LA HISTORIA DEL HOMBRE SABIO

LA HISTORIA DEL HOMBRE SABIO

La historia trata de un joven que después de 4 años, se encuentra desesperanzado porque no ha conseguido el progreso y éxito profesional que se había trazado, había hecho las cosas bien pero no eran suficiente, por ello, después de leer el libro fue en búsqueda del autor para resolver sus dudas porque pensaba que su problema era la comunicación. Él buscaba una respuesta concreta, sencilla y efectiva para resolver su problema, lamentablemente el autor no tenía la respuesta pero le sugirió que buscara al máximo sabio que vivía en la cima de la montaña Himalaya.

El joven enrumbó el viaje en avión, bus y jeep en buscada del hombre sabio, después de mucho tiempo cuando creía que tenía los pulmones reventados y las piernas destrozadas, logró ver a lo lejos la figura del hombre sabio que tanto había buscado.

 Cuando logró vocalizar las palabras, el joven le cuenta sus problemas y pide ayuda al hombre sabio, este le contesta de forma pausada como sino dependiera del tiempo ni del reloj, al final le dice: “La vida es un bumerán”.

El joven se queda muy enigmático tratando de entender el significado de esas 5 palabras. Al día siguiente, el hombre sabio le hace una pequeña prueba de lanzamiento del bumerán, obviamente el joven al ser inexperto lo hace mal y termina rompiéndolo. El monje solo atina a decir: “No pusiste el corazón en ello” sin dejar de mostrar una sonrisa.

Esta historia tiene mucho impacto en mí, porque siempre he creído que todo lo que hacemos de una u otra forma nos regresa. Las acciones, pensamientos y sentimientos positivos o negativos que el ser humano realice regresa en algún momento de nuestras vidas, como si fuera una relación de causa – efecto, y que lo más importante es la calidad de ser humano y lo más difícil es poder entender a los demás.

Ahora bien, partiendo de esto se puede decir que lo que tenemos hoy en día es producto de lo que hemos ido cosechando a lo largo de nuestra vida, lamentablemente no siempre se pone todo el corazón en aquello que realmente creemos y nos vamos perdiendo con el tiempo.

A veces solemos echarle la culpa a los demás o al destino por las cosas que no pudimos lograr, nos sentimos derrotados pero somos nosotros mismo quienes somos responsables de nuestras acciones, de no haberle puesto todo el corazón, el punche necesario. Felizmente tenemos la oportunidad de cambiar, mejorar y seguir nuestros sueños.

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