sociedad y las mujeres en cuidar mucho su figura y verse provocativas. La mayoría de personas piensa lo segundo pero también la mayor parte de relaciones amorosas terminan en fracaso y esto es por tener una actitud de “amar es lo más fácil”.
La gente cree que amar es sencillo lo difícil es encontrar un objeto apropiado para amar o mejor dicho para ser amado por él; esto está sustentado por el concepto de amor romántico que maneja la sociedad (películas, música, propagandas).
Otro error es la confusión entre la parte inicial de “enamorarse” y la etapa permanente de estar enamorado o mejor dicho de permanecer enamorado. Esto ocurre cuando dos personas desconocidas dejan caer la barrera que los separa como extraños, para pasar a ser personas cercanas, a tal punto de sentirse uno, ese momento constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida y másaún si termina con la consumación de la atracción sexual. Sin embargo tal tipo de amor por como comienza (rápido) suele ser poco duradero ya que las personas llegan a conocerse tan rápido que su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso y termina en una rutina y aburrimiento mutuo.
Si la gente fracasara tan seguido en cualquier actividad profesional que realice terminara por razonar que hay algo que tiene que aprender con respecto a esa actividad. El amor no se aleja en nada a eso, si la gente ha fracasado tanto en sus relaciones amorosas es porque no ha tenido el conocimiento necesario para hacerla funcionar, lo mismo que pasa con cualquier disciplina, para poderte desenvolver bien necesitas técnicas, teorías básicas, disciplina y perseverancia para lo cual podríamos decir que el amor es un arte.
Uno de los problemas del hombre en cuanto al amor se refiere es el sentimiento de “separatidad” el cual es un sentimiento que los encierra en una prisión de soledad y aislamiento. La necesidad más profunda del hombre es superar su separatidad; el fracaso de tratar de vencer esto resulta perjudicial para la persona. Ciertamente hay personas que alcanzan y grado de individualización más que otras personas. En la infancia un niño no experimenta este sentimiento de separatidad mientras su madre se encuentre presente porque se siente uno con su madre. Pero a la medida que el niño crece también crece su sensación de separatidad e individualidad y la presencia de la madre ya no es suficiente y surge la necesidad de superar la separatidad de otras maneras.
En la sociedad occidental contemporánea la unión con el grupo es la forma predominante de superar el estado de separación. Hay surge la idea de pensar en que tengo que hacer como todos los demás, no tengo que tener pensamientos que me hagan diferentes, tengo que compartir las mismas costumbres, ideas, moda al patrón del grupo para poder estar salvado de la tan temible soledad y el sentimiento de ser excluido.
La frecuencia del alcoholismo, la afición a las drogas, la cumpulsividad del sexo y el suicidio son síntomas de haber fracasado en su intento de superar el sentimiento de separatidad.
Dentro de la teoría del amor existe una forma de amar inmadura a la cual llamaremos unión simbiótica. Este nombre (unión simbiótica) está relacionado a la madre y al feto, son dos y sin embargo uno solo (sym-biosis). El feto recibe dentro de la madre y depende de ella para que la alimente, la proteja lo cuide es decir su vida se ve realiza por la madre; pero la madre también depende del feto porque es parte de su cuerpo.
La forma pasiva de la unión simbiótica es la sumisión o también llamada masoquismo. La persona masoquista escapa del sentimiento de separatidad convirtiéndose en parte de otra persona que la dirige, que la guía, la protege que es su vida por así decirlo.
La forma activa de la unión simbiótica es la dominación o también llamada sadismo. La persona sádica quiere escapar de su soledad haciendo de otra persona una parte de sí. Es decir el sádico no puede estar sin el masoquista y viceversa. La diferencia radica en que la persona sádica es la que explota, humilla, lastima al otro individuo; y la masoquista es la explotada, humillada, lastimada.Dentro de este amor simbiótico podemos ver dos puntos extremos el masoquista y el sádico están muy relacionados entre sí pero en polos completamente opuestos.
El amor maduro en contraste con la unión simbiótica, significa unión a condición de preservar la propia integridad e individualidad. El amor es un poder que atraviesa que lo separa de sus semejantes y lo une a los demás sin dejar de ser el mismo.
