Ana y el hombre de la isla desierta

Ana y el hombre de la isla desierta

Había una vez una pequeña niña llamada Ana. Vivía en un hermoso pueblo cerca de la costa. Ana era una niña muy curiosa y aventurera, y le encantaba explorar la playa y coleccionar conchas marinas.

Un día, mientras caminaba por la playa, encontró una botella con un mensaje dentro. El mensaje decía: "Ayuda, estoy atrapado en una isla desierta. Por favor, envíen ayuda". El mensaje no tenía nombre ni dirección, pero Ana sabía que tenía que hacer algo para ayudar.

Ana decidió hacer un bote de madera para ir a la isla desierta. Con la ayuda de su padre, construyó el bote y se preparó para partir. Antes de salir, Ana hizo una mochila con comida, agua y algunas herramientas para ayudar a la persona atrapada.

Cuando Ana llegó a la isla desierta, se encontró con un hombre mayor. Estaba muy feliz de verla y le agradeció por venir a ayudarlo. El hombre había estado atrapado en la isla por semanas, después de que su barco se hundiera.

Ana se quedó en la isla desierta por unos días para ayudar al hombre. Juntos, construyeron una casa con materiales que encontraron en la isla y pescaron para conseguir comida. Ana y el hombre se hicieron amigos y se divirtieron explorando la isla juntos.

Finalmente, llegó un barco para rescatarlos y llevarlos de vuelta a casa. Ana estaba triste de irse de la isla, pero estaba feliz de haber ayudado al hombre y haber hecho un nuevo amigo.

De vuelta en su pueblo, Ana recibió una carta del hombre agradeciéndole por su ayuda y amistad. Ana se dio cuenta de que había hecho una buena acción y que la amistad era uno de los mayores regalos que podía recibir.

Y así, la historia de Ana y el hombre atrapado en la isla desierta se convirtió en una leyenda en el pueblo. La gente admiraba a Ana por su valentía y su amabilidad, y muchos niños querían ser como ella.

Fin.

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