EL INDESTRUCTIBLE

                                                       EL INDESTRUCTIBLE

 Hoy 10 de abril de 1912 zarpa el Titanic( el barco más grande que jamás haya existido) hacia New York desde Southamptod, al sur de Inglaterra.

 Yo estaba muy emocionado ya que había sido uno de los afortunados que habían elegido como sirviente de la primera clase por la compañía naviera White Star. Llevábamos haciendo los preparativos todo un día para que la gente se diera cuenta del gran barco de lujo en el que estaban montando.

Yo veía con mis propios ojos la felicidad de los niños y familias  sobre todo los de clase media y los de la tercera clase, ya que eran muy afortunados por viajar en un barco así. Se empezó a escuchar la turbina en movimiento el Titanic ya salía.

La primera noche había salido como planeamos, nadie estaba nervioso por viajar en un barco ya que lo consideraban indestructible. Todas las conversaciones en ese salón eran económicas y todo el mundo era muy formal. Tras terminar de servir a los de primera clase me fui a ver como celebraban estar en el Titanic los de tercera clase ¡eso sí  era una fiesta! aunque inmediatamente me tuve que ir ya que si me reclamaban desde algún camarote y no estaba allí a mi encargado no le gustaría mucho. Ya era tarde y todo el mundo se había dormido, pero yo quería aprovechar y salir afuera a sentir el viento en la cara y ver el agua en movimiento, tras un rato decidí irme a dormir ya que mañana tendría que levantarme pronto para servir a los pasajeros.

Comenzaba el segundo día y se veía a los pasajeros disfrutar de las instalaciones, correr a los niños con mucha felicidad  y a muchos enamorados disfrutando mirando hacia el mar, la verdad es que era impresionante el ambiente que había en el Titanic.Y el sonido de los violines junto con las grandes instalaciones, ya que había detalles por todos lados, por ejemplo las escaleras que llevaban al comedor estaban hechas con un precioso marmol, los muebles de roble,todo esto hacía que estuviéramos en un sueño que era realidad. En ese mismo día pude conocer al capitán del barco ya que se me asignó esa noche el tener que llevarle la cena al puesto de mando, él y yo nos empezamos  hacer amigos y él mismo pidió que fuera yo siempre el que le llevase la comida, ese mismo día nos hicimos muy  amigos,  me dijo que el próximo día fuera al puesto de mando a hablar con él. Ya se estaba haciendo de noche y como el anterior día me puse a mirar el mar pero esta vez con el capitán del barco Edward Smith, este me invitó a un puro, algo que no me hacía mucha gracia pero por respeto lo acepté. Tras terminarlo y dejar que más de la mitad del puro se consumiera me fui a dormir al camarote.

Amanecía,con un gran sol iluminando todo el barco,enseguida me dirigí hacia el capitán para darle su respectivo desayuno,en ese día me enseñó cosas de la navegación, la verdad es que no me imaginaba que fuera tan complicado, ya que de las muchas cosas que me dijo, más de la mitad se me olvidaron.

La felicidad en el barco era como la del primer día,todo el mundo estaba muy cómodo, y en parte esto era gracias a todas las personas que estaban haciendo funcionar la turbina que echaban carbón día y noche sin parar,no llegaba a entender como las noches llegaban tan pronto en un barco,sería por lo cómodo que estaba, aunque esa noche no me fui muy a gusto a la cama ya que por la noche me fije en los botes que había y no es que sea un experto pero ahí no entraban 2224 personas, pero no me quise comer más la cabeza y esperé al siguiente día para preguntale al capitán.

Ya era el cuarto día, enseguida me fui a buscar al capitán y le pregunte por los botes este me respondió que era verdad que no entraba todo el mundo pero no había que darle importancia ya que el Titanic no se hundiría,tras llegar la noche y servirle al capitán la cena le notaba un poco intranquilo,la verdad es que no sabía porque.

De repente se escuchó un gran estruendo, el Titanic había chocado contra un gran iceberg por proa a las 23:40, enseguida se nos informó de la situación y empezamos a repartir chalecos salvavidas a toda la tripulación,estos no sabían lo que se les venía encima. Se empezó a desalojar a la primera clase y a ir metiéndoles en los botes,vi con mis propios ojos como botes salían solo con 12 personas cuando tenían capacidad para 78 y como cerraban las puertas de salida de la tercera y segunda clase,encerrándoles como ratas mientras se hundía el Titanic,aunque estos estaban tan nerviosos que consiguieron abrir las puertas y salir a refugiarse en los botes,todos empezamos a organizar a la gente a mí se me asignaron tres  botes, en el que me habían dicho que primero se metían a mujeres y niños,tras terminar de meter a las personas en los botes me quedaba solo un bote por llenar, pero no podía esperar más fui directo a buscar al capitán y decirle que como nos habíamos chocado,este solo me respondió que lo sentía mucho que no lo habían visto,inmediatamente fui a seguir llenando el último bote se empezó a ver como el agua estaba empezando a subir, conseguí llenarlo y fui un gran afortunado,ya que en este último bote se me ordenó que me tenía que subir a él para dirigirlo,cuando ya estábamos alejados de este vi como la gente se tiraba del barco por la gran desesperación y vi como el gran Titanic se partió por la mitad y la popa empezaba a hundirse verticalmente,en segundos el barco había desaparecido, tras hundirse organicé los botes, junto con mis compañeros y volvimos a la zona del siniestro pero ya era demasiado tarde,la mayoría habían fallecido excepto seis personas que conseguimos rescatar, de las 2223 personas que habían abordo murieron 1514 personas, y consiguieron salvarse 710 personas por el Carphatia.

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