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Genero literario


Enviado por   •  11 de Octubre de 2020  •  Ensayos  •  729 Palabras (3 Páginas)  •  100 Visitas

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UN DÍA CATASTRÓFICO

Me llamo Sahory, lo sé, les suena el nombre a la protagonista femenina de una famosa serie infantil de los 90s, mis padres eran bastante fanáticos ya se imaginaran como se llama mi hermano.  Tengo 16 años y soy obsesionada con las redes sociales, cada día sin falta debo iniciar mi día con una foto con la ropa que estoy usando, no es por exagerar creo que me visto muy bien, mis outfits son bastante admirados. Tengo muchos seguidores, soy toda una influencer, creo que lo virtual es lo mío.

Soy algo exagerada con mi tiempo, odio llegar tarde a cualquier lugar y mucho más que me hagan esperar, tengo todo completamente controlado. A qué hora debo comer, a qué hora debo dormir, a qué hora me debo bañar,  a qué hora debo tomar el metro para ir a la universidad, lo sé, soy rara.

Por lo general siempre mi visual es la misma, las madres que llevan sus hijos a la escuela, los estudiantes de medicina que siempre se reúnen para dirigirse en grupo a su facultad, los ancianos que van a jugar parqués y a tomar café al parque de Bolivar, lo sé porque los he escuchado hacer sus apuestas mientras dura el recorrido.

Si no les había contado es mi primer semestre en diseño de modas en una prestigiosa universidad de Medellín y hoy por primera vez en mi vida se me hizo tarde para salir de casa, es una completa catástrofe. Primero no había agua, por lo que me toco ir a buscar agua con que bañarme, casi no encuentro las llaves para abrir la puerta de la casa, ya sé, a pleno 2020 y aún por seguridad hay que cerrar las puertas con llave para que los dueños de lo ajeno no entren a buscar lo que no se les ha perdido. En fin… ya son 15 minutos de retraso, pensé que nunca saldría de casa, me toco correr a la estación para que no se me hiciera aún más tarde, ni siquiera había recargado la tarjeta para pagar mi ingreso, por el afán tropecé y choque con alguien, seré sincera, ni me fijé quien era ni mucho menos me disculpe. No había tiempo para esas tonterías.

Entre en el Metro y efectivamente, ninguna cara conocida, nadie era familiar. Cuando de repente sentí que me tocaron la espalda, qué debo decir… me tomó por sorpresa, no me lo esperaba, casi grité. Me di la vuelta y lo primero que vi fue mi billetera. Ni siquiera me di cuenta que cuando tropecé la había soltado. Miré más arriba para detallar quien me la estaba entregando, ni se lo alcanzan a imaginar. Ojos grandes color café con una mirada penetrante, un poco más alto que yo, cabello perfecto, sonrisa perfecta, definitivamente muy bien vestido, díganmelo a mí, yo sé de esas cosas. ¿Qué puedo decir? Me enamoré.

Él solo me miró, me sonrió, dijo las siguientes palabras “se te cayó”, me entregó mi billetera y se retiró. Y yo quede ahí, parada sin modular una sola palabra, ¿pueden creer que no le alcancé ni a decir gracias? Me le quedé mirando, no podía separar mis ojos de él, se bajó dos estaciones después y no lo volví a ver.

Seguramente si hubiera sido detrás de una pantalla hubiera sido más fácil hablar con él, no me sentí tan confiada como cuando estoy escribiendo sobre mi día a día por este medio, la única conclusión que me queda es primero debo ser más educada, no puedo creer que ni me disculpé por golpearlo, ni le agradecí por devolverme mis cosas, segundo que aunque me encanta el mundo virtual debo aprender que también hay un mundo que no está tras una pantalla sino con las cuales puedo interactuar, establecer lazos, comunicarme y aprender.

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