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Características o factores comunes entre los adolescentes infractores (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008):

Edad: Existe una relación directa donde a mayor edad se observa un aumento progresivo de los delitos, identificando que el riesgo de convertirse infractor habitual es tres veces más alto para niños, niñas o adolescentes que comienzan a delinquir a la edad de 7 a 12 años que para los que comienzan más tarde (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Impulsividad: Generalmente un niño o adolescente que se caracterice por la realización de análisis pobres que realiza de sus actos antes de llevarlos a cabo, es capaz de generar daños irreparables que el mismo no ha previsto, aumentando la peligrosidad de sus actos debido a la poca predicción y poca conciencia sobre los mismos (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Afán de protagonismo

Fracaso escolar: El fracaso escolar viene muy ligado a la baja autoestima debido a la falta de reconocimiento de habilidades, intereses y motivaciones; esto produce en los niños, niñas y adolescentes se comporten desafiantes frente a las normas que se establecen en sus contextos de funcionamiento, como por ejemplo el colegio. Debido a esto, se presenta deserción escolar por dificultades de comportamiento y bajo rendimiento académico (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Consumo de SPA: El consumo de sustancias psicoactivas en los niños, niñas y adolescentes está motivado por la búsqueda de sensaciones, por el espíritu de liderazgo y superioridad entre sus pares y por la falta de supervisión y de control de los padres (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Baja Autoestima: Diversos factores y situaciones (maltrato intrafamiliar, negligencia, el abuso sexual, la desescolaridad, la pobreza etc.) que influyen en el estado de ánimo de los niños, niñas y adolescentes repercuten en sus acciones y en la forma como visualizan la vida, exponiéndolos a la experimentación de situaciones de riesgo psicosocial (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Familia desestructurada: La negligencia cometida por parte de los padres hacia sus hijos, donde hay baja supervisión, maltrato físico y verbal, se modelan conductas inapropiadas, no se les brinda afecto y ni garantizan sus derechos básicos, donde la convivencia habitual de la familia conflictiva, hacen que los niños, niñas y adolescentes reproduzcan los mismos modelos de conducta que evidencian en sus hogares (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Clase socioeconómica baja

Falta de afectividad: Cuando un niño, niña o adolescente carece de remordimientos o culpas, conceptos que deben ser adquiridos por aprendizaje durante la infancia, cometen conductas inadecuadas sin conciencia de las consecuencias que estas generan (Garrido citada por Soria, 2005; Varela, Ramírez, Martínez Galván y Dimas, 2008).

Agresividad: Un niño, niña o adolescente ejerce violencia sobre otro individuo, ya sea por medio de fuerzas materiales (armas blancas o de fuego) o acudiendo a amenazas para obligarla a realizar alguna cosa que el desee, con el ánimo de infundir temor y superioridad sobre la víctima. Cabe aclarar que estos son modelos adquiridos en la infancia por figuras de autoridad o pares. De acuerdo a Bandura (1973) mencionado por Stoff, Briling y Maser (2002), desde el punto de vista del aprendizaje social, las conductas agresivas manifiestas, se presentan por la presencia de agresión física entre familiares proporcionando un

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