BODAS DE SANGRE
7011858623 de Agosto de 2014
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BODAS DE SANGRE
La obra narra el amor entre un hombre, Leonardo, y una mujer que habían sido novios pero que no pudieron casarse por su diverso origen de clase. Luego él se casa con otra mujer, tuvo hijos y ella se iba a casar con otro hombre. Cuando la boda se acababa de celebrar, Leonardo se escapa con su viejo amor montado en un caballo, y le canta:
"Vamos al rincón oscuro
donde yo siempre te quiera
que no me importa la gente,
ni el veneno que nos echa".
Pero el novio, acompañado de algunos invitados a la boda, salen a perseguirlos por el bosque, momento en el que se despierta la Mendiga, que es la muerte, y aparece también la luna cantando y bailando. Todos ellos se unen a la persecución de los dos amantes, los encuentran y matan a Leonardo, aunque el novio muere también. En el último cuadro la novia acude a casa de la madre del novio dolida por lo sucedido y le pide que la mate, pero la madre rehúsa hacerlo.
En la obra aparecen los contrastes típicos de toda la obra de Lorca: el duro secano con el bosque frondoso y onírico, los impulsos individuales y la severa moral dominante, la boda y la sangre, la vida y la muerte. Siempre polos opuestos pero muy próximos y enfrentados.
También están sus símbolos más característicos: el agua, el caballo, la sangre, la navaja y, por supuesto, todo un desfile de personajes femeninos perfectamente perfilados. Salvo Leonardo, los personajes carecen de nombre propio (La Novia, La Suegra, etc.), y no faltan algunos abstractos (la Muerte como mendiga y la Luna como leñador joven con la cara blanca). En la obra resaltan los poemas líricos, cantados por personajes secundarios de la obra como las Muchachas, la Luna, la Suegra, etc.
El gran personaje de esta obra es La Madre, que había perdido violentamente a su marido y a un hijo a manos de la familia de Leonardo, que están en la cárcel cumpliendo condena. La Madre presiente que perderá al que le queda el mismo día de su boda, pero no duda en enviar a su hijo tras la venganza, porque por encima de todo siempre está el honor familiar.
Una vez más Lorca expone su tesis de que cuando las fuerzas instintivas, generadoras del amor, son sometidas a los códigos sociales, siempre represores, la circunstancia trágica surge inexorablemente. Las sociedad impide que las pasiones humanas broten espontáneamente y, su resultado final es la muerte. Y son los convencionalismos sociales los que frustran la felicidad humana. Leonardo y su antigua novia se casan con parejas a las que no aman, y no pueden vivir juntos porque su posición económica es distinta. Es característico el diálogo de los leñadores en el bosque comentando el suceso:
"-Hay que seguir la inclinación: han hecho bien en huir
-Se estaban engañando uno a otro y al fin la sangre pudo más
-¡La sangre!
-Hay que seguir el camino de la sangre
-Pero la sangre que ve la luz se la bebe la tierra
-¿Y qué? Vale más ser muerto desangrado que vivo con ella podrida".
Los frutos, así los de la tierra como los del hombre, llegan siempre envueltos en sufrimiento, en medio de lágrimas, y por eso el padre del novio, arquetipo del hacendado orgulloso, dice:
"En mi tiempo ni esparto daba esta tierra. Ha sido necesario castigarla y hasta llorarla, para que nos dé algo provechoso".
El análisis social está presente a lo largo de toda la tragedia. Así por ejemplo, alude a un jornalero que ha perdido sus dos brazos a consecuencia de una accidente con una cosechadora mecánica. Y el padre del novio dice desde su posición de propietario de tierras:
"Esta tierra necesita brazos que no sean pagados. Hay que sostener una batalla con las malas hierbas, con los cardos, con los pedruscos que salen no se sabe dónde. Y estos brazos tienen que ser de los dueños,
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