Contemporáneos

Un problema contemporáneo

Es notable que hoy en día se ha vuelto común el uso de la palabra contemporáneo. Bien sea porque estamos en la Era Contemporánea, vemos en las galerías muestras de Arte Contemporáneo, o nos relacionamos más que nada con gente contemporánea a nosotros. Es casi una marca de fierro que distingue nuestra época misma. Pero, ¿Qué tan bien usada es esta palabra? Lo seguro es que, tal vez, por tanto uso de dicha palabra se ha llegado a restringir su significado por parte del vulgo. Es común escuchar frases como "ellos dos son contemporáneos", refiriéndose a que nacieron en la misma época, con pocos años de diferencia o, en términos generales, "tienen la misma edad". Pero éste es un uso castrante de la palabra.

Considérese que decir "dos personas que tienen la misma edad" es semánticamente equivalente a decir "dos personas existentes desde el mismo tiempo", y éste es el significado que se le está asignando a contemporáneo dentro del lenguaje coloquial, Sin embargo, la RAE, en su diccionario, toma la palabra en otro sentido: "Existentes en el mismo tiempo (...) en que se vive". Y resulta que en termina siendo una palabra más incluyente que desde.

La palabra desde “denota el punto en tiempo (en este caso) (...) del cual se empieza a contar un hecho”, en este caso la existencia de ambas personas. Mientras que en indica “en qué tiempo (momento) (…) se realiza lo expresado por el verbo”, o sea, la existencia de ambas personas. Lo segundo no implica lo primero, pues el que dos cosas sucedan en el mismo tiempo no implica que hayan empezado en el mismo tiempo, o, para verlo de una manera más gráfica, no es lo mismo decir “vienen caminando desde la misma cuadra” a decir “vienen caminando en la misma cuadra”. Por tanto, decir que dos personas contemporáneas son aquellas que nacieron en la misma época, o, como dije antes, dos personas existentes desde el mismo tiempo, es reducir las posibilidades de aplicación de la palabra pues excluye a las personas que no nacieron en la misma época pero viven, o existen, en la misma época.

Ahora, se reconoce que somos los hablantes quienes transformamos la lengua con el constante uso, y en últimas, los que la construimos día a día para mantenerla vigente. Pero construir implica expandir, no contraer ni reducir. Sin embargo, con el significado actual que el vulgo le otorga a contemporáneo se le está restringiendo su campo de acción, y reduciendo su verdadero alcance y posibilidad de uso, lo cual es menoscabar el idioma y empequeñecerlo. Esto, como hispano-hablantes, nos deja como debilitantes, por no decir destructores, de nuestro propio idioma. Sin embargo, se podría decir que no toda la culpa de este malentendido la tiene el vulgo, pues la misma Real Academia Española invita a la confusión

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