El Actor Y El Sistema

EL ACTOR Y EL SISTEMA: Las restricciones de la acción colectiva.

El actor constituye la partida de nuestro planteamiento ya que es el portador y testigo del constructo organizativo, lo que nos permite analizarlo mediante la reflexión sobre el poder, ya que el poder es la base del conjunto de la relación que él conforma.

El poder implica siempre la posibilidad para algunos grupos o individuos, de actuar sobre otros grupos o individuos. El poder es, pues, una relación y no un atributo de los actores. El poder está ligado a la negociación: es una relación de intercambio por lo menos de dos personas. El poder no se concibe más que con la perspectiva de un fin que, en la lógica instrumental, motiva el ajuste de los recursos de los actores.

El poder puede precisarse como una relación de intercambio, y por lo tanto recíproca, es una relación de fuerza de la cual no se puede sacar más ventaja que el otro, pero en la que, del mismo modo, uno no está totalmente desvalido frente al otro. La fuente y los fundamentos del poder son los triunfos, los recursos y las fuerzas de cada una de las partes involucradas.

El poder reside, pues, en el margen de libertad de que disponga cada uno de los participantes comprometidos en una relación de poder. El poder de un individuo o de un grupo está en función de la amplitud de la zona de incertidumbre que lo imprevisible de su propio comportamiento le permita controlar ante sus agremiados.

Un actor sólo acepta perder en el corto plazo si está pérdida le parece momentánea, pero el tiempo es también una dimensión del margen de maniobra de un actor y dada su situación social los actores no cuentan con las mismas capacidades estratégicas.

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