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Cuentos Cortos (fragmentos)


Enviado por   •  6 de Agosto de 2012  •  1.184 Palabras (5 Páginas)  •  5.156 Visitas

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Juan era el menor de 2 hermanos, que vivían en una casita pequeña en un pueblo español, junto a su padre.

El hermano de Juan era un chico inteligente al que todo el mundo admiraba, incluido su padre. Sin embargo, de Juan pensaban que era un chico tonto que no se enteraba de nada.

Un día, el padre de Juan le dijo: “Juan, no mires a tu hermano que tiene sangre en la mano y puede darte miedo..”

Juan se quedó paralizado y le dijo a su padre: “Papá, ¿qué es eso del miedo? No se lo que es el miedo..”

Su padre, pensando que se había vuelto más tonto todavía, le echó de su casa y le dijo: “¿No sabes lo qué es el miedo? Pues vete por ahí a buscarlo“.

Y así lo hizo Juan, salió de su casa a buscar el miedo para enterarse de qué significaba esa palabra.

Durante 3 meses corrió innumerables aventuras, con osos salvajes, esqueletos vivientes, serpientes venenosas, … pero salía ileso de todas las amenazas y nunca llegaba a tener miedo. Juan seguía pensando: “¿Qué será eso del miedo? Quiero saber qué es el miedo!!!“

Mientras pensaba, iba caminando y tropezó con un castillo muy muy viejo, en el que ponía un cartel bien grande: “El que aguante tres noches en el castillo sin que le pase nada, conseguirá la mano de la princesa y se casará con ella“.

Juan pensó que podía ser una buena oportunidad para ver si descubría el miedo, así que se apuntó a la hazaña de las tres noches en el castillo tenebroso.

Juan pasó las tres noches rodeado de monstruos y fantasmas, pero una vez más no sintió miedo…

(Juan Sin Miedo, Hermanos Grimm)

Érase una vez un pastorcillo que vivía en un pequeño pueblo cerca del bosque. El pastorcillo se llamaba Pedro, y todas las mañanas sacaba a pasear a su rebaño de ovejas por el campo, cerca del pueblo.

Pasaba tanto tiempo en el campo, que se aburría muchísimo, y ya no sabía que hacer para divertirse un poco y pasar el rato.

Estuvo pensando en unos cuantos juegos, y al final se decidió a divertirse a costa de los vecinos del pueblo.

Un día por la mañana, cuando Pedro pasaba cerca del pueblo, empezó a gritar: “Que viene el lobo!! El lobo!! Socorro!!”

Los vecinos, alarmados al oír los gritos de Pedro, corrieron a socorrerle, pero cuando llegaron al lugar, se encontraron con Pedro riéndose a carcajadas y diciendo: “Qué tontos!! Se lo han creído!! Jajaja!“.

Los vecinos enfadados, volvieron al pueblo sin dirigirle la palabra a Pedro, porque ellos se habían preocupado por él y en realidad se trataba de una broma de mal gusto.

Al día siguiente, Pedro volvió a gritar lo mismo: “Que viene el lobo!! Socorro, mis ovejas… se las come!!“. Los vecinos del pueblo le oyeron gritar y algunos de ellos, ya no le creyeron, sin embargo otros, pensando que podía haber sido una casualidad, corrieron a ayudarle porque Pedro podría correr peligro.

Cuando llegaron a donde se encontraba Pedro, volvieron a ver la misma imagen, Pedro muriéndose de risa y gritando: “¡¡ Otra vez os he engañado!! ¡¡ Jajaja!!

(Pedro y el Lobo, Sergéi Prokófiev)

Había una vez un joven príncipe que era muy gruñón, gritaba e insultaba a las personas, y por tanto tenía pocos amigos.

Una noche cuando él estaba solo en su habitación, se le apareció un hombre sabio y le entregó unas semillas en las manos diciéndole:

- En tus manos entrego estas semillas,

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