El Fantasma De Cantervill

La familia Otis de Norteamérica decide comprar una casa en Canterville. A la familia de los Canterville le advirtieron que había un fantasma y que ellos habían decidido no habitar más el castillo por las consecuencias, a veces mortales, de los actos de este fantasma.

El padre de la familia y Lucrecia Otis, la madre, tienen cuatro hijos: Washington, el mayor, Virginia, la del medio y dos hijos gemelos. Cuando llegan a Canterville los recibe la señora Umney, ama de llaves de la propiedad.

Recorriendo el castillo la familia encuentra en la biblioteca una mancha de sangre, junto a la chimenea. La señora Umney les cuenta que es imposible remover la mancha y que en ese lugar Simón Canterville (el fantasma) había matado a Leonor Canterville. Sin embargo, Washington saca una barra de jabón llamada Pinkerton y limpia la mancha.

Esa noche el fantasma aparecen el pasillo de las habitaciones haciendo chocar sus cadenas por lo que Hiram sale de su habitación y le ofrece aceite para máquinas: ante esta reacción el fantasma sale corriendo y gritando fuertemente pero los gemelos le tiran almohadas en la cabeza, por lo que el fantasma decide desaparecer.

Otro día intenta calzarse una armadura para asustar a la familia Otis, pero no soporta el peso de la armadura y se cae mientras se la colocaba, el estruendo despierta a toda la familia: Los gemelos con sus cerbatanas le tiraron disparos desde arriba de la escalera.

Esto lo enoja mucho y decide desaparecer hasta unos días después donde está decidido a asustar a toda la familia, excepto a Virginia, con quien será bueno ya que ella no le había faltado nunca al respeto. Sin embargo a los gemelos pensaba darles una buena lección.

Cuando se dirigía al cuarto de Washington, se encontró con un horrible espectro, y como nunca se había encontrado con un fantasma sintió pánico. Al otro día decide unirse al fantasma para asustar a la familia, pero se da cuenta que era de mentira, armado con una escoba, una calabaza y una vela y con un cartel colgado que decía que el fantasma Otis era el único original y que no se aceptasen imitaciones.

Aunque la mancha de sangre seguía apareciendo todas las noches a la familia le llama la atención los constantes cambios de colores de la misma hasta que un día aparece la mancha de color verde esmeralda y a la familia le agrada.

Los gemelos le cruzaban cuerdas al fantasma de Canterville por los pasillos para que se tropezara y le enjabonaban las maderas para que se cayera, para vengarse se disfrazó de fantasma sin cabeza y decidió vengarse de los gemelos, cuando sube a la habitación encuentra la puerta media abierta y decide patearla para hacer una aparición más terrible, ni bien lo hace le cae en la cabeza una cubeta con agua. El fantasma huye a su escondite y pasa enfermo varios días.

Cuando se recupera llega al castillo, de visita, el duquecito Stilton, familia a la cual el fantasma le tenía rencor y quería asustarlo pero desiste en el último momento por miedo a los gemelos.

Paseando en caballo con el duque Stilton Virginia rompe su vestido; vuelve a su casa y entra por la puerta de atrás buscando a su madre, creyendo verla entra en una habitación y se encuentra, en realidad, con el fantasma.

Virginia está por correr pero decide acercarse y hablar con él, luego de una breve discusión reclamándole que él le había sacado todas las temperas de colores para mantener su mancha Virginia se apiada del fantasma y le pregunta por qué es de ese modo, a lo que el fantasma le explica que eso es lo que debe hacer un fantasma.

Simón le pide ayuda para poder morir tranquilo: ella debía llorar y rezar por él porque él ya no tenía lágrimas ni fe. Virginia acepta, el fantasma le dice que oirá y verá cosas terribles pero que el infierno no puede hacer nada en contra de su pureza y la lleva a una caverna oculta en alguna parte de la mansión.

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