Antologia De Poemas
contra6 de Mayo de 2012
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Prologo
En mi antología hay algunos poemas de algunos escritores muy reconocidos como lo son pablo Neruda, Amado Nervo entre otros.
Algunas canciones de amor de los artistas Playa Limbo, Belanova entre otros.
Espero que mi trabajo sea de su agrado.
Índice
El amor- Pablo Neruda……………………………………………………1
Tus manos-Pablo Neruda………………..………………………………2
El primer beso-Amado Nervo……………………………………………3
Mi secreto-Amado Nervo……………………………………………….4
Promesa-Ramiro Fonte……………………………………………………5
Viajero-Ramiro Fonte……………………………………………………..6
Venus-Ruben Dario……………………………………………………….7
De otoño-Ruben Dario…………………………………………………..8
Una carta de amor-Julio Cortázar…………………………………….9
El breve amor-Julio Cortázar…………………………………………10
10 para las 10-Playa Limbo………………………..…………………….11
Amor mio-Eiza Glez.……………………………………………………..12
Nada de mas-Belanova…………………………………………………..13
Si yo fuera un chico-Beyonce…………………………………………14
Intocable-Alex Sintek……………..……………………………………15
El amor
Pequeña
rosa,
rosa pequeña,
a veces,
diminuta y desnuda,
parece
que en una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y a llevarte a mi boca,
pero
de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.
Autor: Pablo Neruda
Tus manos
Cuando tus manos salen,
amor, hacia las mías,
¿qué me traen volando?
¿por qué se detuvieron
en mi boca, de pronto,
por qué las reconozco
como si entonces, antes,
las hubiera tocado,
como si antes de ser
hubieran recorrido
mi frente, mi cintura?
Su suavidad venía
volando sobre el tiempo,
sobre el mar, sobre el humo,
sobre la primavera,
y cuando tú pusiste
tus manos en mi pecho,
reconocí estas alas de paloma dorada,
reconocí esa greda
y ese color de trigo.
Los años de mi vida
yo caminé buscándolas,
subí las escaleras,
crucé los arrecifes,
me llevaron los trenes
las aguas me trajeron,
y en la piel de las uvas
me pareció tocarte.
La madera de pronto
me trajo tu contacto,
la almendra me anunciaba
tu suavidad secreta,
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho
y allí como dos olas
terminaron su viaje.
Autor: Pablo Neruda
El primer beso
Yo ya me despedía.... y palpitante
cerca mi labio de tus labios rojos,
«Hasta mañana», susurraste;
yo te miré a los ojos un instante
y tú cerraste sin pensar los ojos
y te di el primer beso: alcé la frente
iluminado por mi dicha cierta.
Salí a la calle alborozadamente
mientras tu te asomabas a la puerta
mirándome encendida y sonriente.
Volví la cara en dulce arrobamiento,
y sin dejarte de mirar siquiera,
salté a un tranvía en raudo movimiento;
y me quedé mirándote un momento
y sonriendo con el alma entera,
y aún más te sonreí... Y en el tranvía
a un ansioso, sarcástico y curioso,
que nos miró a los dos con ironía,
le dije poniéndome dichoso:
-«Perdóneme, Señor esta alegría.»
Autor: Amado Nervo
Mi secreto
¿Mi secreto? ¡Es tan triste! Estoy perdido
de amores por un ser desaparecido,
por un alma liberta,
que diez años fue mía, y que se ha ido...
¿Mi secreto? Te lo diré al oído:
¡Estoy enamorado de una muerta!
¿Comprendes -tú que buscas los visibles
transportes, las reales, las tangibles
caricias de la hembra, que se plasma
a todos tus deseos invencibles-
ese imposible de los imposibles
de adorar a un fantasma?
¡Pues tal mi vida es y tal ha sido
y será!
Si por mí sólo ha latido
su noble corazón, hoy mudo y yerto,
¿he de mostrarme desagradecido
y olvidarla, no más porque ha partido
y dejarla, no más porque se ha muerto?
Autor: Amado Nervo
Promesa
Quizá fuesen mejores
Nuestros corazones cuando eran frágiles
Y algún golpe de mar, o la noche de julio
Pudieran abrirles las calladas heridas
Que ahora, y para siempre, llamaremos nostalgias.
Quizá fuesen mejores cuando eran
Cual regatos ligeros o lluviosas tardes
Que mojaban la infancia y partían
Un dominio común; un valle abierto,
Inmensos arenales, aquel balcón
Detenido en la presencia de pulidos geranios.
No eligieron barcos para partir lejos;
Ni la brisa liviana de un verano
Para que los apagase, con su fuego insumiso.
Semejantes a los hombres, desearon
A los árboles antiguos de esta tierra.
Autor: Ramiro Fonte
Viajero
En este lugar extraño
Penó doce lunas. Tres riachuelos partieron.
Uno se fue hacia el otoño,
El otro besó los arenales del verano y las quillas vencidas,
El tercero dos ciudades
Y un jardín
-El que llamamos Sur-.
Pero ninguno fue secreto manantial
Donde bebe la aurora y calma tu sed
Aquel dolor de escalas partiendo a ningún lugar
No pudieron borrarlo
De las íntimas bahías en las que fue tan feliz.
Por el tiempo de las lluvias
Regresó a los edificios
Que bajan hacia el mar cuando diciembre,
Con una llaga de playas y en su corazón
(Colmado hasta las orillas de cúpulas y viento)
No había tristeza.
Con la moneda del canto pagó bien sus deudas,
Quisiera ser nadie en las páginas que el Tiempo
Repasa como las luces de la estación más amada.
Escuchó a los oráculos y no quiso seguirlos.
Es dura la soledad a la orilla de algún puerto mientras esperamos
Y el resplandor deshace las telas de la alta noche.
Autor: Ramiro Fonte
Venus
En la tranquila noche, mis nostalgias amargas sufría.
En busca de quietud, bajé al fresco y callado jardín.
En el oscuro cielo, Venus bella temblando lucía,
como incrustado en ébano un dorado y divino jazmín.
A mi alma enamorada, una reina oriental parecía,
que esperaba a su amante, bajo el techo de su camarín,
o que, llevada en hombros, la profunda extensión recorría,
triunfante y luminosa, recostada sobre un palanquín.
«¡Oh reina rubia! -dije-, mi alma quiere dejar su crisálida
y volar hacia ti, y tus labios de fuego besar;
y flotar en el nimbo que derrama en tu frente luz pálida,
y en siderales éxtasis no dejarte un momento de amar.»
El aire de la noche, refrescaba la atmósfera cálida.
Venus, desde el abismo, me miraba con triste mirar.
Autor: Ruben Dario
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