¿De qué manera las cualidades que poseía Jean-Baptiste Greounille en su infancia fueron consecuencia para el trato con otros personajes y su vida?

¿De qué manera  las cualidades que poseía Jean-Baptiste Greounille en su infancia fueron consecuencia para el trato con otros personajes y su vida?

Cada ser humano en el mundo posee en si cualidades que logran crear una diferencia con respecto al resto de personas que lo rodeen, cualidades que pueden inclusive llegar a hacer reconocer al individuo que las posea y a realizar relaciones con otras personas de forma positiva o negativa. Jean-Baptiste Greounille es el individuo perfecto para llegar a saber como sones pudieron lograr  destacarlo desde que era un simple neonato, y además observar la forma en que estas condiciones transforman al personaje de la obra “El perfume” en un milagro de vida, un niño que pudo vivir más de lo que necesitaba. A través de un análisis de la obra se plantea llegar a indagar si las cualidades que poseía Jean-Baptiste Greounille eran o no ortodoxas, y además con esto analizar si su vida fue beneficiada o no por las mismas.  

“Greounille era distinto.”^[1]

Con esta oración presente en el libro, Patrick Süskind escribe que el pequeño Greounille es distinto, sin embargo no explica en que era diferente, el lector entonces debe buscar en torno a lo sucedido para saber las razones por la que Jean-Baptiste Greounille es distinto. Creando así un efecto de duda e inseguridad por el personaje.

“(…) no había ninguna acción humana, ni creadora ni destructora, ninguna manifestación de vida incipiente o en decadencia que no fuera acompañada de algún hedor.”^[2]

Patrick Süskind crea en el lector una imagen de una ciudad, pueblo o nación que no está excelsa de los malos olores y que, inclusive, cada tarea del hombre tampoco puede estar libre de estos.

Sin embargo Jean-Baptiste Greounille quien nació en esta ciudad donde todos apestaban y, sobre todo en uno de los lugares más apestosos de la ciudad carecía de olor. “(…) ¿Despide mal olor? –No huele a nada en absoluto”^[3]

Aunque el lector poseía la idea intacta de que todos debían apestar igual, Patrick Süskind le da un giro inesperado a esta cualidad compartida y provee una única a Greounille, lo hace completamente inodoro ante el resto de personas y logra hacerlo diferente. Además con esto también transformar esa cualidad de Jean-Baptiste Greounille de su aroma inodora a una especie de metáfora para aludir de que el no huele porque aún es un niño y no puede oler como los demás por su inocencia que no ha sido mancillada aun. “Hombres y mujeres apestaban a sudor y a ropa sucia; en sus bocas apestaban los dientes infectados, los alientos olían a cebolla y los cuerpos, cuando ya no eran jóvenes, a queso rancio, a leche agria y a tumores malignos”^[4]

Patrick Süskind aclara y explica la razón de porque los niños no apestan como el resto de personas en el reino. A través de esta cualidad Greounille logra desde pequeño una reacción de su nodriza sobre él.

Sin embargo Jean-Baptiste Greounille no es el poseedor de esta única cualidad.

“La nariz, en cambio, era otra cosa. Así como los ojos mates del niño bizqueaban sin ver, la nariz parecía apuntar hacia un blanco fijo (…)”^[5]

En esta parte Patrick Süskind comienza a aflorar su realismo mágico, y nos expone a un niño que si bien no huele a nada, ahora además posee una nariz ávida, y con esto forma una idea de que esta cualidad puede ser un complemento a causa de su falta de olor.

Ahora ya posee algo que complemente su falta de olor, empero, ¿será atractiva esta cualidad para el resto?

“(…) ¡El niño inodoro le olía con el mayor descaro, eso era! ¡Le husmeaba!

Y Terrier se imaginó de pronto a sí mismo apestando a sudor y a vinagre, a chucrut y a ropa sucia. Se vio desnudo y repugnante (…)”^[6]

A partir de esta cita, se aprecia que la nueva cualidad del niño no era agradable, que más bien hacía sentir al padre Terrier ahora ya no en desagrado con el niño, si no con él mismo, como si quisiera analizarlo desde lo tangible hasta lo intangible. Como si de repente con esa nariz tan ávida le expiara sus pecados a través de su olor que cambio cuando dejo de ser un niño. “Los sentimientos más tiernos y las ideas más sucias quedaban al descubierto ante aquella pequeña y ávida nariz”^[7]

“Se puso en pie de un salto y dejó la cesta sobre la mesa. Quería deshacerse de aquello lo más de prisa posible, lo antes posible, inmediatamente”^[8]

Lo más sorprendente es ver como Süskind tan solo trataba a Greounille como un objeto más, en tan solo un pedazo de carne, pero esto pudo verse influido por el existencialismo del autor, el cual al parecer quiso reflejarlo para crear una situación impresionante. Es una situación tan agravante que inclusive quien realiza esta acción es un sacerdote, quien siempre debe velar por el bien de los demás, pero debido a la cualidad de Greounille el sacerdote olvida su deber y actúa irracionalmente, queriendo echar al niño. “¡A la calle con él!, pensó Terrier, a la calle inmediatamente con este… “demonio” (…)”^[9]

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