Discurso Para El ICFES
RocioJara18 de Noviembre de 2013
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Hoy, nosotros los estudiantes del grado décimo hemos querido hacerle un reconocimiento a los estudiantes de once, quienes presentaran sus pruebas ICFES y están a punto de dar el gran paso: La graduación. Para ellos escribí este discurso, un discurso hecho desde el afecto de una estudiante convencida de que el esfuerzo que han hecho durante estos once años tendrá su merecida recompensa y que nos dejarán el mejor legado como motivación para los que seguimos.
Iniciaré estás palabras con una historia: Hace un tiempo, un alumno muy prometedor, escribió una carta a su padre informándole de que no estudiaría leyes, de que no sería un científico ni, tampoco, un economista. No. Él había decidido, inspirado por un carismático profesor, que estudiaría filología clásica. Su padre, que era un hombre eminentemente práctico, le escribió, totalmente horrorizado y furioso, otra carta comunicándole que no entendía, de ninguna de las maneras, qué utilidad podría tener, en la actualidad, saber griego clásico o leer a Platón y a Aristóteles. Le era completamente imposible comprender para qué le iba a servir a su hijo conocer, por ejemplo, la influencia de los clásicos en la literatura actual. Quién iba a pensar, en aquel entonces, que, este alumno, un filólogo llamado Ted Turner, fundaría la cadena de noticias CNN y sería vicepresidente de Time Warner, uno de los mayores imperios mediáticos del mundo.
Esto nos demuestra que, en principio, no hay unas carreras mejores que otras pues ni cierta carrera nos dará paso, de forma intrínseca, a una vida llena de comodidades ni aquella otra nos hará tener, automáticamente, un mayor prestigio social. Todo lo contrario, será nuestra valía la que importe, serán nuestras ganas de aprender y de mejorar las que nos hagan grandes, serán nuestros actos, nuestros logros, las metas conseguidas las que se conviertan en nuestra carta de presentación y nos definan como personas y como profesionales.
Miguel Delibes, excelente novelista, dijo una vez que la educación es un sucesivo despertar de curiosidades que luego, a lo largo de la vida, se irán saciando con el estudio y con la experiencia. Esta curiosidad, este anhelo por aprender ha generado en nosotros el nacimiento de un sueño, un sueño que aún está por realizarse: saciar nuestra curiosidad estudiando una carrera universitaria. Por eso han cursado los estudios de bachillerato, sueñan con carreras como medicina, fisioterapia, economía o empresariales, entre otras, pero, permítanme darles un consejo: independientemente de cuál sea la carrera que finalmente cursen, estúdienla con pasión, luchen por ser los mejores, demostrando, paso a paso, lo que nosotros ya sabemos que valen, disfrutando, cada día, con lo que haces y permitiendo que las curiosidades satisfechas abran nuevas incógnitas que deban ser resueltas. Vicente Huidobro dijo ‘Poetas, no cantéis a la rosa, hacedla florecer en el poema’. Así pues, no hables del éxito como algo posible, hagan florecer, en su interior, el entusiasmo necesario para tener la suficiente energía vital que les permita llegar a él.
Cada persona es el conjunto de vivencias que ha ido acumulando a lo largo de la vida y ustedes están viviendo uno de los momentos más importantes para todo ser humano: están a punto de terminar una etapa definitiva, una etapa dura, pero apasionante. Ahora es el momento de salir ahí fuera y demostrar al mundo lo que valen. Ahora solo queda el hinchar el pecho de orgullo, porque este es su momento, y recuerden que este es solo un capítulo más en nuestras vidas. Van a caer varias veces, eso está segurísimo, ya que solo así aprenderán como levantarse con más fuerza. Compañeros sean creativos, sean insaciables, y cada día, esfuércense por ser cada vez mejores y mejores, porque el camino hacia el éxito acaba de empezar. Suerte y recuerden que para cambiar el mundo hay que empezar por uno mismo.
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