Cuento: Locura de amor

Cuento: Locura de amor.

En una tarde perfecta. El sol daba en su atardecer una luz nítida y brillante en las calles de la ciudad. Las actividades de los habitantes de tal ciudad, llenos de algarabía y entretenimiento daban a la ciudad un colorido paisaje y un sentimiento de vida abundante.

Pero en esa ciudad existía una hermosa joven proveniente de una familia humilde pero muy numerosa y reconocida en la ciudad, pues sus padres habían sido algunos de los fundadores y pioneros de esa gran ciudad en crecimiento.

La hermosa joven como la conoceremos en nuestro cuento bella con cabello lacio y muy largo estaba deseosa por amar y por ser amada.

Desde niña a ella le enseñaron que lo más importante en esta vida es el amor, le enseñaron que el amor se entrega a quien de verdad se ama, y cuando verdaderamente se es respondida, además le enseñaron que no podía amar a nadie antes de conocerlo; entonces su amor ella lo debía entregar con mucha cautela y precaución, a alguien especial, de eso ella estaba segura de amar a quien le correspondiera verdaderamente en el amor.

De repente esa tarde ella topó con un chico muy galante, apuesto y aparentemente sincero y con gusto y una sonrisa en sus labios él preguntó ¿Cuál es tu nombre?

Ella le dijo su nombre, y luego él le dijo el suyo y desde entonces… algo broto en ellos.

Esa sería la primera impresión de vista, y hubo un intercambio de miradas y sentimientos; algo él se llevó de ella, y ella se llevó de él.

Empezaron a hacerse amigos, ¡Grandes amigos! se veían todos los días, en un parque y siempre se juntaban en la fuente del parque, los atardeceres ya no volvieron a ser iguales para ninguno de los dos, las caídas de sol y la brisa acariciante en los rostros de ambos eran los testigos del amor que se gestaba entre los dos jóvenes enamorados.

Los encuentros frecuentes y las miradas con que ambos se atravesaban con el tiempo empezaron a convertirse en miradas de amor y pasión el uno del otro y empezaron a quererse, empezó en ellos a nacer un amor muy profundo del uno al otro, muy pronto él se interesó en comprarle un anillo para que el compromiso se volviera más serio entre ellos y muy pronto se volvieron novios. Y pasó tiempo.

El amor fue creciendo cada vez más y más, era algo que no se podía creer, era algo que ninguno de los dos podían controlar era un amor tan mágico, puro y verdadero que parecía un sueño, las despedidas eran largas y los reencuentros más amorosos.

Ellos deseaban que esto no terminara nunca.

Pero cierto día por circunstancias de la vida, la familia de ella tenía que hacer un viaje muy largo, para él la noticia no era muy grata era una noticia inesperada era toda una eternidad sin el amor de su vida que ya le había robado el corazón.

Llego el día de partir y así fue, ella tuvo que salir de la ciudad, y mientras ella salía y se alejaba más y más de la ciudad su corazón latía muy fuerte de saber que el amor de su vida no venía a su lado como algún día lo soñó.

Lagrimas corrieron por sus mejillas, con el consuelo de que pronto ella volvería a tenerlo junto a si, y volverían a verse para nunca volverse a separar.

Así fue, ella partió a tierras muy lejanas de donde él estaba.

En los días de su ausencia de ella, él esperaba muy ansioso su llegada pasaban los días como una larga eternidad para él; de seguro el día en que ella debía regresar se acercaba.

Él, en la espera, y con ansiedad por dentro, latía en su corazón cada vez más fuerte. Por fin el día muy esperado llego.

Desde muy temprano su motivación más grande era que esa tarde él vería a su amada; las horas de trabajo de parecieron eternas porque él la amaba; pero llego la tarde, y la noche, y muy avanzada la noche, y no llego, luego al otro día y el tercero y cuarto día y ella NUNCA LLEGO.

Una grande tristeza invadía su corazón y decidió en medio de su dolor y angustia, salir por las calles de la ciudad sin rumbo fijo, sin tener a donde ir, de pronto en un noticiero local de periódico de aquella ciudad, salió en la portada de ese día que una familia residente de esa ciudad habían sufrido un accidente aparatoso y desgraciadamente todos habían muerto, cuando se percató de la nota al obtenerla se dio cuenta de que quienes habían sufrido el accidente ¡Era la familia de su amada!

Sosteniendo el periódico en sus manos grandes gotas de lágrimas corrían por sus mejillas inconteniblemente, gran sollozo invadía duramente su corazón; esa tarde lloro amargamente.

¡No lo podía creer!

Sus sueños morían con la ausencia de ella, el sol se obscurecía y lo verde de todo paisaje se tornaba gris, la razón de su existencia se la

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