Loa regionalismos pues te los tienes que saber para entenderle a la gente del lugar donde estásk

Según lo que recuerdo el acento tiene un poco más que ver con la identidad, hay personas que tienen muchos años en otro lugar y no les cambia el acento, a otras sí

Loa regionalismos pues te los tienes que saber para entenderle a la gente del lugar donde estásk

Es la modificación natural de un léxico, tienes que cambiarlo porque luego la gente no te va a entender

No sé si lo seré siempre, profesora, digo. Pero sí que sé que mientras lo sea, lo voy a disfrutar tanto como lo hago hasta ahora. Porque me he prometido un millón de veces que cuando no lo disfrute lo dejaré. Y espero cumplir mi promesa. Porque esta profesión es tan apasionante como exigente. Yo también me decepciono, y les intento sacudir la conciencia, y me desespero. Pero aún, y espero que por mucho tiempo, me compensa.

Tenemos muchas cosas en común. Empezando por las ganas, por ejemplo. Podría citar también los silencios, esos donde nos contamos tantas cosas sin decir nada.

Me he descubierto capaz de gritarte que te quiero tantas veces al día, también creo que puedo educar mis demonios para ti. Aunque eso a nadie parezca importarle.

Siempre he pensado que el amor es tan sólo un corrector de defectos, una forma de difuminar sombras; desgastar nuestros temores a golpes con el corazón en la mano y el cerebro en cualquier otra parte del cuerpo. Y tú y yo terminamos aquí por descuido, porque no conocimos otra forma más honesta de sentir.

De pronto llegas a mi vida a hacerme entender que las sacudidas son inevitables, a veces necesarias. Llegas como si me hiciera falta una excusa para no caer. Y la verdad es que nunca he sabido esquivar la verdad de tu piel, me descubro impaciente por sentir las yemas de mis dedos recorriendo tus secretos.

Llegaste y te instalaste en mi vida para hacerme entender que aún no sabía lo que necesitaba. Y yo te enseñé mis candados para que hurgaras dentro con tu timidez.

De ti he aprendido que se puede vivir de muchas formas, de infinidad de besos. Incluso con los ojos cerrados. También me enseñaste que el tiempo no pide perdón, y que no hay peor muro que la indecisión.

Pero sobre todo, de ti he aprendido a quererme por lo que soy a tu lado, y a odiarme por lo que dejo de ser cuando no te tengo junto a mi.

Hoy me tomé la libertad de darle un beso a tu fotografía.

No me importa si te importa, o te inmutas. El beso siempre se quedará ahí.

Si pudiera me arrancaría los ojos por ti, pero aún los necesito para verte en el camino.

No puedo evitar ser libre en mi imaginación contigo, y si esta noche notas algo extraño en

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