Definición de valores
weritaaMonografía19 de Septiembre de 2011
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CAPITULO II
Dimensión teórica
Los valores
Para esta problemática quisiera empezar primeramente por definir los valores que son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro. También son fuente de satisfacción y plenitud.
“Partimos de que los valores son elementos muy centrales en el sistema de creencias de las personas y están relacionados con estados ideales de vida que responden a nuestras necesidades como seres humanos, proporcionándonos criterios para evaluar a los otros, a los acontecimientos tanto como a nosotros mismos” (Rokeach, 1973 )
Nos proporcionan una pauta para formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros intereses, sentimientos y convicciones más importantes. Los valores se traducen en pensamientos, conceptos o ideas, pero lo que más apreciamos es el comportamiento, lo que hacen las personas. Una persona valiosa, integra, es alguien que vive de acuerdo con los valores en los que cree. “Ella vale lo que valen sus valores y la manera cómo los vive”.
Los valores, Son la base para vivir en comunidad por esta razón tenemos la tendencia a relacionarlos según reglas y normas de comportamiento, pero en realidad son decisiones. Sin embargo hoy es tema recurrente en la educación, debido al alto consumo de de drogas y violencia extrema. Podemos preguntarnos si los valores siguen siendo la base de la sociedad, ya que en el mundo de hoy cada vez valen menos y dicho asunto suele preocuparnos solo cuando su falta nos perjudica, es decir, cuando la carencia de los mismos afecta nuestra vida.
Los valores necesitan la etapa de revisión seria y la de su aplicación. Mientras no tengamos nuestra escala de valores, resolvamos nuestra crisis de valores individual y nuestras acciones sean congruentes, no podremos a aspirar a tener un mundo diferente, una sociedad más equilibrada y un futuro más alentador. Es por este motivo que los docentes tenemos la gran responsabilidad de fomentar en nuestros alumnos la necesidad de los valores hacerles entender que son la base para vivir en sociedad y que ellos podrían cambiarla y hacer un futuro mejor.
Siguiendo con los valores pero enfocándome en el respeto, un valor que prácticamente se está perdiendo en su totalidad, por la sociedad en que vivimos, por la falta de los padres al inculcar este valor, de los docentes por que en ocasiones dejamos de largo que el respeto es uno de los valores más importantes para crecer como persona.
La importancia de los valores en la actualidad
Muchos siglos antes de nosotros las culturas antiguas reconocieron el peso y el significado de los valores. En la actualidad seguimos empleando la palabra “valor” para referirnos al conjunto de actitudes y acciones con que se expresa lo mejor de los seres humanos. Los hay de muchos tipos y enfoques: pueden aparecer en el mundo natural, en la creación artística y dentro del sistema de gobierno vigente en un país. Manifestarlos y reconocerlos contribuye a elevar nuestra calidad de vida en la medida en que responden y favorecen a la dignidad del ser humano.
Los valores biológicos están relacionados con el desarrollo físico y emocional de nuestro cuerpo; se vinculan, por ejemplo con medidas para preservar la salud y el bienestar general. Los valores intelectuales se refieren a las actividades de investigación y aprendizaje que impulsan el desarrollo mental y nos conduce ala comprensión del mundo. Los valores estéticos o sensibles nos acercan a disfrutar el mundo y al reconocimiento de su belleza. Los valores religiosos son propios de las personas que profesan alguna fe y, mediante ella se sienten vinculadas a la figura de dios. Los que más peso tienen en la sociedad son los valores morales que sintetizan y hacen posible y hacen posibles los otros valores al garantizar una convivencia sana, amistosa en la que todos pueden conseguir su máximo crecimiento a la par que el propio.
Los valores morales tienen una utilidad práctica para regir nuestra conducta ante las situaciones comunes y excepcionales de la vida, el esfuerzo comienza en lo individual distinguir cual de todas nuestras actitudes posibles orienta mejor nuestro crecimiento personal. Después por el grupo humano que nos rodea, poco a poco los valores van enriqueciendo la vida familiar, la convivencia en la escuela, el trabajo y el marco social donde nos desempeñamos, vivirlos es posible y deseable en todos los ámbitos de la acción humana.
El orden que le damos a los valores permite que actuemos o no de acuerdo con ellos. Un valor se realiza, se hace pleno, cuando se convierte en un habito, es entonces cuando somos virtuosos. El valor existe, pues, en la acción y vivencia de lo que apreciamos y respetamos.
