El Viaje Definitivo

El viaje definitivo

Juan R. Jiménez

…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros

cantando;

y se quedará mi huerto, con su verde árbol,

y con su pozo blanco.

Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;

y tocarán, como esta tarde están tocando,

las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que se amaron;

y el pueblo se hará nuevo cada año;

y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,

mi espíritu errará nostálgico…

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol

verde, sin pozo blanco,

sin cielo azul y plácido…

Y se quedarán los pájaros cantando.

Es un poema con un lenguaje muy sencillo donde se destaca la presencia de elementos del mundo natural (pájaros, árbol, huerto, cielo, etc.) lo cual nos lleva a un mundo rural.

Además podemos apreciar que la acción de todo el poema está direccionada hacia el futuro: de hecho la mayoría de las formas verbales del poema se encuentren en futuro de indicativo: Iré, quedarán, hará, será, tocarán, etc…

Por tanto, a la hora de clasificar los hechos del futuro podemos distinguir claramente dos apartados:

-Una primera que hace referencia a la muerte del poeta (Cuando dice “Y yo me iré” da a entender que morirá).

-Una segunda que hace referencia al resto de hechos que suceden una vez ha muerto el poeta, hechos que como veremos en el tema continuarán pese a la muerte del autor (Esto se da a entender cuando dice: las campanas siguen tocando, los pájaros siguen cantando, en el pueblo se van sucediendo las distintas generaciones, el cielo sigue en su sitio, etc...)

2.- Elabora un esquema con las ideas principales y secundarias.

El texto se organiza en tres núcleos o partes principales:

• 1ª parte: comprende del primer verso al sexto y trata sobre el transcurso normal de la vida en lo que parece ser su tierra de origen donde transcurrirá la vida del autor después de que muera.

• 2ª parte: corresponde desde el verso séptimo al décimo, el autor contempla el hecho de que morirán los que le amaron y que nacerán otros.

• 3ª parte: desde el verso once hasta el número catorce, donde Juan Ramón Jiménez hace

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