Cuento de terror. La sombra

La sombra

Un hombre,joven pero muy sabio,decidió pasar un tiempo en un país cálido,ya que él vivía en una región muy fría y estaba deseando vivir días más largos y soleados. Así que,el sabio,pasaba mucho tiempo durante el día en su habitación,observando el balcón que tenía enfrente y jugando con su propia sombra,que evidentemente,se movía al tiempo que él lo hacía. El hombre,aburrido de pasar tanto tiempo allí solo,comenzó a hablar con su propia sombra.

Ay,si al menos tú pudieras mirar qué hay dentro de esa casa…

Al joven sabio le llamaba mucho la atención ese balcón cuya puerta siempre estaba semi abierta .Las flores eran delicadas y hermosas y bien cuidadas,pero nunca había conseguido ver a nadie.

La extraña aparición del balcón
Una noche,el sabio se había quedado medio dormido,cuando de pronto,al abrir los ojos,observó una intensa luz que venía del balcón de enfrente.

Los días pasaron,y su sombra no daba señales por ningún lado,pero al octavo día,comenzó a nacer una sombra nueva. Sin embargo,al cabo de tres semanas,ya era una sombra bastante decente.

La reaparición de la primera sombra
Al abrir,se encontró cara a cara con un hombre delgado,muy elegantemente vestido y con pose de sabio. Soy su sombra.

– ¡La poesía!-  .Gracias a ella me hice humano,y luego solo tuve que conseguir un traje para darme una apariencia más respetable.

La propuesta y el trato final
Al fin y al cabo,viví muchos años pegado a ti y aprendí mucho.– ¿Cómo dices?-
– ¡Me estás insultando! ¡Yo no puedo ser tu sombra! ¡Tú eres la sombra!-  .Y diciendo esto,la sombra se despidió del sabio .Al cabo de unos meses,regresó.– Veo que las cosas no mejoraron para ti- le dijo la sombra al sabio-.
Vendrías con todos los gastos pagados,por supuesto,ya que estarías pegado a mí como una sombra. Al fin y al cabo,yo sería el señor .El sabio estaba tan débil,que decidió aceptar la oferta.
Yo creo que sé por qué has venido al balneario es porque ¡No tienes sombra!

– ¿Cómo que no?-

 Sí la tengo,pero como soy especial,mi sombra también lo es .Es casi tan sabia como yo,y está allá sentada,esperando a que salga del agua- y la sombra señaló al sabio,que permanecía sentado cerca de él.– Fíjate si es sabia también mi sombra que contestará esta pregunta por mí .La princesa quedó maravillada por la sombra.

La sombra no quiso decir nada a su antiguo amo hasta que viajaron y llegaron al palacio.– No grites- le dijo la sombra- o tendré que llamar a los guardias. 

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