El destino en La Odisea

Ensayo: El destino en la literatura.

Desde el comienzo de la existencia humana nuestra propia supervivencia ha dependido siempre del chamán, adivino, o brujo de turno que por medio de sus artilugios intenta descifrar aquella fuerza desconocida que se cree obra sobre los hombres y los sucesos. Esa fuerza que parece todopoderosa es el destino.

Aquella fuerza parece infalible, tan imposible de eludir que nuestras vidas parecen marcadas, decididas, planeas mucho tiempo antes de que seamos consientes de nosotros mismos. Pareciera que llegamos al mundo solo para cumplir nuestro destino.

El destino se cumplirá, no importa lo que hagamos para evitarlo, esa es la marca con la que parecieran tener que vivir los seres humanos. Haga lo que haga el joven Harry Potter deberá enfrentarse a su alter ego, Lord Voldemort, en una batalla que será la muerte de uno de los dos. Un enfrentamiento final que sucede, un destino fatal que se cumple sin desviaciones.

El temor a esa fuerza todopoderosa ha hecho que el hombre ruegue por inclinar la balanza a su favor. De la misma forma en que el ser humano cree en el destino absoluto, escrito e inamovible, confía en fuerzas externas que lo auxilien en momentos culmines de su existencia. ¿Qué sería de Ulises sin los favores de Athenea? ¿Cuán fatal hubiera sido su vida sin sus ritos y oraciones a los Dioses suplicando por mejorar su destino? Sin embargo, podemos ver que ni siquiera los dioses pueden contradecir el poderío de esta fuerza absoluta. El destino de Ulises es el de regresar a Ítaca y nadie, ni el mismo Poseidón con su ira y resentimiento o Calipso con su amor puede modificar lo que tiene determinado el destino para héroe.

Desde la perspectiva de Ulises y el joven Potter, parece imposible librarse del destino, sin embargo,  William Ernest Henley, en su poema "Invictus", parece tener ideas que contradicen la realidad del héroe griego y del joven mago. Henley se proclama el amo de su destino y el capitán de su alma, ¿es el destino una fuerza indomable y dueña de la vida? ¿O acaso podemos intervenir para modificarlo? Hay múltiples respuestas para esta incógnita dependiendo del momento histórico y de la sociedad en la que nos encontremos, sin embargo, en nuestra opinión, considerando nuestra sociedad actual, preferimos seguir el ejemplo de Lazaro, quien en lugar se resignarse a su destino de pobreza, lucha contra el utilizando como únicas armas su astucia y el aprendizaje que ha obtenido de sus maestros (hayan sido buenos con él o no) forjando su destino con sus propias peripecias, demostrando que su destino no estaba dado de antemano.

Tal vez esa sea la respuesta a nuestras incógnitas, quizás movidos por una esperanza que para algunos es el paraíso celestial, para otros el disfrute de paz, la fama, la riqueza, wl éxito, la vida, el ser humano pueda modificar su destino de alguna manera. Tal vez solo sea necesaria la auténtica voluntad de llevar a cabo aquello que anhelamos sin importar los sacrificios.  

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