El Niño Con El Pijama De Rayas

Reseña del libro el niño con el pijama de rayas.

“El niño con el pijama de rayas”

Autor: John Boyne

El niño con el pijama de rayas es una novela de 2006 del autor irlandés John Boyne. En esta reseña hablare sobre las consecuencias vividas en el holocausto visto desde otra perspectiva.

Este libro, trata un tema tan trascendente y doloroso en nuestra historia reciente como el holocausto. No desde un punto de vista histórico, ni desde un punto de vista adulto. La narración de los hechos se ofrece a través de la perspectiva de un niño de 9 años, llamado Bruno.

Berlín, 1942. Bruno con apenas 9 años, es el hijo mimado de un oficial nazi.

Al ascender su padre, la familia se ve obligada a abandonar su confortable casa en Berlín y trasladarse a Auchviz, una zona aislada; donde él, ahora solitario chico, no tiene nada que hacer ni nadie con quien jugar.

Bruno muerto de aburrimiento y atraído por la curiosidad, hace caso omiso a lo que su madre le dice “No debes ir más allá del jardín, bajo ninguna circunstancia”. Sin embargo el se dirige a explorar la “granja” que ha vislumbrado desde la pequeña ventana en su alcoba; y donde todos los granjeros utilizan una pijama a rayas. Esto no es más que el campo de exterminio Auschviz, cosa que tanto Bruno, su hermana y su madre ignoran.

En medio de su exploración llega a un punto del alambrado que separa al bosque de la “granja”, que ha conseguido mantenerse a salvo de las miradas y los fusiles de los soldados. Allí se encuentra con Shmuel, un chico de su edad que vive una extraña y paralela vida al otro lado de la cerca. El encuentro de Bruno con el chico del pijama con rayas les lleva a adentrarse de la forma más inocente en el mundo de adultos que les rodea. Todo esto ocurre, con el completo desconocimiento de su familia.

Así, poco a poco Bruno va dejando atrás esa ignorancia respecto a la situación actual que vive su patria y los habitantes en ella. Descubre que los granjeros en realidad son prisioneros y también sus “enemigos”; creaturas malas y despreciables, que ni siquiera pueden considerarse seres humanos, pues así se lo señalo su padre. Esto lo lleva a replantearse la relación que lleva con Shmuel, lo que provoca que no lo visite por algunos días. Sin embargo, Bruno, dentro de su inexperiencia y a pesar de ser solamente un niño, llega a la conclusión de que Shmuel es una buena persona, un buen amigo; un niño igual a él y que debería ser considerado como tal. Deduce que, sin importar los complicados problemas que tienen los adultos, no abandonara su amistad con Shmuel. Porque no es incorrecta, y porque ambos merecen tener un buen amigo. También se cuestiona si en realidad su padre es el buen hombre que siempre había creído que era.

Paralelamente

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