Cuento

No tenía idea pero la Encontró

La historia de Mía, una adolescente sin visión de lo que podría llegar a ser su vida, llena de todo el poder que pudiera desear solo gastaba su vida en pasar día con día tratando de escaparse de su realidad. Todos los días asistía a su colegio, hablaba con sus amiga, todas con expectaciones muy altas de que querían hacer en la vida ella sin tener una respuesta, es más no se interesaba en buscarla tampoco.

Un día pareciendo ser un día normal Mía estaba establecida ya en su lugar de clase, hablando y poniéndose al día de lo que pudo haber pasado la tarde anterior con sus amigas y de la nada entra un inesperado profesor, el suplente, era el maestro de 4to. Bachillerato, nadie lo conocía porque todas habían pasado ese grado y fue contratado después del despido del antiguo profesor, este sin lugar duda empezó a dar las instrucciones de la maestra que se ausento, posterior a eso todas empezaron hacerle preguntas de ¿De qué colegio venía? ¿Cómo le había ido en su primer día de clase? ¿Qué pensaba del colegio? Todas haciendo estas preguntas exaltadas solo una destaco, la de Mía, ella pregunto: ‘’ ¿Qué estudio en la universidad y qué fue lo que fue lo que lo inspiro?

El con una sonrisa, empezó a contestar su pregunta, empezó con una delicada historia de cuando era niño, todas al oír la primera frase de su respuesta se desinteresaron pero Mía no, quería saber porque los ojos se iluminaron al empezar a contestar. El profesor contó su versión corta de como supo que carrera quería seguir, y todo tomo lugar cuando él tenía 17 años, al igual que ese día un profesor suplente entro en su clase contando sus experiencias de vida sorprendió al que era en ese entonces un adolescente de ultimo grado, admirado por todos los viajes y amistades que tenía aquel maestro suplente, el joven de 17 años supo que quería ser. Empezó a estudiar relaciones exteriores que en aquel entonces no era muy bien aceptada la carrera, sabía que no tenía nada que ver con la carrera que había estudiado en colegio, pero igual tenía algo en su interior que le decía que era la correcta.

Mía al ver las expresiones y los alemanes con el que el profesor suplemente declamaba hipotéticamente su historia quedo admirada, pero aun así nadie podría contestar su pregunta a que carrera quería seguir, todos en su familia trataban de facilitarle la decisión recordándole que tenía que estudiar algo relacionado con empresas, números y algo más que tenía que ver con estar sentada en una mesa. Ella al pensar en todo eso le afligía pensar que iba a parecer aquella mujer que miraba en su casa todos los días con un teléfono en mano acarreando la computadora a todos lados sin tiempo de preguntarle a su hija cómo le estaba yendo en el colegio y que pensaba de la universidad , era su mamá.

Ella sabía que si su madre tomaba un tiempo para preguntarle que quería seguir en la universidad, Mía hubiera reflexionado un poco de cuales sería sus potenciales carreras, pero eso no sucedía. Se podría decir que hasta las maestras le ponían más interés en su futuro que su propia madre.

Tras pasar varios días desde que aquel maestro entró al aula, ver como su mamá tenía hace dos semanas ya que no le dirigía una palabra porque estaba muy ocupada se pudo a meditar como quería su vida, sin tiempo de ser una buena madre o interesarse por las personas. Sin duda paso toda la noche con ese pensamiento, pero creo que ya era tiempo que se tomara la decisión porque tenía una semana para ir hacer los exámenes específicos de la universidad.

Aquella noche marcó el principio de su verdadera vida.

4 años después de su carrera universitaria, Mía cuenta la misma historia que le conto aquel profesor pero esta vez de su vida y con más ilusión.

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