La Pasion Amorosa De Angela Vicario En Cronicas De Una Muerte Anunciada Y Adela En La Casa De Bernarda Alba

El planteamiento de la pasión amorosa de Ángela Vicario en “Crónicas de una muerte de anunciada” y Adela en “La casa de Bernarda Alba”.

El propósito de este texto es analizar y comparar la pasión amorosa de Ángela Vicario personaje principal de “Crónicas de una muerte anunciada” y Adela en “La casa de Bernarda Alba”. Comenzaremos el texto profundizando en cada una de las obras.

Crónicas de una muerte anunciada nos trae el fiel reflejo de su titulo. Pues nos relata en forma de crónica periodista el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos Vicario, para hacer justicia ante la deshonra sufrida por su hermana. Ángela se había casado con Bayardo San Román quien había llegado seis meses antes. Era un hombre atractivo y muy rico. Bayardo decidió casarse con Ángela Vicario en cuanto la vio. Ángela pensó que podría engañar a su marido, pero resulto que no fue así y fue devuelta a su madre. Cabe mencionar que la época en la que se desarrolla la obra, es una en donde la mujer ocupa un papel secundario. Una sociedad matriarcal que defiende la felicidad del hombre y considera que el papel de la mujer es el matrimonio y su dedicación a complacer al marido. Ángela sufre una transformación a lo largo de la obra, primero vemos a una Ángela sencilla y discreta, la cual le espera un futuro tipio de las mujeres de su época, pero su rebeldía contra Bayardo comete la negligencia de no seguir los consejos y el descubre que no es virgen.

Luego de que Ángela fue devuelta y golpeada por el engaño sus hermanos la presionan para que diga quién es el culpable de su desgracia y es ella quien miente y acusa a Santiago Nasar, dictando su sentencia de muerte a manos de sus hermanos quienes quieres salvar su honor. Los gemelos proclaman a viva voz que van asesinar a Santiago pero nadie le avisa del peligro que corre.

Es en ese momento donde se desencadena la pasión o podríamos decir obsesión de Ángela por Bayardo San Román. Ángela descubre en ese momento que el amor y el odio son pasiones reciprocas, cuantas más cartas mandaba , mas encendía las brasas de su fiebre ,pero más calentaba también el rencor feliz que sentía contra su madre. Su vida de casada devuelta seguía siendo tan simple como la de soltera, siempre bordando a máquina con sus amigas como antes hizo, tulipanes de trapo y pájaros de papel, pero cuando su madre se acostaba permanecía en el cuarto escribiendo cartas sin porvenir y volvió a ser virgen solo para él, y no reconoció otra autoridad que la suya ni mas servidumbre que la de su obsesión. Las cartas en un principio fueron esquelas de compromisos, después fueron papelitos de amante furtiva, billetes perfumados de novia fugaz, memoriales de negocios, documentos de amor y por ultimo fueron las cartas indignas de una esposa abandonada que se inventaba enfermedades crueles para obligarlo a volver. Seis veces cambiaron la empleada del correo y seis veces consiguió su complicidad. Lo único que no se le ocurrió fue renunciar. Sin embargo por su parte Bayardo parecía insensible a su delirio era como escribirle a nadie. Al cabo de 12 años de cartas le escribió una carta febril de veinte páginas en la que soltó sin pudor las verdades amargas que llevaba podridas en el alma desde su noche funesta. Le entrego esa carta a la empleada del correo pensó que con aquel desahogo terminaría su agonía, pero no hubo respuesta, a partir de ese momento no fue consciente de lo que escribía, ni a quien le escribía a ciencia cierta pero siguió escribiendo por 17 años. Un medio día de agosto, mientras bordaba con sus amigas sintió que alguien llegaba a su puerta. No tuvo que mirar para saber que era Bayardo San Román, gordo, empezaba a caérsele el pelo y ya necesitaba espejuelos para ver de cerca. Bayardo dio un paso al frente sin ocuparse de las otras bordadoras y puso las alforjas en la máquina de coser. Solo le dijo “Bueno Aquí estoy”

Ángela fue víctima de una época, fue tanto su amor y su pasión que la llevaron a la locura, fue persistente, jamás decidió dejar de luchar por el amor de su esposo, aun cuando este la había abandonado, se conformo con escribirle cartas una tras otra sabiendo que no recibía respuesta, ni siquiera sabía si las leía o simplemente las tiraba a la basura. Ese fue su consuelo, a mi entender fue un amor puro, que se conformo con amar sin ser amada. La obra nos muestra una Ángela

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