La Señora Cóndor y la Perdiz

La señora cóndor y la perdiz

Cuentan que cierto día a orillas un lago, vagaba un zorro en busca de una presa. De pronto encontró un huevo abandonado en un nido, lo tomo y rápidamente se lo llevo. Mientras lo llevaba en su hocico con delicadeza para que no se rompa, pensaba: Llegando a casa me preparare una rica tortilla. Pero el astuto zorro no se dio cuenta que la señora cóndor lo estaba observando y sin dudarlo voló hacia él y lo empezó a atacar con el fin de rescatar el huevo. El zorro para evitar que lo siguiera atacando dejo caer el huevo y huyo.

La señora cóndor muy contenta por su hazaña bajo a tierra y se puso a observar el huevo, y se puso a puso a pensar: ¿De quién podrá ser  este hermoso huevo?   No creo que sea de mi amiga la paloma, mejor le preguntare:

• Doña Paloma ¿Es este su huevo?

No, es muy grande; pero creo que puede  ser de doña perdiz que siempre anda muy apurada de aquí para allá, que te parece si le preguntamos.

Doña perdiz ¿este es su huevo?

No, los míos son pequeños y tienen pequitas; pues entonces ¿de quién será?

La perdis le dijo: ¿Por qué se preocupa tanto Ud. en encontrar al dueño de ese huevo? ¿Al parecer es un ave descuidada? Es más yo que Ud. lo dejo y me evito tanta preocupación y problema. Como si no tuviéramos tantas cosas que hacer.

La Señora cóndor, muy apenada y sorprendida por la respuesta de la perdiz, le dijo:

Es cierto cada una de nosotras tenemos tantas cosas que hacer, pero, nunca es una pérdida de tiempo el ayudar a un semejante.

Mientras decía esto la señora cóndor sintió  que algo en el  interior del huevo se movía y empezó a quebrar el cascaron.

Lo coloco en el suelo y acompañada de la señora paloma y perdiz observaron a ver que nacía de ese misterioso huevo.

¡Oh sorpresa! vieron que salía un polluelo de patas largas y delgadas, que tenía un largo cuello y un pico curvo, su plumaje era blanco, pero tenía sus alitas de color rojo carmín.  ¡Qué raro y feo bicho es este! dijo doña paloma, nunca había visto algo así.

La señora cóndor mirando al polluelo con ojos maternales y muy feliz dijo: es el polluelo de una parihuana, ¿qué?  Una parihuana. ¿Cómo sabe eso?, pues las he visto durante mis vuelos por la costa del Perú. Valla que son hermosas aves, cuando en bandadas vuelan; hasta dicen que un libertador venido de Argentina las vio y dijo: he allí los colores de la bandera del Perú. Creo que será mejor llevar al polluelo a orillas del lago, pues sus padres lo de deben estar buscando, ellos acostumbran a anidar cerca a los lagos y después emigran a las costas.

Tienes razón llevémosle y dejemos que sus padres se encarguen de cuidarlo.

Moraleja: No te canses nunca de hacer el bien, de esta manera lograremos un mundo mejor.

Fin

                                                                                                                                         Autor: Mi Perú Maravilloso

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