En el cuento del Príncipe Feliz, la estrategia de predicción es de tipo contextual, ya que el contenido es de solo texto, y nada de imágenes.

En el cuento del Príncipe Feliz, la estrategia de predicción es de tipo contextual, ya que el contenido es de solo texto, y nada de imágenes.

En el valor comunicativo, la función que desempeña el contenido del cuento es entretener, ya que es una historia basada en la fantasía y el propósito del lector es de un texto rápido pero a su vez detallado, ya que en su desarrollo describe cada circunstancia que pasa.

La estrategia de información que menciona el autor no menciona palabras complejas, usa el vocabulario común.

En cuestión de la situación comunicativa, el autor es Oscar Wilde, quien desarrolla el cuento como un suceso inesperado, ya que el verdadero núcleo de la historia es cuando la golondrina llega a la ciudad y no era esperado lo que le sucedería.

La historia sucede en el tiempo en que la golondrina deseaba regresar con sus compañeras de vuelo, a Egipto, ya que sufrió una decepción amorosa.

El espacio en el cual se desarrolla la historia es en una ciudad que estaba de paso para el camino de la golondrina a Egipto.

La trama de la historia se desata cuando la golondrina conoce al Príncipe Feliz.

- La golondrina desilusionada del junco del cual se había enamorado, decide viajar a Egipto donde se encontraban sus compañeras las golondrinas, pero al emprender el viaje y llevar ya una parte recorrida, decide descansar en una ciudad.

Al ver una estatua, la golondrina se posó en los pies de esta y al empezar a colocar su cabecita bajo el ala, le cayó una gran goterón encima, para lo cual se movió un poco, y luego la golondrina se sacudió y cuando se iba a acomodar de nuevo le cayó otro goterón, y se dijo a si misma mirando hacia el cielo –pero que raro es el clima de aquí de Europa -ya que el cielo se encontraba despejado y soleado. Desde luego le cayó otro goterón encima, la golondrina se dijo –mejor buscare una buena chimenea para descansar- pero antes de emprender su vuelo, la golondrina vio que de los ojos de la estatua salían las gotas que eran lágrimas, la estatua tenía los ojos llenos de lágrimas.

La golondrina le pregunto – ¿porque lloras?, casi me empapas. Y la estatua que era el Príncipe Feliz le contesta –cuando yo vivía, no me daba cuenta de todo lo que sufrían los ciudadanos, vivía en un mundo sin preocupaciones, no tenia de que preocuparme, pero ahora que me encuentro aquí postrado me doy cuenta de todo lo que sufren los mendigos y de lo que disfrutan los ricos.

La golondrina debía seguir su viaje hacia Egipto, para lo cual le dijo al Príncipe Feliz, tengo que partir, me esperan en Egipto.

El Príncipe Feliz le pidió que se quedara esa noche para ser su mensajera, la golondrina no deseaba quedarse, pero como era de buen corazón, lo hiso, el Príncipe Feliz le dijo –vez aquella costurera que se encuentra cociendo unas flores pasionales a un vestido, que lucirá la más hermosa en el próximo baile del Palacio, en un rincón se encuentra su hijito enfermo, el niño tiene fiebre y pide naranjas, pero su madre solo tiene agua de rio para darle y el niño llora. Toma el rubí que está en mi espada y llévaselo, así tendrá para comprar comida y el niño sanara, la golondrina toma el rubí y se lo lleva a la costurera, lo deja al lado del dedal que utilizaba para cocer, la golondrina revoloteo encima del niño enfermo, lo que le hiso susurrar –que delicioso viento, ya debo estar mejor.

De vuelta con el Príncipe Feliz, la golondrina le conto lo que sucedió, y luego descanso.

Al día siguiente la golondrina tenía que partir y le dice al Príncipe Feliz, me voy me esperan en Egipto, pero el Príncipe Feliz le pide que se quede una noche más, para lo cual la golondrina cede.

La golondrina sale a recorrer la ciudad y al verla la gente se asombra porque no es temporada de las golondrinas, para esto un escrito publica un segmento en el periódico, el cual todo mucho leyó, el mismo escritor estaba por publicar

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