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El Árbol feo que no servía para nada


Enviado por   •  2 de Marzo de 2020  •  Ensayos  •  1.494 Palabras (6 Páginas)  •  1.755 Visitas

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El Árbol feo que no servía para nada

Hace mucho tiempo había un señor con mucho dinero, muy rico, que vivía cerca del desierto. Tenía casas y mansiones a montones, pero todas estaban en el desierto, cansado del calor y de tener la misma vista en todas sus casas comenzó a buscar una solución. Después de haber hecho tanto dinero, un día dijo que quería algo nuevo. Le dijo a su esposa un dia, estoy casado de vivir aquí, tengo tantas casas y todas tienen la misma vista, todo lo necesario, dejo a su esposa, e hijos y empezó a buscar algo diferente para él y para ellos pues estaba decidido a que quería un gran cambio, un nuevo estilo de vida, una oportunidad de vivir de otra forma. Entonces comenzó a viajar por todos los rincones, a ver lugares nuevos y aunque encontró lugares muy hermosos los rechazaba porque no tenían eso, que el necesitaba, pues el quería algo muy específico. Pasó un tiempo y de tanto buscar y buscar no encontraba lo que quería, poco le faltaba para rendirse hasta que un día llego a un campo muy hermoso, donde no había casi nada de árboles, había mucho sol y pasto verdoso y colinas pequeñas. Solo había dos árboles que eran muy peculiares, diferentes entre sí, cada uno era único pues daba un contraste diferente al campo y a la vista en general. Tal vez la única comparación valida puede ser que eran muy altos, del mismo tamaño, prácticamente del tamaño de edificios.

Las diferencias de estos dos árboles eran muy marcadas pues abría que ser ciego o tonto para no verlas pues a pesar de estar juntos y ser igual de altos es que uno era muy grueso, frondoso, muy verdoso, donde no pasaba ni la luz, ni el viento, ni el agua a través de lo que abarcaba ese árbol, su sola presencia era imponente pues este árbol estaba lleno de vida. El otro árbol, no obstante, no era frondoso, tenía menos ramas y era un poco más delgado, y se podría decir que su presencia lo que imponía es muerte, vejez y una presencia de no servir para nada, Ambos arboles era una comparación, entre lo nuevo y lo viejo, lo vivo y lo muerto, lo que puede servir y lo que no sirve.

El señor ya decidido en que encontró lo que buscaba, regreso al desierto, se lo comunicó a toda su familia, muy emocionado les dice, en encontrado el lugar perfecto para nuestro nuevo hogar, toma solo lo necesario y regresa al campo. Empieza a construir su casa y aparte de ella empieza a construir un hermoso jardín. Como era lógico construye su casa al lado del árbol frondoso, el cual le da bastante sombra y una comodidad que el otro árbol no podría darle y el jardín lo construye debajo del árbol viejo. Días después de avece mudado su familia está sentada en fuera de la casa, disfrutando de la cómoda y refrescante sombra del gran árbol, el por su parte señor sale de su casa a disfrutar de la naturaleza, para ser más exactos sale a disfrutar de su jardín, pues es su pasatiempo favorito y se da cuenta de que el árbol con menos ramas está triste, se acerca a él y le pregunta qué le sucedía. El árbol le responde que siempre ha sentido que es muy feo y que no sirve para nada y que él señor vino a reafirmar ese pensamiento, ya que eligió poner su casa al lado del árbol más bonito y frondoso. Pero se sentía mal por él mismo, no porque le tuviese envidia al otro árbol. Era lógico que el señor escogiera al otro árbol, ya que era más frondoso, fuerte, y lo protegería mejor y que al ver ese gesto se sentía inservible pues el nunca podrá ofrecerle lo que el árbol frondoso le da, porque carece de esas cualidades.

El señor le contesta con una sonrisa y voz suave pero firme que no vino allí a buscar sombra, y que no sabía lo que estaba diciendo, se estaba equivocando. Él venía del desierto y tenía muchas mansiones y si hubiera querido sombra, se hubiera ido a un sitio donde hubiera cantidad de árboles como su amigo. Le preguntó al árbol que si no había visto el jardín que estaba enfrente de él. El señor era aficionado a los jardines y le cuenta que no está aquí por su amigo, si no por él, a lo que el árbol asombrado no comprende lo que él le está diciendo. No se vino simplemente para tener una casa sino también para tener un bello jardín ya que en el desierto era imposible tener uno. Y gracias al árbol había cumplido su sueño, ya que éste le daba la cantidad correcta de viento, de agua, y de sol para poder mantener su jardín.

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