Analisis de trampolin del tiempo

        Si bien es cierto que el petróleo ha sido para nuestra nación la mayor fuente de divisas, por tener la mayor reserva de petróleo comprobada en el planeta, no ha sido suficiente para alcanzar el nivel de vida que cualquier ciudadano esperaba, en este país que se creía tan próspero, como Venezuela.

Desde la nacionalización de Petróleos de Venezuela (PDVSA) el 29 de agosto de 1975, esta ha ido en descenso, debido a malas gestiones, despilfarro, y la falta inversiones, lo cual día tras día baja su productividad. Algunos economistas destacan que Venezuela sufre de lo que llaman “la maldición del petróleo”, en donde toda su economía se centra en un sistema dependiente de la exportación del llamado “oro negro”.  

Como consecuencia de este sistema mono-exportador, y la constante caída de los precios del petróleo desde el 2014 hasta la actualidad, han llevado a Venezuela a una severa y profunda crisis la cual se ya se data como la peor de la historia mundial. Pero, cómo llegamos hasta éste punto.

Algunos expertos afirman que la falta de educación desde los niveles más bajos, ha impactado de forma negativa en la cultura de nuestra sociedad. Pues es bien sabido que la misma (educación) es el pilar fundamental para  incentivar a la población a una nueva forma de obtención de recursos, que nos permitan una estabilidad económica.

Es decir, actuar como las grandes potencias lo hicieron, con el apoyo de científicos y de una población que este dispuesta a trabajar de la mano con el Gobierno y el sector privado, para hacer de la innovación y la creatividad el motor imprescindible para el surgimiento de nuestro país.

Para finalizar, como bien lo afirmó Arturo Uslar Pietri en el diario caraqueño “Ahora” en 1936, “Sembrar el Petróleo”, se resume de la siguiente manera:

“Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en ayudas, facilidades y estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales. Que en lugar de ser el petróleo una maldición que haya de convertirnos en un pueblo parásito e inútil, sea la afortunada coyuntura que permita con su súbita riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales.”

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