Lengua Y Comunicacion

1era Guía El lenguaje y sus funciones

El lenguaje es la facultad que el hombre tiene para expresar y comunicar sus pensamientos. En cualquier tipo de actividad que desarrolle, en toda forma de ciencia o arte, en el vivir cotidiano, se necesita el uso corriente y constante de lo que llamamos lenguaje. El mismo se presenta en dos formas: Lenguaje oral y escrito, cada una de ellas con características específicas, ya que emplean medios de transmisión diferentes, como se expresa a continuación:

El lenguaje oral permite:

• Establecer contacto directo y personal.

• Usar espontáneamente las palabras.

• Jugar con la entonación y los matices enfáticos.

• Guardar un significativo silencio.

• Tomar en cuenta el medio circundante y elementos paralingüísticos.

• Repetir, sugerir, explicar y hasta ampliar el mensaje.

El lenguaje escrito permite:

• Establecer contacto despersonalizado (uso del papel).

• Usar expresiones gráficas, estáticas, frías, limitadas a los moldes de su estructura material.

• Guardar silencios, pero por medio de los signos de puntuación.

• Conservar la cultura del hombre, porque es visible y perdura en el tiempo.

• Comunicar en forma clara, breve y precisa, con el menor número de palabras.

• Aplicar de manera rigurosa las normas ortográficas y sintácticas.

El lenguaje, ya sea oral o escrito, es el gran instrumento de comunicación que dispone la humanidad como parte de la civilización. Todo el mundo sabe que aquella persona que consigue hacerse entender mejor, se expresa con mayor claridad y precisión, es el dueño de recursos poderosos para abrirse camino en el trato de sus semejantes. Es un arte hablar o escribir. Por ello los hablantes le dan diversos usos a la lengua, aludiendo así a las funciones del lenguaje.

Las funciones del lenguaje se presentan a través de los actos de comunicación que se hacen por medio de la palabra (oral y escrita) tienen propósitos o finalidades como el de comunicarnos e interactuar con otras personas. Para diversos autores las funciones del lenguaje ha sido un tema de gran interés, y se han preocupado por el estudio de los actos comunicativos, resaltando entre ellos Román Jakobson.

Las finalidades comunicativas, para este autor, están limitadas a seis funciones lingüísticas, en las cuales el que comunica manifiesta de algún modo su intención mediante operadores lingüísticos.

1. Función referencial. Se usa cuando pretendemos meramente transmitir una información, sin hacer valoraciones sobre ella ni procurar reacciones en nuestro interlocutor, por ejemplo cuando decimos “está lloviendo”, o “la capital de Marruecos es Rabat”. Esta función se centra, dentro de los elementos de la comunicación, en el mensaje, aunque también hay quien dice que se centra en la realidad exterior o referente.

2. Función emotiva. Es utilizada cuando el emisor (elemento en el que se centra esta función) pretende dar cuenta de su estado físico o anímico, como cuando soltamos un “¡ay!” al caernos y golpearnos un músculo, cuando decimos a nuestro novio que lo echamos de menos o cuando decimos que odiamos las espinacas.

3. Función conativa. Mediante el uso de esta función normalmente pretendemos provocar una reacción en el receptor, que es el elemento fundamental aquí. Es decir, queremos que haga algo, o que deje de hacerlo. Es la función principal cuando, por

ejemplo, decimos “vete a tomar el aire”, “abre la ventana, por favor” o “cállate”.

4. Función fática. La usamos para comprobar que el canal (elemento fundamental) sigue abierto, es decir, que la comunicación es físicamente posible. Por ejemplo, cuando hablando por el móvil preguntamos: ¿me escuchas?, o cuando

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