Como parte de este mismo esfuerzo, debemos evitar y rechazar todo aquello que se oponga al bienestar de nuestro pequeño mundo personal, y al del gran mundo al que pertenece la humanidad. Así mismo, es indispensable procurara que las otras personas vivan y disfruten los valores morales, mucho mas importantes y significativos que los valores materiales a los que suele darse tanta importancia.
Definición de respeto
la palabra respeto proviene del latín respectus y significa “ atención” o “consideración” el respeto es un valor que permite que el hombre pueda reconocer, aceptar, apreciar, y valorar las cualidades del prójimo y sus derechos.
El respeto es la base fundamental para una convivencia sana y pacífica entre los miembros de una sociedad. Para practicarlo es preciso tener una clara noción de los derechos fundamentales de cada persona, entre los que se destaca en primer lugar el derecho a la vida, además de otros tan importantes como el derecho a disfrutar de su libertad, disponer de sus pertenencias o proteger su intimidad, por sólo citar algunos entre los muchos derechos sin los cuales es imposible vivir con orgullo y dignidad.
Abarca todas las esferas de la vida, empezando por el que nos debemos a nosotros mismos y a todos nuestros semejantes, hasta el que le debemos al medio ambiente, a los seres vivos y a la naturaleza en general, sin olvidar a la patria en que vivimos. Para ser respetuosos debemos tratar con la misma consideración con la que nos gustaría ser tratados, y sobre todo valorar y proteger todo aquello que nos produzca admiración.
El respeto comienza en la propia persona. El estado original del respeto está basado en el reconocimiento del propio ser como una entidad única, una fuerza vital interior, un ser espiritual, un alma. La conciencia elevada de saber “quién soy” surge desde un espacio auténtico de valor puro. Con esta perspectiva, hay fe en el propio ser así como entereza e integridad en el interior. Con la comprensión del propio ser se experimenta el verdadero auto respetó.
“Según Ríos (2004) indica que los valores son siempre una elección individual, forman parte de la personalidad y se aprende en el proceso de socialización, en la creación de lazos afectivos con profesores y compañeros de estudio, en general de las experiencias cotidianas.”
El conflicto se inicia cuando falta el reconocimiento de la propia naturaleza original y la del otro. Como resultado, las influencias negativas externas dominan completamente el respeto. Estabilizarse en el estado elevado del propio ser asegura auténtico respeto por y de los demás debido a que se actúa con la conciencia de que todo ser humano tiene un valor innato, que es puro y virtuoso. Esta forma de pensar garantiza la victoria final, porque la interacción sobre esta base asegura que surja la bondad inherente del propio ser y de los demás.
La causa de todas las debilidades se origina en la ausencia de autorrespeto. La persona se llena de diferentes deseos o expectativas, exigiendo consideración o respeto de los demás. La persona, al hacerse dependiente de fuerzas externas en lugar de sus poderes internos, mide el respeto mediante los factores físicos y materiales, tales como la casta, el color, la raza, la religión, el sexo, la nacionalidad, el estatus y la popularidad. Cuanto más se mide el respeto sobre la base de algo externo, mayor es el deseo de que los demás tengan un reconocimiento hacia mí.
El desafío es desarrollar el valor del respeto en el propio ser y darle una expresión práctica en la vida diaria. Aparecerán obstáculos para probar la solidez del respeto y, con frecuencia, se sentirán en los momentos de más vulnerabilidad. Es necesaria la confianza en uno mismo para tratar con las circunstancias con seguridad, de manera optimista, esperanzadora. En las situaciones en las que parece que todos los apoyos se han desvanecido, lo que permanece fiel es el nivel en que se ha podido confiar internamente en el propio ser.
“Según Martínez (2007) señala que el respeto es la base para una convivencia armónica. Se debe respetar los derechos de cada persona, sus sentimientos, sus ideas, sus espacios, su intimidad, su tiempo, su trabajo, sus pertenencias. De esta manera las relaciones serán siempre claras, cordiales y sin conflictos; cuando las personas se quieren y se valoran, se respetan a sí mismo y de esta forma se gana el respeto de los demás. Quien no se quiere así mismo, no se puede establecer límites para las otras personas, sepan hasta dónde puede llegar.”
Por tanto, pretender ganar respeto sin permanecer consciente del propio valor original se convierte en el método mismo para perderlo. Conocer el valor propio y honrar el de los demás es la auténtica
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