Como se La Yegua Indomable

La Yegua Indomable

Erase un vez un señor llamado Javier que vivía en un rancho muy a lo lejos de la ciudad, ese señor era muy ermitaño, era de esas personas enojadas con la vida por ciertas cosas, a los campesinos que iban a cosechar al rancho se les quedaba mirando de manera extraña, excepto a mí, yo tengo 16 años, hija de campesinos humildes, entre toda la colonia yo era la única que se podía acercar a Don Javier y a la yegua que tenía, su nombre era “Tonight”, todos los campesinos le temían, esa yegua era brava, agresiva no podías acercártele porque le tenías miedo, pero a la única persona con quien se mostraba débil era con Don Javier, tal vez alguna ocasión conmigo, pero no siempre, se rumoraba que Don Javier estuvo casado alguna vez, pero que la esposa se había ido con otro campesino lejos de la ciudad, eran solo rumores estoy segura, cuando había problemas con la yegua le llamaba a la esposa y llegaba rápidamente, tal vez esa yegua los unía, es una relación muy extraña.

Una tarde después de la cosecha, todos nos marchamos para limpiar el maíz, le pregunté a mis padres si es que podía jugar cerca de aquí y me dijeron que si, pero me advirtieron de no acercarme a las caballerizas y sobre todo a la de Tonight, asentí con la cabeza suavemente pero obviamente no les iba a hacer caso, mi finalidad de decirles que quería ir a jugar era para visitar a Tonight ya que estaba muy grave  había escuchado a Don Javier muy triste, cuando llegué a las caballerizas me mentí a la de la yegua, estaba dormida en el piso, cuando la toqué se espantó y me golpeó con la puerta muy fuerte, pero se asustó, pude verle la cara de preocupación, me le quedé observando unos segundo y vi cómo es que algunas lágrimas caían por su rostro, se volvió a recostar y yo solo me acerqué a acariciarla una vez más y preguntarle qué es lo que tenía.

Después de unos minutos escuché la voz de Doña Juana, aquí en el rancho era mejor conocida como “La Canana”, esposa de Don Javier, sabía que era ella, mi corazón me palpitaba al 100%, tenía que escapar de aquí sino me iban a encontrar y mis padres se enfadarían mucho conmigo, rápidamente abrí la puerta y me brinqué a la caballeriza de enfrente, eso me permitiría ver lo que platicaban los dueños de Tonight, el caballo por igual estaba dormido, así que solo debía de ocuparme de no hacer tanto ruido. Cuando llegó Don Javier y la Canana se mostraban muy agobiados, hablaban algo acerca de una enfermedad que tenía la yegua, recuerdo que mis padres habían hablado acerca del tema en una ocasión, pero nunca supe de qué tipo de enfermedad hablaban o si es que era muy grave, su cara se les notaba muy triste, y ambos comenzaron a abrazarse y a sollozar muy bajo; el veterinario llegó y después de analizarla miró a los dueños y moviendo la cabeza les decía que no, tal vez era momento de que Tonight se fuera, el veterinario les comentó de un tratamiento muy complicado que constaba de llevársela un par de meses, ya que aquí en un rancho era más complicado que se aliviara, el lugar no favorecía por infecciones, la finalidad era que se fuera a la ciudad a ser tratada en un laboratorio especial, cuando escuché eso me agarré a llorar yo por igual, no quería que se la llevaran creo que era yo y Don Javier las únicas personas con las que trataba la yegua, yo puedo llegar a decir que siento un vínculo muy fuerte, y no me imagino que me aparten de ella, y si así es mi dolor no me imagino el del pobre Javier, siempre la trataba con mucho cariño.

Canana había asentido a la propuesta del veterinario, sin embargo para Don Javier era una decisión que no será tan fácil tomar y se negó a dejarla ir, después de algunos comentarios de pelea, el veterinario se marchó y los dejó a ambos, no me imagino estar en el rancho sin Tonight, pero si no va que le pasará. La Canana se marchó a la vivienda y después de un rato me decidí a ir acercarme apoyar a Don Javier, cuando abrí la caballeriza se asustó de pronto se acercó a mí y me abrazó, acepto que nunca había recibido un abrazo así de fuerte. Me contó sobre la enfermedad de la yegua y que había muy buenas posibilidades de una cura, que la edad le favorecía que pero que a él le dolía que se marchara, que no existía posibilidad de irse, ya que en caso de irse la vivienda se iba a quedar sola, mientras me contaba todos sus problemas su cara estaba muy triste, Don Javier es buena persona, no entiendo porque es que todos en el rancho se muestran tan alejados de él; después de haberlo escuchado y de yo haber pensado algunas cosas y llorar con él le di una solución, cuando la escuchó se mostró algo dudoso pero aceptó y rápidamente fue con el veterinario y Canana a platicar; espero que realmente acepten mi idea, tal vez es algo loca pero espero que confíen en nuestra familia.

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