Efermeria
abcdcv25 de Agosto de 2013
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El tercer capítulo se titulo “Pasteur: ¡los microbios son una amenaza!”; nos dice que Louis Pasteur nació en 1822 en Arbois, Francia; a la edad de 25 años descubrió que existían 4 tipos de ácido tartárico y no solo 2; también que en la naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales. Tiempo después, en Lila, un destilador de alcohol (Monsieur Bigo) fue a visitarle para pedirle que le ayudase con unas dificultades de fermentación que este tenía. Durante tres años Pasteur realizo experimentos muy extraños; por ejemplo, lleno hasta la mitad varios matraces, unos con leche y otros con orina, los calentó en agua hirviendo fundiendo al soplete los cuellos para dejarlos bien cerrados. Llego el día fijado, los abrió para demostrar que la leche y la orina se hallaban en perfecto estado de conservación y que el aire contenido en los matraces conservaba casi todo su oxigeno; no habiendo microbios no se echaba a perder la leche; por otra parte, dejo que otros gérmenes se multiplicaran en matraces con orina que no habían sido hervidos y cuando busco en ellos el oxigeno, no encontró nada, lo habían gastado los microbios en quemar y destruir a las sustancias que les habían servido de alimento, por lo que empezó a considerarlos destructivos
APITULO III
LUIS PASTEUR Y ¡LOS MICROBIOS SON UN PELIGRO!
En 1831, treinta y dos años después de la muerte de Spallanzazani, la caza de microbios se hallaba estacionada se ideaban nuevos microscopios; pero nadie se había asomado a estos aparatos, nadie se preocupaba de demostrar al mundo que ciertos animalillos eran capaces de realizar una labor útil, como nunca la realizaría ninguna máquina de vapor; de que esos despreciables microbios pudieran matar misteriosa y silenciosamente millones de seres humanos: de que eran unos asesinos más temibles que la guillotina y los cañones.
Pasteur fue enviado por su padre a una Escuela Normal de París, donde se proponía hacer grandes cosas; pero la nostalgia por su país natal lo obligó a abandonar los estudios, y regreso a Arbois, renunciando por el momento a sus ambiciones. De aquí a poco empezó a realizar investigaciones por cuenta propia, con frascos conteniendo líquido maloliente, y tubos de ensayo llenos de substancias de vistosos colores, el joven Pasteur se aprestaba a hacer su primer descubrimiento en el dominio de la química. Cuando lo hizo tenía veintisiete años; después de mucho examinar montones de diminutos cristales, descubrió que había cuatro clases de ácidos tartáricos y no solamente dos, y que en la Naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales, que unos son como las imágenes e otros.
Trato de alterar la naturaleza de los seres vivos colocándolos entre potentes imanes; ideó curiosos aparatos de relojería para someter a las plantas a un movimiento pendular, esperando poder cambiar las misteriosas moléculas que las constituyen por otras que fuesen como las imágenes reflejas de las primeras; intento imitar a Dios, quiso alterar especies, Pasteur fue nombrado después profesor y decano de la Facultad de Ciencias de Lila,
. El experimento que había realizado con los bastoncitos productores del ácido láctico le había convencido, aunque nadie sepa el porqué, de otras especies de seres microscópicos eran capaces de ejecutar un millar de cosas gigantescas, útiles y tal vez peligrosas. “Los fermentos que me ha revelado el microscopio en las cubas de fermentación sanas son los que transforman el azúcar en alcohol, la cebada en cerveza y las uvas en vino, Aún no he podido demostrarlo, pero estoy seguro de ello”,
Liebig, el príncipe de los químicos, el gran sacerdote de la química, era contrario a las ideas de Pasteur. Así pues, dice Liebig que los fermentos no intervienen para nada en la transformación del azúcar en alcohol: pretende que es necesaria la presencia de la albúmina, y que
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