Cuento

Un día todos los animales se reunieron para hacer una gran fiesta; Doña Jirafa al ver que todos estaban aburridos, los invito a realizar un juego, entre los animales se miraban extrañados; ¡Un juego¡ Pero de qué, pregunto don Elefante? Y doña jirafa riendo dijo: Porque no jugamos al escondite, y los animales no sabían cómo era ese juego y Dona jirafa les explico.

Al principio algunos decían que no, pero con el tiempo y las ganas de otros animales aceptaron.

La jirafa comenzó a contar, y al terminar grito: Mil, ni por delante ni por detrás, y comenzó a buscar, con tan buena suerte que al primero en encontrar fueron los caracoles y las tortugas, ya que estos son muy lentos y no alcanzaron a esconderse.

Continuo buscando y encontrando, a los leones y jaguares los encontró cazando gacelas, a las ovejas en la pradera pastando y al lobo acechando a las ovejas, así uno a uno fue encontrándolos a todos.

A las aves en el cielo, las encontró volando, a los peces, ballenas y delfines en el mar y ríos los encontró. Solo le quedaba un animal sin encontrar, que era la lombriz de tierra, por más que escarbo y busco no la encontraba, recorrió toda la tierra y no la encontraba, ya cansada se sentó en una gran montaña a llorar pues no había podido encontrar la lombriz, y sus lagrimas bañaron el suelo, hasta hacer un gran charco de agua.

Y el llanto de la pobre jirafa llego a oídos de la lombriz, la cual al escuchar su pobre amiga llorando decidió salir, asomando su pequeña cabeza, la jirafa encantada de descubrir a su amiga y terminar el juego la coloco en su hombro y volvió donde los demás animales y todos contestos siguieron festejando y cantando, pues ese juego los había hecho cambiar de actividad.

Colorín, colorado, este cuento se ha acabado.

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