Del Amor a la Locura

Del amor a la locura

Del amor a la locura La vida diaria se rige por momentos tristes y alegres, por retos y logros cumplidos y también por problemas que se pueden resolver favorablemente o no, según el lugar y la perspectiva de donde se generen y de quien los vive. Cada persona toma la decisión de seguir adelante con su vida y la forma en que tiene que superar sus problemas es decisión única y personal, a veces puede tomar mucho tiempo en resolverlos y otros simplemente siguen adelante iniciando un nuevo capítulo de su vida adaptándose a una nueva forma de vivir, tal y como sucede en el libro Mujeres de Ojos Grandes de Ángeles Mastretta (1990).

Ángeles Mastretta, es una escritora y periodista mexicana nacida en Puebla, México un 9 de octubre de 1949; en sus obras destaca primordialmente, una sucesiva contextualización del pensamiento feminista mexicano de los años setenta y ochenta, formo parte integral del movimiento feminista de México, que con sus trabajos de investigación y ensayos contextualiza a través de su obra narrativa, la opresión de la mujer.

Mujeres de Ojos Grandes es una novela en la cual se relatan múltiples historias, siendo mujeres sus principales protagonistas; en este ensayo se hablará de la Tía Carmen, una mujer que cambia su vida totalmente cuando se da cuenta que su marido con el que vivió más de quince años y al cual conocía como la palma de su mano, le era infiel; por un momento borro su memoria y trato de alejar cualquier recuerdo de su mente, recuerdos de amor hasta llegar a la locura. La forma más fácil de centrar la locura a nivel social es como lo contrario de lo normal, se puede tomar como un acto de rebeldía y como una forma de salir del conformismo y el sistema de poder; es sinónimo de genialidad, tal y como se menciona en el libro Encuentro con la locura (2012).

En esta obra se puede ver reflejado 3 cuando Carmen se entera que su marido salía con otra persona y su forma de reaccionar a tal situación la llevó al extremo de perder la cordura. “Así que tras ponerse de luto y actuar frente a él como si no lo viera, empezó a no pensar más en sus camisas, sus trajes, el brillo de sus zapatos, sus pijamas, su desayuno, y poco a poco hasta sus hijos” (Maestretta, p.27). Esta forma de actuar, que podría interpretarse en cierta forma como venganza hacia la persona que amaba y que la decepciono, la empezó a alejar de la realidad y no solo consiguió borrar a su marido, el que tanto daño le había hecho, sino también borró a sus hijos quienes eran fruto de su amor y alegría.

 Como se podría salir de una gran decepción amorosa, cuando el entorno en que las personas crecen está lleno de críticas, miradas, juicios y malos consejos, que estos, en lugar de consolarlos, buscan acrecentar el dolor; justificando la acción del hombre como normal, algo que no es extraordinario para la época en la que se vive. Es como si las personas alrededor fueran indiferentes a los sentimientos ¿Sería una ayuda profesional la que cure el desequilibrio emocional y los haga volver a tomar el rumbo correcto de la vida?, aislados, medicados, rodeados de doctores y personas que comparten un mismo mal, lograrán hacer recuperar la cordura de las personas. Según Cristina Sacristán (2009), “en su significado literal, el manicomio sería ese territorio destinado a cuidar, tanto en el sentido de atender como en el de vigilar, a peligrosas y diferentes personas que se han alejado de la realidad”.

Y es aquí donde Carmen, debido a su desconsuelo termina en este sitio que la sumergía más en la soledad y locura. “Lo borro del mundo con tanta precisión, que no solo su suegra y su cuñada, sino hasta su misma madre estuvieron de acuerdo en que debían llevarla a un manicomio”. (Maestretta, p.27). Es así como el entorno familiar que no es indiferente al dolor de una persona amada trata de ayudar a un ser querido a recuperar su estabilidad 4 emocional, dándole amor, consuelo y atención adecuada para que pueda salir de su bloqueo mental, y así seguir adelante. Lamentablemente la mayoría de las personas hoy en día, viven su vida en el pasado, recordando lo que fue, flagelándose por los errores cometidos y de cómo no fueron capaces de seguir su vida feliz adaptándose a las nuevas condiciones, dejando de enfocarse en mejorar su futuro. La peor crisis que se vive en estos momentos no es la económica, sino la crisis de vocaciones de actitud positiva. Es verdad que actualmente se está viviendo una etapa de gran crudeza, pero más cruda y difícil se sentirá cuanto más se tarde en recuperar el optimismo y la confianza, tal como lo menciona Victor Kuppers (2012).

...