El Símbolo Perdido

Reseña El Símbolo Perdido

(Capitulo 1 y 2)

Todo comienza una noche de enero cuando Robert Langdon llega a Washington después de un largo viaje en un avión privado y lujoso perteneciente a su amigo Peter Solomon un filántropo distinguido, tras haber recibido su llamada urgente. Mientras se trasladaba al Capitolio narra cómo es que había sucedido todo.

Ese mismo día por la mañana, cuando preparaba su café matutino, la contestadora recibió la llamada del asistente de Solomon disculpándose por la molestia ocasionada ese domingo tan temprano pero que su jefe el señor Peter necesitaba comunicarse con él con extremada urgencia, así que dejando de lado su café corrió al despacho y devolvió la llamada, el asistente emocionado contesto y sin dudarlo lo comunico con Solomon, pero vaya sorpresa que este estaba ocupado atendiendo una conferencia importante, así que el asistente dio el mensaje tan importante por el cual Robert se encontraba en suspenso.

Se trataba de una celebración anual que hacían empresarios muy distinguidos, los cuales solo eran seleccionados y que por su puesto Solomon era el encargado de dicho evento. El problema era que la persona encargada de dar el discurso de la noche, había tenido un inconveniente y por consecuente, cancelado su participación en la celebración, así que se enfrentaban a un gran obstáculo y el único que podía solucionarlo era Robert Langdon, con uno de sus ejemplares discursos acerca de su especialidad, la simbología.

Después de un momento de desidia, Robert acepta.

A pocas horas del gran evento, en la entrada del Capitolio se encuentra un extraño invitado con aspecto de militar, rapado y lastimado de la mano izquierda, por la cual lleva un ligero vendaje, el policía encargado de la seguridad y acceso revisa rutinariamente sus pertenencias. Bromeando con cortesía y tras haber cumplido con el protocolo de acceso, deja entrar al sospechoso invitado.

Nadie sabe quién es ese hombre con apariencia sospechosa, ni su labor en la gala de esa noche, lo único que saben es que el evento dará de que hablar al día siguiente.

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