El amor es una actividad no un afecto pasivo; es “estar continuado” no un “súbito arranque”. En otras palabras quiere decir que amar es fundamentalmente dar. Y esto se podría constituir en una regla en el arte de amar.
En el carácter mercantil el dar solo se involucraría si se recibiera algo por lo cual consideramos justo; pero el dar sin recibir sería una estafa. Muchas personas manejan este parámetro dentro del amor y piensan que dar es “renunciar” o un acto de empobrecimiento por lo cual se cierran a la idea de hacerlo. Algunos hacen del dar una virtud, que está relacionada con un sacrificio.
En el acto mismo de dar experimento mi fuerza, mi riqueza y mi poder. Tal experiencia de vitalidad y potencias exaltadas nos llena de dicha. Dar produce más felicidad que recibir, no porque sea una privación, sino porque en el acto de dar esta la expresión de mi vitalidad.
Además del elemento de dar, el carácter activo del amor implica ciertos elementos básicos, comunes a todas las formas del amor. Esto se podría representar con una variable “elementos básicos en el amor” y sus características podrían ser: cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento
El amor entre padres e hijos. Cuando un niño nace empieza un proceso de aprender muchas cosas como diferentes como poseedoras de una existencia propia: aprende que el fuego es caliente y doloroso, que la mamadera es dura y pesada aprende también a tratar con la gente; que la mamá sonríe cuando él come, lo alza en sus brazos cuando llora, que lo alaba cuando se mueve. Todas esas experiencias se cristalizan o integran en la experiencia: me aman. Me aman porque soy el hijo de mi madre, me aman por lo que soy. Sin hacer nada para ganarme ese amor –el amor materno es incondicional-. Pero la cualidad del amor materno tiene también un aspecto negativo. No solo es necesario merecerlo, mas también es imposible conseguirlo, producirlo o controlarlo.
En cierta edad de los niños (de ocho y medio a diez años), aparece un nuevo factor en ellos, el de producir amor por medio de una actividad. Por primera vez el niño piensa en dar algo a sus padres para ganarse su amor ya sea este un dibujo, una carta lo que fuere.
El amor infantil sigue el principio: “amo porque me aman”. El amor maduro obedece el principio: “me aman porque amo”. El amor inmaduro dice: “te amo porque te necesito”. El amor maduro dice: “te necesito porque te amo”.Estas podrían ser variables con sus características correspondientes.
El niño día a día se hace más independiente y la relación con la madre pierde algo de su significación vital; en cambio la relación con el padre se torna cada vez más importante.
Para comprender ese paso del amor materno al amor paterno, debemos considerar las esenciales diferencias cualitativas que existen. La madre ama a su hijo porque es su hijo, no porque el niño satisfaga alguna condición especifica ni porque llene sus aspiraciones particulares. El amor incondicional corresponde a uno de los anhelos más grandes no solo del niño sino de todo ser humano; por otra parte, que nos amen por propios méritos, porque uno se lo merece, siempre deja dudas; quizá no complací a la persona que quiero que me ame, quizás eso, quizás aquello –siempre existe el temor que el amor desaparezca-. Además, el amor “merecido” siempre deja el amargo sentimiento de no ser amado por uno mismo, de que solo se nos ama cuando somos complacientes, de que, en último análisis no se nos ama sino que se nos usa. Podemos observar que una actitud permanentemente complaciente puede resultar en un “amor” enteramente por interés.
El amor paterno es condicional. Su principio es “te amo porque cumples con mis expectativas, cumples tu deber, porque eres como yo”. En esta clase de amor encontramos un aspecto positivo como uno negativo. El negativo es que es condicional, que puede perderse si uno no hace lo que de uno se espera; en donde la principal virtud es la obediencia y la desobediencia se constituye el mayor pecado. El aspecto positivo es que el amor del padre puede conseguirse, no sale de nuestro control como ocurre con el de la madre.
El infante necesita el amor incondicional y el cuidado de la madre, tanto fisiológica como psíquicamente. Después de los seis años el niño comienza a necesitar el amor del padre su autoridad y su guía.
Una descripción del amor paterno es que debe regirse por principios y expectaciones debe ser paciente y tolerante, autoritario pero no amenazador.
Eventualmente la persona madura y llega a tener una conciencia materna y paterna a la vez; la materna le dice: “no hay ningún delito, ningún crimen, que pueda privarte de mi amor,
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