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Don Quijote, Cap 21


Enviado por   •  21 de Abril de 2014  •  703 Palabras (3 Páginas)  •  419 Visitas

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El capítulo 21, “En el Toboso. El encantamiento de Dulcinea” pertenece a la novela Don Quijote de la Mancha escrita por Miguel de Cervantes Saavedra. Don Quijote fue la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortés, por el tratamiento burlesco que da a la misma. Representa la primera obra literaria que se puede clasificar como novela moderna y también la primera novela polifónica, y como tal, ejerció un influjo abrumador en toda la narrativa europea posterior.

Don Quijote, un caballero ándate junto a su amigo Sancho Panza se encuentran en la ciudad de el Toboso en busca de Dulcinea, según Quijote, ella es una doncella.

Ellos van en busca de Dulcinea para que le dé la bendición a Quijote antes de que se encamine a otra de sus aventuras.

Quijote piensa que Sancho sabe en dónde queda el palacio de Dulcinea por eso le pide a él que lo guie hasta allá pero Sancho no tiene la mínima idea de donde puede vivir ella, así que Sancho le dice a Quijote “Señor, ya están amaneciendo y no es bueno que estemos en la calle, será mejor que salgamos fuera de la ciudad y que vuestra merced se quede en una arboleda cercana, que yo volveré de día, y buscaré la casa, alcázar o palacio de mi señora; y cuando lo encuentre, hablaré con ella y le diré dónde y cómo queda vuestra merced esperando que le dé orden de verla” pág. 160. A lo cual Quijote acepta.

Quijote se queda mientras Sancho se va en busca de la tal Dulcinea, diciéndose “Sepamos ahora, Sancho hermano, adonde va vuestra merced: ¿Qué voy a buscar? Voy a buscar, como quien no dice nada, a una princesa. Y ¿adonde? Al Toboso. Y ¿conozco su casa? Mi amo dice que han de ser unos reales palacios, o unos soberbios alcázares. Y ¿la he visto alguna vez? Ni yo ni mi amo la hemos visto jamás. ¡Buscar a Dulcinea por el toboso es como buscar una aguja en un pajar! ¡El diablo, el diablo me ha metido a mí en esto” pág. 161-162; y así sigue en el camino, hablando solo hasta que se le ocurre hacer pasar a una labradora por Dulcinea, diciéndose a sí mismo “Mi amo está loco pues la mayoría de veces toma unas cosas por otras, y juzga lo blanco por negro y lo negro por blanco, como le ocurrió cuando dijo que los molinos de viento eran gigantes y los manadas de carneros ejércitos de enemigos, y otras muchas cosas” pág. 162 y así lo hizo.

Cuando llego donde Quijote le dijo que había encontrado a Dulcinea y lo llevo a donde supuestamente estaba ella pero las únicas personas que estaban ahí eran tres labradoras, Sancho le dice que una es Dulcinea y otras dos doncellas que son ascua de oro, según dice Sancho. Al principio Quijote dudaba de que verdad fueran doncellas pero luego cuando las vio aunque no lucían como él creía pensó que verdad era Dulcinea y doncellas. Luego cuando una de esas labradoras lo trata mal él dice “¿Qué te parece como me tratan

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